Gobierno de Obama declara respaldo a política sionista de ampliación de asentamientos

Criticando la postura abiertamente pro-sionista de Hillary Clinton, las autoridades palestinas dijeron que el respaldo de Washington a la postura de Israel sobre la expansión de asentamientos judíos mató cualquier esperanza de reanudar pronto las negociaciones de paz.

El primer ministro de Israel, el fascista Benjamin Netanyahu, quien goza del renovado apoyo del Gobierno del presidente Barack Obama, dio en respuesta unas provocadoras declaraciones en las que insta a los palestinos a que se «tranquilicen» y dejen de lado su demanda de suspender la construcción en los asentamientos judíos para reanudar las negociaciones de paz. Netanyahu promueve mayores invasiones en los territorios ocupados de Cisjordania.

En una visita de un día a Oriente Medio el sábado, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, apoyó la postura israelí de que la expansión de asentamientos en la ocupada Cisjordania no debería ser una condición para retomar el diálogo, abofeteando la dignidad del pueblo palestino. Incluso las autoridades colaboracionistas encabezadas por Mahmud Abbas debieron protestar por la postura pro-colonial de Clinton.

Netanyahu no considera como colonias judías a las construcciones en Jerusalén del Este, anexado por el sionismo.
El propio Obama, luego de persuadir al presidente palestino Mahmoud Abbas en septiembre para que se reuniera con Netanyahu en Nueva York, sólo pidió «moderación» en el asunto de los asentamientos, y no el «congelamiento» que había propuesto anteriormente. Con esta postura racista y colonialista, Obama desmiente una vez más el propagandístico premio Nobel recibido recientemente.

Después de asumir la presidencia este año, Obama alentó las esperanzas palestinas al acercarse al mundo musulmán y al expresar inicialmente una posición enérgica al instar un total congelamiento de la construcción de los asentamientos. Luego, Obama retornó a su tradicional postura racista y pro-sionista.

«Las negociaciones están en estado de parálisis y el resultado de la intransigencia de Israel y de la marcha atrás estadounidense es que que no hay esperanzas de negociaciones en el horizonte», afirmó el portavoz de Abbas, Nabil Abu Rdainah.
El funcionario indicó que los palestinos pedirían a la Liga Arabe que formule una «postura árabe-palestina unificada» respecto del estancado proceso de paz. Sin embargo, parece improbable que las burguesías árabes abandonen su tradicional postura traidora frente al tema palestino.

El negociador palestino Saeb Erekat dijo que era un «momento crítico» e insistió en que la actividad de los asentamientos debía ser detenida para revivir el proceso de paz.
«Presionar a los palestinos a hacer mayores concesiones para acomodarse a la intransigencia israelí no es una respuesta», declaró.

«Me parece que Estados Unidos perdona la continuación de la expansión de asentamientos», destacó el portavoz del gobierno palestino Ghassan Jatib en una inusual crítica pública a Washington. En realidad se trata de un eufemismo, puesto que el sionismo sólo ha podido avanzar en sus planes coloniales gracias al incondicional apoyo del imperialismo yanqui.

«Exhortar a la reanudación de negociaciones pese a la continuación de la construcción de asentamientos no ayuda, porque ya hemos tratado esta vía en varias ocasiones», agregó Jatib. «Las negociaciones son sobre poner fin a la ocupación, mientras la expansión de los asentamientos afianza la ocupación», increpó. Sin embargo, los colaboracionistas persiguen en Cisjordania a la resistencia palestina que combate al sionismo, al tiempo que apuestan todo a la negociación.

Abbas afronta una intensa presión diplomática de los islámicos de Hamas que controlan la Franja de Gaza, y cualquier compromiso sobre los asentamientos podría perjudicarlo políticamente de cara a las elecciones palestinas convocadas para el 24 de enero.
El movimiento Hamas ha rechazado participar en la votación.