20 mayo, 2025

1º de Mayo, Día Internacional de la Clase Obrera

Para 1866 la agitación por la jornada de 8 horas era una reivindicación común de los proletarios tanto en Estados Unidos como en Europa. En Chicago se presentaba una situación excepcional, dado el salvajismo de los industriales, banqueros y comerciantes que, además de las condiciones infrahumanas en que mantenían a sus obreros, usaban el departamento de policía como una fuerza privada a sus servicios. Estos interrumpían las reuniones obreras a garrotazos limpios, allanaban las sedes obreras y decomisaban lo que les viniere en gana; encarcelaban a los dirigentes y disolvían cualquier mitin disparando contra la masa obrera, si era el caso.

Para 1866 la agitación por la jornada de 8 horas era una reivindicación común de los proletarios tanto en Estados Unidos como en Europa. En Chicago se presentaba una situación excepcional, dado el salvajismo de los industriales, banqueros y comerciantes que, además de las condiciones infrahumanas en que mantenían a sus obreros, usaban el departamento de policía como una fuerza privada a sus servicios. Estos interrumpían las reuniones obreras a garrotazos limpios, allanaban las sedes obreras y decomisaban lo que les viniere en gana; encarcelaban a los dirigentes y disolvían cualquier mitin disparando contra la masa obrera, si era el caso.

El 1º de mayo de 1.886 la Federación Norteamericana de Trabajadores convocó a una huelga general con el fin de rebajar la jornada de trabajo de 16 a 8 horas diarias en todas las industrias. Los obreros no veían la luz del sol, no gozaban del tiempo para el descanso y reponer fuerzas, conciliar el sueño era muy difícil, compartir con la familia era un ensueño, no veían a sus niños crecer; pero con la raigambre de esa lucha, finalmente los obreros conquistaron la jornada de 8 horas.

La implantación de la jornada normal de trabajo no es producto de la magnificencia de los patronos explotadores, sino el resultado de una lucha prolongada entre el capital y el trabajo. Esta reyerta obligo a todos los Estados del mundo a legislar para implantar en sus códigos de trabajo la jornada de 8 horas diarias de labores.

Sigamos con la historia: Ya desde 1833 la resistencia obrera había obligado a los gobiernos a reducir a 12 horas la jornada de trabajo en varias ramas de la producción y a reglamentar la jornada del trabajo infantil en Europa, pero a pesar de ello, los obreros eran obligados a laborar hasta 16 horas diarias en la mayorías de los talleres o maquilas de la época.

En 1884 la Confederación de Gremios Organizados y Tradeuniones (sindicatos) había convocado a un día nacional de acción el primero de mayo de 1886, para imponer la jornada de 8 horas. Inicialmente la propuesta fue rechazada por las organizaciones anarquistas considerando que tal medida no resolvía la situación de los esclavos del salario. Sin embargo, ante la gran acogida que tuvo la propuesta entre las masas se vieron obligados a adoptarla, llegando a ser sus dirigentes, los mayores impulsores de la idea.

En 1885 una hoja, que corrió de mano en las fábricas, talleres y barrios proletarios, llamaba a sumarse al movimiento por las 8 horas el Primero de mayo con el siguiente mensaje:

«Un día de rebelión, no de descanso! Un día no ordenado por los voceros jactanciosos de las instituciones que tienen encadenados al mundo del trabajador. Un día en que el trabajador hace sus propias leyes y tiene el poder de ejecutarlas! Todo sin el consentimiento ni aprobación de los que oprimen y gobiernan. Un día en que con tremenda fuerza la unidad del ejército de los trabajadores se moviliza contra los que hoy dominan el destino de los pueblos…un día de protesta contra la opresión y la tiranía, contra la ignorancia y la guerra… un día en que comenzar a disfrutar «ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso ocho horas para lo que se me dé la gana».

