Esquel comenzó el año en la calle

Hace nueve años Esquel se convertía en un símbolo de la lucha contra las multinacionales de la megaminería. Con asambleas y marchas multitudinarias se logró arrancar un plebiscito contra el proyecto minero y frenar el inminente comienzo de la explotación. Pero como el oro y la plata siguen en la montaña y el PJ sigue en el gobierno, los intentos de saquear el recurso no han cesado. Durante muchos años la intensidad del conflicto disminuyó, pero nadie bajó los brazos.

El fin de año nos encontró con nuevos intentos por parte de Yamana Gold de activar el proyecto minero. Ya lo había anticipado el Intendente Williams (PJ-kirchnerismo) luego de ser reelecto, al decir que quería que se volviera a discutir el tema, argumentando que esta vez “las cosas tienen que hacerse desde el conocimiento, del debate, de la tecnología, de la ciencia y, sobre todo, tener en cuenta las grandes necesidades de generar una torta más grande en la economía de la provincia”. Williams sigue negando nuestro derecho a participar del debate que él quiere reabrir y sigue negando el saqueo (siendo su garante) que las leyes mineras y su partido permiten. Pero a pesar de ser recientemente reelecto y creyendo que eso significaría que puede gobernar para las mineras, cientos de vecinos nos reunimos en asamblea y miles marchamos el 4 de enero por las calles de Esquel.

Uno de los nuevos intentos de Yamana por reactivar el proyecto minero vino de la mano del nombramiento de Ricardo Bustos, conductor radial local, como gerente de relaciones comunitarias. Este nombramiento, oculto por dos años, salió a la luz junto con las mentiras que la propia Yamana le dice a sus accionistas. Como Esquel es conocido mundialmente por el rechazo a la minería, en su informe a los accionistas de 2011 reemplazaron toda mención de Esquel por la inventada Suyai. Así, el proyecto Cordón Esquel fue renombrado por proyecto Suyai y la propia ciudad es mencionada como Suyai. Si entre ellos se mienten, qué se puede esperar que hagan con nosotros. Otro intento, con el aval del intendente, es el de redefinir el proyecto, eliminando la mina a cielo abierto y el uso de cianuro, pero manteniendo el saqueo.

Todo esto hizo que las calles se llenen nuevamente de miles de personas marchando y gritando en contra del gobierno. El kirchnerismo en el gobierno intenta convertir los votos en la licencia social que la minera necesita para garantizar el saqueo. Sin embargo, la organización democrática del pueblo y la movilización siguen impidiéndolo.