«España es socio de Marruecos en el sometimiento colonial del pueblo saharahui, y será responsable si muere Aminetu Haidar»

El profesor de la Universidad Central de Venezuela, jefe del departamento de Estudios Latinoamericanos de la escuela de Sociología de la UCV, y dirigente del partido Unidad Socialista de Izquierda (USI), Miguel Angel Hernández, declaró a nombre de esta organización política su preocupación por la situación de la activista de derechos humanos saharahui, Aminetu Haidar, quien se encuentra en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote, en las Islas Canarias.

«La huelga de hambre que mantiene Aminetu Haidar desde el 15 de noviembre, y que ya pone en serio peligro su vida, evidencia de manera dramática la situación de absoluta negación de los derechos democráticos y nacionales del pueblo saharahui por parte de la monarquía marroquí, un régimen ultrarreaccionario que cuenta con el evidente y cuantioso apoyo material y político de España y Francia. El destierro como castigo político, en este caso en perjuicio de una activista de los derechos humanos, es un anacronismo vergonzoso, así como la colaboración estrecha brindada por el gobierno de Rodríguez Zapatero a esta aberración, deben ser condenadas por los trabajadores y los pueblos de todo el Estado español, de Latinoamérica y el mundo», expresó Hernández.

«Nos preocupa la situación de Haidar, por tratarse de la más importante vocera del activismo en defensa de los derechos humanos dentro de los territorios ocupados. La huelga de hambre es un recurso de una innegable dimensión moral, pero lo decisivo siempre es la movilización de masas. En este sentido, nuestro partido se sumará a las convocatorias que hagan las organizaciones de solidaridad con el pueblo saharahui, para denunciar el crimen que en estos momentos perpetran los gobiernos de España y Marruecos en contra de los derechos individuales y colectivos de Haidar y los saharahuis», recalcó.

«La ocupación militar de la mayor parte de los territorios que antiguamente fueron colonia española, y cuya soberanía reside únicamente en el pueblo saharahui, es una empresa que sólo ha podido desarrollarse en estos últimos treinta años en virtud del apoyo que el imperialismo yanqui, y los gobiernos burgueses e imperialistas de España y Francia le han otorgado a Marruecos. La situación de los derechos humanos de la población saharahui en los territorios ocupados es muy precaria, pues el régimen monárquico aplasta cualquier vestigio de organización política independiente, no permite el desarrollo de medios de comunicación al margen del aparato oficial, ni la menor manifestación pública a favor de la autodeterminación saharahui, respondiendo siempre con represión y criminalización a toda forma de resistencia y reivindicación nacional de este pueblo».

«El movimiento de solidaridad con la causa saharahui debe desechar toda ilusión de que la vía diplomática, o el concurso de las Naciones Unidas, allanarán el camino para que Marruecos se retire de los territorios ocupados en el Sáhara Occidental. El ámbito diplomático es el terreno predilecto de la burguesía y el imperialismo, no es por casualidad que la llamada legalidad internacional ha sido letra muerta cuando se trata de los derechos de los pueblos oprimidos y en situación colonial. La plena independencia saharahui y la descolonización de los territorios hoy ocupados por Marruecos sólo será el resultado de la movilización popular y de la clase obrera, tanto la que libran los saharahuis dentro de los territorios ocupados, como a nivel mundial, organizando el boicot contra la satrapía marroquí y contra las transnacionales que trafican con los recursos naturales del Sáhara Occidental, y denunciando a los gobiernos que como Francia y España patrocinan a los verdugos del pueblo saharahui».