Así eran las cosas, varios meses antes del primero de mayo de 1886 se había iniciado un gigantesco movimiento por las ocho horas de trabajo. En cada hoja de volante o periódicos obreros de la época se encontraba el llamado a la lucha por esa reivindicación. Se presentaban disturbios repetidamente y era común ver los vagones de patrulleros llenos de policías armados hasta los dientes que corrían a sofocar la llama de la lucha que prendía por doquier. «En marzo y abril -dice Henry David en su trabajo «El ocaso de Haymarket»- subió la tensión, como un termómetro al sol, al informarse en los periódicos de Chicago sobre los miles de trabajadores que diariamente declaraban que se adherían a la huelga…»

Ante los preparativos de la huelga, los patrones movilizaron a la Guardia Nacional, aumentaron las fuerzas policiales y fundaron un cuerpo especial de represión, los sindicatos realizaron dos grandes asambleas: la primera, la de los caballeros del Trabajo, el 17 de abril, en el local «Calvary Armony» a la cual asistieron cerca de 21 mil trabajadores, la tercera parte de ellos se vio obligada a escuhcar afuera, pues en el teatro no cabían todos, la segunda, el 25 de abril en la que ALBERT PARSON Y AUGUST SPIES, hablaron ante 25 mil obreros.

Los periódicos al servicio del capital llamaban diariamente a «Adornar cada poste de luz con esqueleto de un comunista» y concentraron sus ataques contra Parsons y Spies como los mayores responsables del movimiento a favor de las ocho horas.

El periódico Chicago Mail, en el editorial del 1º de mayo decía:

«Hay dos rufianes peligrosos sueltos en esta ciudad; dos cobardes escurridizos que se proponen armar bronca. Uno se llama Parsons; el otro se llama Spies…obsérvenlos hoy. No le quiten el ojo de encima. Hágalos personalmente responsables de cualquier problema que ocurra. Denles un castigo ejemplar si ocurre problemas.»

Albert Parsons, nacido en Norteamérica, alguna vez propuesto para la presidencia de la república, era un orador elocuente que reunía en sus fervorosos discursos las aspiraciones de los desposeídos; dirigía el periódico bimestral Alarm (la Alarma) que contaba con más de tres lectores; incansable activista además, se había convertido en uno de los queridos dirigente no solo de los Caballeros del Trabajo, sino también del Sindicato obrero Central del cual era fundador y, en fin, de todos los que buscaran organizarse y de quienes quisieran conocer las ideas de la posibilidad de un mundo sin esclavos. Lucy, su esposa era una mujer apasionada, de quien José Martí diría que de su corazón caían como puñales los dolores de la gente obrera.

August Spies, venia de Alemania, era director del Arbeiter Zeitung, un diario que había mantenido en alto la bandera de la anarquía durante siete años; era también un magnifico orador que hacia estremecer a sus oyentes con sus discursos; la palabra precisa, el verso a flor de piel, el odio contra los tormentos de la explotación capitalista y el sueño hermoso del paraíso que habrían de construir los obreros con sus propias manos, transformaban la masa cansada en un verdadero ejército en pie de guerra.

Contrariamente a lo que la burguesía creía, el primero de mayo de 1886 no estallo la guerra, sus hombres acuartelados y sus francotiradores apostados en las terrazas se quedaron con la sed de sangre obrera. Más de un millón de proletarios en los Estados Unidos se habían unido a la jornada exigiendo las ocho horas de trabajo; unos 340 mil se movilizaban en gigantescas manifestaciones y cerca de 200 mil pararon las labores. En Chicago alrededor de 80 mil obreros se lanzaron a las calles; era un día radiante sin el estridente rugir de las maquinas, ni el humo de las chimeneas de las fabricas; aquella masa informe de obreros anónimos sentía un raro júbilo mirando hacia atrás y a los costados la enorme concurrencia que por primera vez se unía como uno sólo hombre hermanada por su condición y sus aspiraciones; alemanes, polacos, bohemios, rusos, italianos, irlandeses, norteamericanos, negros, blancos y mestizos, católicos, protestantes, y judíos; anarquistas, socialistas, republicanos, demócratas y comunistas; todos formando una voluntad indestructible para implantar la jornada de ocho horas de trabajo en todas partes.

Los discursos se sucedían uno a uno en varios idiomas. Persons fue el penúltimo en hablar y de sus palabras se extendió como un bálsamo en aquella muchedumbre, la idea del poder invencible de la unidad obrera.

Spies cerró el acto. Su fogoso discurso sublimo la lucha de los trabajadores y los llevó a acariciar muy de cerca el sueño de un mundo en que los productores, los obreros, disfrutaran de todo cuanto produjeran.

Ese primer 1º de mayo, culmino como un día de fiesta, donde los obreros, sin diferencias de raza, nacionalidad, idioma, credo o de convicciones políticas, se unían en un brazo fraterno para implantar la jornada de ocho horas y soñar con la abolición de la explotación asalariada. Allí se sello su unidad internacional como una sola clase, con idénticos intereses y objetivos.

