Chávez se fue por la tangente y habló más de 9 horas en la presentación de la Memoria y Cuenta
Caracas, 14 de enero.- Una jornada de pesadilla en la Asamblea Nacional. Más de nueve horas de alocución presidencial, incluyendo breves paréntesis en los que varios diputados de la MUD desempeñaron sus papeles secundarios en el tragicómico show, así transcurrió la presentación de la Memoria y Cuenta correspondiente al año 2011. Aunque al iniciar su intervención, el presidente aseguró que “no hace falta que esté seis horas hablando”, dando a entender que requeriría menos tiempo, al final castigó a su audiencia hablando durante más de 9 horas, la mayor parte de las cuales fueron dedicadas a temas ajenos a la Memoria y Cuenta.
Caracas, 14 de enero.- Una jornada de pesadilla en la Asamblea Nacional. Más de nueve horas de alocución presidencial, incluyendo breves paréntesis en los que varios diputados de la MUD desempeñaron sus papeles secundarios en el tragicómico show, así transcurrió la presentación de la Memoria y Cuenta correspondiente al año 2011. Aunque al iniciar su intervención, el presidente aseguró que “no hace falta que esté seis horas hablando”, dando a entender que requeriría menos tiempo, al final castigó a su audiencia hablando durante más de 9 horas, la mayor parte de las cuales fueron dedicadas a temas ajenos a la Memoria y Cuenta.
El presidente Chávez adoptó una actitud conciliadora y un discurso extremadamente conservador dirigido hacia los diputados de la MUD, haciendo un «reconocimiento» a su «actitud democrática», e incluso convocándolos a fortalecer la institucionalidad y la gobernabilidad. «Todas (las ideas) tienen su valor, todas tienen su espacio y necesitan su espacio independientemente de colores y partidos, nosotros necesitamos seguir fortaleciendo la República, el Estado, las instituciones».
Dijo que reconocería el hipotético triunfo de un candidato presidencial de la MUD, y pidió reciprocidad. Varios diputados realizaron preguntas al mandatario, la mayoría de ellas concretas y referidas a aspectos puntuales de la Memoria y Cuenta, a excepción de la intervención realizada por María Corina Machado, quien visiblemente alterada hizo una extraña arenga contra el «comunismo». A lo largo del interminable acto, y a diferencia de la mayoría de sus colegas, Machado llevó en el rostro una expresión de profunda amargura.
Diálogo rojiblanco
A instancias del diputado Hiram Gaviria, el Presidente aceptó realizar una reunión con empresarios agroindustriales para conversar acerca de medidas dirigidas al sector. Asimismo, instruyó al vicepresidente Elías Jaua a reunirse con el diputado Juan Carlos Caldera para discutir el tema de la seguridad ciudadana.
“¿Si en 2011 el gobierno construyó más de 100 mil viviendas, por qué todavía hay 100 mil personas en los refugios?”, preguntó el diputado Julio Borges. Según el Presidente, esta situación se debe a que los damnificados no quieren abandonar la capital del país.
El diputado Alfonso Marquina señaló que la inflación en el rubro de alimentos se había ubicado en el 33,2%. Chávez respondió pidiéndole al diputado que «estudie más» y que vea las «tablas internacionales». Según el Presidente, las causas de esta grotesca cifra se encuentran en la situación económica internacional, y aseguró que el promedio anual de inflación para la gestión chavista, 22,2%, era un «logro» comparado con los gobiernos del puntofijismo. Lo cierto es que la inflación venezolana es una de las más altas del mundo.
Aunque la deuda pública externa e interna ha aumentado de manera significativa, el Presidente aseguró que el procentaje del Producto Interno Bruto que la deuda representa es «normal, aceptable».
Al hablar de la disminución de la pobreza, el mandatario también reconoció que en los últimos tres años el combate a la pobreza se ha estancado.
El diputado William Dávila, ex gobernador sobre quien pesan numerosas acusaciones por corrupción, intervino para pedir la libertad de los policías metropolitanos condenados por varios asesinatos en el marco del golpe de Estado de abril de 2002. El Presidente respondió que ello no se encontraba entre sus atribuciones legales.
Al reconocer que la inflación se ubicó en 2011 en un exhorbitante 27,6%, Chávez diluyó la responsabilidad gubernamental en un llamado a «todos los venezolanos» a hacer frente a la inflación.
Por otra parte, justificó el aumento en el gasto militar. «A mí me critican algunos sectores por la adquisición de equipos militares, pero ¿qué quieren, pues? ¿Quieren un país que no tenga una Fuerza Armada mínimamente equipada para defender la soberanía?».
María Corina Machado se robó momentáneamente el show
«¿Cómo puede usted hablar de que respeta al sector privado en Venezuela cuando se ha dedicado a expropiar, que es robar, las propiedades de empresarios?», preguntó Machado al tomar la palabra, retomando una de las quejas recurrentes de la derecha nucleada en la MUD. Los voceros de la MUD suelen quejarse de que las compras de empresas por parte del Estado representan una amenaza a la propiedad empresarial. Con un nerviosismo notorio, se quejó de que el país iba rumbo al «comunismo» y reivindicó a la «Venezuela decente». Luego increpó al Presidente a debatir públicamente.
«Lo primero que le sugiero es que gane las primarias porque está fuera de ranking para debatir conmigo», respondió Chávez.
La diputada del Psuv, María León, tomó la palabra para pedir que la AN sancionara a la diputada Machado por ofender y llamar «ladrón» al Jefe de Estado, pero Chávez la interrumpió y le pidió que se calmara y se tomara «un vaso de agua», despachando de esa manera la idea de emprender un proceso para sancionar a la diputada de la MUD.