Ante la crisis eléctrica:

Los apagones se suceden días tras días. El descontrol no tiene fronteras.

Los apagones se suceden días tras días. El descontrol no tiene fronteras. Por más que Maduro se enfade y en cada nueva escena o presentación supere su capacidad histriónica o de actuación, lo cierto es que tiene una papa caliente que le achicharra las manos, en el sector eléctrico y esa no es otra que una gran incapacidad para enfrentar un problema en un país, que tiene la mejor cara posible al Mar Caribe, con el mejor sol tropical y con una gran fuerza eónica, ríos muy caudalosos y una clase obrera dispuesta al trabajo creador y productivo y el gobierno gozando de los más altos ingresos por las ventas petroleras. ¿Cómo en cien días Jesee Chacón no resolvió el problema, sino que además incumplió por retiro, la promesa de poner el cargo a la orden y dejar que otro lo hiciera? ¿Llevan realmente 100 días? ¿Cómo es que Maduro tampoco le pide que renuncie? O solo se muestran como lo que son: incapaces.

El gobierno y Maduro no tienen como justificarla la crisis eléctrica. No son 100 días, son catorce años. Ante el nombramiento de cada uno de los ministros, desde Ángel Rodríguez que al tener “vínculos con las bases de los trabajadores” nadie le impidió para colocar el oído y entender que parte del llamado de las bases está “en el mantenimiento, la planificación, la entrega de recursos, la pica y poda y los lavados de línea, efectuar los mantenimientos preventivos y la adecuación de las distintas redes de distribución”, y no esperar que los sucesivos apagones en Caracas, lo inmolaran, como ocurrió. Luego vino el educador Héctor Navarro que llegó con todos los apoyos y salió sin entender o hacer entender a las alturas del gobierno que había que insistir “en invertir en el manteamiento de los equipos”, hasta llegar Argenis Chávez hermano del presidente Chávez quien entregó el cargo “para facilitar el proceso de cambio en el sector que fue declarado en emergencia (…) hace varios meses”. Y por último hizo su entrada el Haz, el “Ministro de las Estadísticas”: Jesse Chacón, quien prometió en 100 días resolver el problema y antes del término retiró la promesa no sin antes ser sorprendido con el apagón de los apagones. Todos sin excepción fueron cargos políticos salidos de la manga de Miraflores, y su único objetivo era resolver la crisis eléctrica. En cada caso, se presentaron ante los trabajadores de CORPOELEC y ante el país, con sus “robustos equipos de asesores, dispuestos a darlo todo”. Durante todas y cada una de estas administraciones hubo fallas, y en todas y cada una se notificó, que estas eran “producto de algún sabotaje” o un infortunio de la naturaleza. Desde el niño o la niña, una iguana o un rabipelado o la radiación de las cenizas, hasta las más graves acusaciones señalando a los trabajadores de la empresa, como saboteadores del proceso.

1.- Catorce años de este gobierno se muestran insuficientes, para diagnosticar y ejecutar un plan de rescate de la empresa, que partiera de escuchar a los trabajadores. Las distintas propuestas elaboradas con la experiencia de los eléctrico en como rescatar la empresa, -incluidas aquellas que partieron de los que consideran que este es su gobierno- no fueron escuchadas y solo sirvieron para elaborar el decreto de intervención. Un decreto que apoyándose en las fallas de la alta gerencia y de la desinversión del Estado, trata de “normar la crisis”. No contempla en ninguno de sus artículos, la consulta, la experiencia y la experticia de los trabajadores. Un decreto que en el Artículo. 14 establece: “Como consecuencia de la intervención en el presente Decreto, los actos, conductas o prácticas por parte de los sindicatos de los trabajadores, la Sociedad Mercantil Corporación Eléctrica Nacional, S.A. (CORPOELEC), que causen perjuicio a lo establecido en este Decreto serán nulos y no generaran efecto alguno”. De esta manera se anuncian violaciones e intervencionismo sindical, el irrespeto ante las acciones de los trabajadores, el pisoteo a nuestros derechos y dirigentes y el menosprecio de los derechos laborales contemplados en el contrato colectivo y ganados con años de lucha. ¿Cómo explican llamarse un gobierno socialista y no recoger una sola propuesta que provenga de los trabajadores, a quien dicen representar? ¿Cómo justifican no tener en sus manos un solo saboteador luego de catorce años de gobierno y una empresa intervenida militarmente?