El 3 de mayo de 1.886 día aciago para los obreros del mundo, se había programado un gran mitin frente a la empresa Mackormik, que habìa despedido a 1.200 trabajadores y funcionaba con rompe-huelgas (esquiroles), protegidos por la policía. En este mitin murieron 6 obreros y centenares de heridos. El dolor de los hermanos muertos hizo crecer el odio entre los proletarios humillados; Spies, testigo presencial de la masacre, escribió al día siguiente en el periódico Arbeiter Zeitung: «La sangre se ha vertido… la milicia no ha estado entrenándose en vano… En la pobre choza, mujeres y niños cubiertos de retazos lloran por marido y padre.

Los trabajadores reunidos después de los trágicos hechos, acordaron realizar varias manifestaciones, una de ellas debía concentrarse en la plaza del heno o Haymarket al día siguiente.

Indignados por lo ocurrido, más de 50.000 trabajadores participan de la manifestación en la plaza Haymarket, desde las 07:00 AM, La repuesta de la policía no se hizo esperar, abrieron fuego contra los trabajadores y lanzaron bombas contra el grueso de los manifestantes. Los obreros muertos se contaban por centenares, los heridos eran miles. El balance de la prensa burguesa fue: un policía muerto en el lugar, siete hombres que murieron poco después y cientos de heridos, acusaba a los obreros de haber tirado bombas. El Chicago Tribune con su conocido odio por los obreros publicaba. «La justicia pública exige que los asesinos europeos August Spies, Michael Schwab y Samuel Fieldem se les detenga, se les juzgue y se les ahorque. La justicia pública exige que el asesino A. R. Parsons de quien se dice deshonra este país por haber nacido en él, sea capturado juzgado y ahorcado por asesinato».

Mientras tanto la persecución continúa en las calles y barrios proletarios, se llenaron de presos las mazmorras del régimen. La policía azuzada no solo por los dueños del capital sino además por la prensa, por la cátedra y el púlpito desató una verdadera ola de terror; las casas humildes fueron allanadas y muchas desbaratadas, las instalaciones de los periódicos obreros fueron brutalmente destruidas y detenidos sus responsables, las sedes sindicales y demás locales de las organizaciones obreras fueron invadidas echando sus puertas al piso.

En los días siguientes se arrestó a toda la Junta Directiva de los caballeros del trabajo, desde distrito de Milwaukee, y se les acuso de sedición y conspiración. Cuatro dirigentes de los caballeros del trabajo de Pittsburg fueron también encarcelados y acusados de conspiración, mientras que en Nueva York toda la Junta Directiva del distrito 75 de la misma organización fue arrestada, acusada también de conspiración por haber dirigido la huelga de la Tercera Avenida Elevada. «Jueces corrompidos y la policía, que es esclava de los monopolios están ahora arrestando a los ciudadanos en número incalculables», denunciaba Jhon Swinton.

Parsons, Spies, Fieldem, Schwab, George Engel, Adolph Fischer, Louis Lingg y Oscar Neebe, fueron acusados formalmente de conspiración en el asesinato de Mathis J. Degan, el policía muerto en la plaza de Haymarket. De ellos únicamente Spies, Parsons y Fieldem habían estado en el lugar.

Parsons, escapo hacia Winsconsin pero días después se presento a la corte; convencido que el juicio era una farsa, dijo: «vuestra honorabilidades, he venido para que se me procese junto a todos mis inocentes compañeros».

El juicio fue una farsa anti obrera con el cual la burguesía norteamericana quería castigar, en la cabeza de sus dirigentes, la osadía de imponer con la fuerza de su unidad la jornada normal de ocho horas de trabajo. Este había sido un colosal atrevimiento que no dejaría pasar sin castigo y ejecutó su venganza con desvergonzada sevicia.

La farsa se inicio el 21 de junio de 1886, ante el juez Joseph E. Gary, un sirviente irrestricto de los potentados. El jurado fue compuesto por comerciantes, industriales y empelados al servicio de esos mismos comerciantes e industriales. Los testigos y las pruebas fueron fabricados, «Los testimoniaos se lograban de hombres ignorantes y atemorizados, a quien la policía había amenazado con torturarlos si se rehusaban a jurar por lo que ellos les ordenaban…»denunció posteriormente el Gobernador de Illinois, John P. Altged.

En una escandalosa orgia, la burguesía trató de aplastar en aquellos dirigentes toda la causa obrera. Su veredicto estaba dictado de antemano y solo necesitaban la formalidad.

Uno tras otro defendieron con dignidad sus convicciones, declarándose culpables, no de la muerte del policía en Haymarket, sino de ayudar a levantarse a los millones de pisoteados, sus hermanos, que con su miseria y padecimientos llenaban los bolsillos de los capitalistas.

Oscar Neebe, el único a quien la condena de muerte le fue conmutada por quince años de prisión, exigió que a él también se le condenara a muerte, declarando que no era menos culpable que sus compañeros ya que todos eran inocentes: «Vi que a los panaderos de esta ciudad se les trataba como perros. Y ayude a organizarlos. ¿Es eso un crimen? Ahora trabajan 10 horas al día en vez de las 14 o 16 que trabajaban antes. ¿Es otro crimen?

Parsons, desafiante y apasionado demostró que no había sido los obreros, sino las fuerzas militares al servicio de los ricos quienes utilizaban las balas para acallar los reclamos de los pobres. Afirmó además que la bomba de Haymarket, había sido lanzada por un agente pagado por los industriales, en su intento por quebrantar el movimiento a favor de la jornada de ocho horas de trabajo:

«Yo soy socialista. Soy uno de los que piensan que el salario esclaviza, que es injusto… Pero no aceptaría dejar de ser esclavo del salario para convertirme en patrón y dueño de esclavos yo mismo…Estos son mis crimines!… nosotros somos víctimas de una conspiración sucia que jamás se haya tramado…»

Las palabras de Spies, dirigidas al juez Gary, retumban todavía, cual sentencia de muerte a todo el orden capitalista:

«Si usted cree que ahorcándonos puede eliminar el movimiento obrero, el movimiento del cual millones de pisoteados, millones que trabajan duramente y pasan necesidades y miserias esperan la salvación, si esa es su opinión… ¡entonces ahórquenos! Así aplastará una chispa, pero allá y acullá, detrás de usted y frente a usted y a sus costados, en todas partes, se enciende llamas. Es un fuego subterráneo. Y usted no podrá apagarlo.

«Y ahora, éstas son mis ideas. Constituyen parte de mi mismo. No puede despojarme de ellas, y si pudiese, no lo haría. Y si usted cree que puede destruir esas ideas que están ganando más y más terreno cada día, mandándonos a la horca, si una vez más usted dicta pena de muerte a la gente por haber osado decir la verdad; entonces ¡orgullosa y desafiante pagaré ese tan caro precio! ¡Llame a su verdugo!…

El 9 de octubre se dicto la sentencia de muerte. Pero Norteamérica era nuevamente sacudida, esta vez por una oleada de opinión en contra del juicio-farsa. Lucy Parsons, fue en cierto sentido la artífice de todo aquel movimiento; con sus dos pequeños hijos desafiando miles de obstáculos, se lanzo a una batalla con la firme convicción de «Salvar la vida de siete hombre inocentes, a uno de ellos que amo más que a la vida misma».

Realizó una gira por todo el país durante casi un año, se dirigió a más de 200 mil personas en 17 estados, viajaba de día y hablaba de noche, escribió centenares de cartas tanto a organizaciones obreras como a personalidades en distintos países contagiando de su fervor a tanta gente, que nadie podía sentirse indiferente.

Todas las organizaciones obreras de Estados Unidos y miles más en Europa se dirigían al estado americano para impedir aquel crimen. Centenares de manifestaciones en Rusia, Alemania, Francia, Italia, España, Holanda e Inglaterra exigieron la libertad de los acusados. Incluso la Cámara de Diputados de Francia envió un despacho solicitando clemencia y justicia al Gobernador Oglesby.

Hasta Nina Zandt, una rica y bella joven, se gasto una fortuna para casarse con Spies, con la esperanza de que su gesto conmoviera al jurado y no condenara a la muerte a ese desconocido, que la había atrapado con su pasión por la noble causa que seguía defendiendo, aún a las puertas mismas de la muerte.

La orden de ejecución ya estaba firmada para el 11 de noviembre de 1887 y sólo un día antes de esta fecha, el Gobernador Oglesby conmuto la pena de muerte de Fieldem y Schwab por condena a prisión perpetua. Ese mismo día la celda de Luois Lingg fue sacudida por una súbita explosión que le destrozo la garganta muriendo hora después. Dijeron que se había suicidado pero siempre quedo la sospecha de que había sido un asesinato.