2.- En catorce años no han dado con el saboteador, en catorce años no han entendido que la inversión en el mantenimiento de los equipos, -en CORPOELEC, en PDVSA, como en las empresas básicas- es parte de la dinámica para hacer que esas empresas funcionen, con el objeto de reducir los riesgos en la producción y en la vida de quienes laboramos en ellas. Los trabajadores de CORPOELEC hemos gritado hasta más no poder que para el desempeño del trabajo diario y no poner la vida en riesgo, necesitamos: cascos, botas de seguridad, guantes, cauchos, uniformes adecuados, y para trabajar: tinta en las impresoras, papel en las oficinas y sanitario en los baños y garantizar el traslado, requerimos: baterías, gasolina y unidades de transporte en buen estado. En catorce años se han acumulado las exigencias, las faltas de estos implementos crecen y encontramos una industria en las que muchos trabajadores compramos los implementos de seguridad ya que lo que está en juego son nuestras vidas y la seguridad de nuestras familias. ¿No entendemos como que el gobierno no determina, o no ubica quién es el saboteador? ¿No lo ve?

3.- Al término de catorce años, no han encontrado el saboteador y parece ser tampoco han entendido que los generadores viejos salen de servicio una vez cumplan su vida útil. Un generador viejo no puede ser sustituido por otro generador viejo, reparado con piezas viejas de otro que quedó en desuso, y pretender sea incorporado al servicio. De igual manera, no se entiende como después de catorce años, las turbinas recién compradas en el mercado internacional, son aquellas que fueron retiradas por obsolescencias en China, canceladas con sobre precios, y ahora pretenden sean instadas en las industrias venezolanas. Nos dirán que es otro saboteo más. Pero esas turbinas las compraron y transportó el anterior y el actual gobierno. ¿No entendemos como en esos casos de corrupción como en otros de la alta gerencia de CORPOELEC, no se ve al saboteador, y se pretenda ahora que somos los trabajadores? ¿Dónde han ido a para las inversiones anunciadas para CORPOELEC, si no se ha traducido en mejoras del servicio?

4.- En catorce años, se han presentado marchar y contramarchas, -igual que en otros sectores- exigiendo se respete las conquistas y derechos laborales, y se reviertan las pésimas condiciones de trabajo, como el incumplimiento de la convención colectiva 2009-2011. Los eléctricos llevamos tres años sin que se realicen las evaluaciones de desempeño y por consiguiente los aumentos salariales. Se desconocen el pago de tres años de deudas en auxilios familiares. Los jubilados invierten sus días en carreras, cobrando los reintegros por la compra de medicamentos, cuando la empresa debería atender bien a quien invirtió su vida en ella. CORPOELEC mantiene deudas con sus trabajadores en distintos renglones: la caja de ahorros, las pensiones alimenticias, la política habitacional, y los fondos de pensión. ¿No ve el gobierno en los trabajadores de CORPOELEC, a esa clase obrera creadora de trabajo, merecedora de una convención colectica digna, que restituya el valor y su fuerza del trabajo? ¿No ve el gobierno que sabotea el trabajo de los miles de hombre que trabajamos en esta corporación hasta poner en riesgo nuestras vidas, al mantenernos con salarios hambre e incumpliendo la contratación colectiva?

5.- Quizás en este sabotea el gobierno no ha estado solo. También en eso los trabajadores nos hemos dado cuenta. Ha contado con el apoyo de Navas y la Federación afiliada a la CBST. Una vez que el gobierno nos señala a los trabajadores como a los responsables de la crisis eléctrica y la federación calla. Cada vez que el gobierno incumple el contrato colectivo, se viola el HCM y la federación calla. Cada vez que vamos a los mercados y el salario no alcanza y la federación calla. Cada vez que hay un accidente por falta de implementos de seguridad y la federación calla. Ante el venidero proceso electoral, debemos golpear a los saboteadores. Los trabajadores con autonomía e independencia de clase, claros y conocedores de cuanto ha pasado en la empresa, debemos unir nuestras fuerzas, en el rescate de los sindicatos para la defensa de los trabajadores en el sector eléctrico.

Reiteramos:

A los trabajadores de CORPOELEC, -y a los trabajadores del país- más allá de las diferencias políticas, nos une un esfuerzo común en la defensa de la empresa y nuestros puestos de trabajo. Entendemos nuestro lugar en el proceso productivo. Conscientes estamos de ser el motor del país en muchos sentidos. Sin nuestro trabajo, no se calientan los hornos en SIDOR, ALCASA, o VENALUM. Sin nuestro trabajo, no funcionan el metro, los hospitales, las escuelas, carreteras, calles y avenidas y demás estructuras del Estado. Sin nuestro esfuerzo parte de las instalaciones petroleras estarías a oscuras. Por eso consideramos que es criminal por quienes desde el Estado desconocen nuestro esfuerzo y señalar presumir que seamos los trabajadores eléctricos la causa de una situación creada por el gobierno por su demora en las inversión y el manteniendo preventivo en la industria eléctrica. Digan donde se ha invertido que los trabajadores haremos con métodos y asambleas democráticas, la contraloría de esos recursos. Eso si también incorpore los necesarios aumentos de salarios, que nos merecemos los trabajadores eléctricos.

Una vez más no somos los trabajadores los saboteadores. Exigimos respeto.

Partido Socialismo y Libertad PSL

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