La muerte llegó con la mañana del 11 de noviembre de 1887, los cuatros condenados vestidos con túnicas blancas se veían cual gigantes frente a los verdugos y a los asistentes al macabro espectáculo.

* «Llegara el día en que nuestro silencio sea más elocuente que las voces que ustedes estrangulan hoy», alcanzo a decir Spies, antes de que el nudo corredizo silenciara su voz.
* «Este es el momento más feliz de mi vida» dijo Fischer.
* «! Viva la anarquía!, grito Engel.
* «¿Se me permitirá hablar, ¡oh! Hombres de los estados Unidos?, retumbó la voz de Parsons en la sala, ¡déjeme hablar, alguacil Masont! ¡Que se escuche la voz del pueblo!»

Siete años más tarde una revisión del proceso determinó la inocencia de los condenados, se libero a los encarcelados y se rehabilitó a los asesinados en la horca.

Entre el 14 y el 20 de julio de 1889, se celebro el Congreso Obrero de Paris, Primer Congreso de la II Internacional, el cual adopto como suyo el 1º de mayo de 1890 para: «Exigir a los poderes públicos la reducción legal de la Jornada de trabajo a ocho horas y la aplicación de las otras resoluciones del Congreso». Y llamó a todos los trabajadores de la tierra para que:

* Consagraran el 1º de mayo de cada año como el día Internacional de la Clase Obrera.

Hoy, igual que ayer, cobra vigencia la lucha que deben redimir la clase obrera para enfrentar al gobierno fascista e ilegitimo de Uribe Vélez, que ha llevado al país a los mas alto índices de pobreza, desplome de la producción industrial, caída del valor y volumen de las exportaciones, disminución de las remesas, aumento del desempleo y la informalidad, entrega de los servicios públicos domiciliarios a las Multinacionales que han disparados las tarifas, la explotación de la fuerza de trabajo, así como la destrucción del medio ambiente y los recursos naturales del país, es así, como Uribe, continúa por la senda de entrega del patrimonio público estratégico y altamente rentable al capital privado, especialmente extranjero.

Solo un fascista como Uribe, logra engañar al pueblo, que observa inerte el aumento del desempleo; Aumento considerable de la pobreza; Cierre de hospitales de la red pública, siendo el sistema de salud más peligroso que la propia violencia; Sistema educativo excluyente y de baja calidad; Alzas exageradas de las facturas de los Servicios Públicos Domiciliarios, que están en manos de multinacionales en su mayor porcentaje; Aparato Industrial y Agropecuario enclenque y en retroceso; La desnacionalización de la economía; Rebaja de impuestos a las grandes empresa Monopolista en contraste se lo subieron al pueblo, como quien dice: Corazón grande para las Multinacionales y garrote físico para el pueblo; Persecución brutal al sindicalismo, para tener el camino expedito para entregarle las empresas a las Multinacionales y que los obreros queden desamparados sin Convenciones Colectivas, sin herramientas para luchar por sus derechos y defender las empresa estatales de las garras imperialistas; La sumisión a las fracasadas políticas neoliberales y los dictámenes de Washington; La manguala Parauribista que legisla a favor del crimen y entrega de la soberanía nacional; La yidispolítica como se sabía que con la llegada del Procurador de la Inquisición Alejandro Ordoñez, iba a absolver al Embajador en Italia, Sabas Pretelt de la Vega y al Ministro de la Desprotección Social Diego Palacio por haber entregado dadivas y puestos a Yidis Medina y Teodolindo Avendaño, para garantizar en el Congreso la Reelección del Fascista Uribe Vélez; La falsa Democracia, la Plutocracia o la cleptocracia son los herramientas de este gobierno; La Manipulación de la información que hacen los medios de comunicación es vergonzosa: RCN Radio y Televisión, El Tiempo, La FM que dirige la Ultra Uribista Vicky Dávila, La W que dirige el Ultra Uribista Julio Sánchez Cristo, El País, El Colombiano, El Heraldo, Semana, Cambio, El Espectador, Caracol Radio y Televisión, etc., en fin todos los Furibistas que quieren perpetuar al fascista en el poder; La iniquidad que lacera a los colombianos; El exiguo crecimiento del consumo de los hogares por el aumento en el precio de los alimentos; Con la era de los biocombustibles que favorece a los ingenios ricos, se está utilizando las tierras aptas para el cultivo de alimentos, creando carestía y hambruna; Asimismo, los mayores precios de los alimentos disminuyeron el ingreso disponible para gastar en bienes manufacturados y servicios en general; Aumento desbordante de la informalidad laboral y el subempleo; El enriquecimiento fácil de los bebes de Uribe; El estímulo a la inversión privada en detrimento del erario público; Aumento exagerado del IVA al 16%; El establecimiento de base militares gringas para amenazar a los países hermanos que no se arrodillan al imperio; El aumento exagerado de la gasolina con el cuento que el precio internacional estaba alto y cuando este bajo se queda el precio alto, ante la reclamación de los transportadores solo le rebaja $400, como quien dice: no me hagan paro; Soberbio con los obreros y pueblo colombiano pero cariñoso, dócil, cuando se trata del imperio, es tan ridículo que mostro como un trofeo el haberle recogido un autógrafo a Obama, el hombre preciso para la política imperialista; Los falsos positivos que su verdadero nombre es Crimines de Estado que ya superan los 1200 casos, solo comparable a los 17 años de dictadura de Augusto Pinochet en Chile donde se reportaron 1000 casos de desaparecidos…los Crímenes de Estado es lo mas pusilánime de este gobierno, pero ello le ha valido para justificar el gasto militar como soporte estructural de la Seguridad para matar en nombre de la democracia a los opositores y demás habitantes de este país que no comulguen con sus políticas fascistas; Entre el 2002 y 2008 en el país se han asesinado a 624 sindicalistas según reporte de la Escuela Nacional Sindical… estamos en una profunda democracia como repite a cada rato el fascista; Según Medicina Legal, en los últimos tres años han ingresado a su base de datos 64.000 desaparecidos, la fiscalía habla de 17.000 personas…seguimos en una profunda democracia; La persecución a la Corte, por tocarles sus congresistas comprometidos en la Parauribista es de lo mas deplorable que ha sucedido en este régimen fascista; El engaño de la reforma política; Los negocios turbulentos con DMG, de sus principales socios para favorecer la reelección; la persecución a Piedad Córdoba por apoyar el acuerdo humanitario y demostrar que se pueden liberar a los secuestrado mediante un acuerdo humanitario, que coloca al ser humano por encima de la guerra; Extraditó a los paracos después que los utilizo para sus planes siniestros peor que lo que hizo Fujimori, ahora hay que callarlos; Ya, los Uribistas tienen las rodillas vertiendo sangre de tanto arrodillárseles al imperio para que les apruebe el TLC, han entregado tantas cosas que ya no saben que mas entregar, y como todo pícaro es suertudo, pues resulta que con la decisión soberana del hermano país del Ecuador de exigirle al Imperio que retire la base militar de Manta…le ha caído como anillo al dedo a Uribe, el trueque de aceptar que esa base militar expulsada por el Presidente Correa se instale en Colombia, como Obama es muy hábil le acepta a Uribe el trueque y por lo tanto el TLC, está en su punto de firmarse…El Imperio no le importa si Uribe es sucio, lo que le importa es que se imponga sus políticas imperiales…¿Qué dirán los amigos del show mediático con la Obamanía?..; Que tal los nombramientos en su gabinete con personajes nefasto para el pueblo colombiano: Fernando Londoño, Noriega, Chaux, José Renan Trujillo, José Obdulio Gaviria, el Curita jefe de Prensa del Palacio de Nari, en fin este es el gobierno más corrupto que ha habido en Colombia desde que Simón Bolívar lucho por la Independencia de América y nos toco a los colombianos que nos gobernara el Peón del Imperialismo. ¿Qué tal que Bolívar resucitara?… ¡Se pone a llorar de vergüenza!!!!

Será que Uribe, se cree el cuento, y piensa que puede engañar a todo un país, un continente, y al mundo….Imposible, el sabe que engaña fácil a los que están en sus programas de asistencialismo que entre otra cosas es el foco más grande de corrupción, por lo menos deberían de averiguar si les están entregando los recursos pírricos a los pobres que por su condición hacen ricos a muchos parásitos uribista que se aprovechan de estos programas para enriquecerse y de paso le aseguran a Uribe más de tres millones de votos para el 2010… por eso no puede esperar para el 2014, porque los votos cautivos los puede certificar solo estando en el poder.

De todas manera que cae, cae, si se hace reelegir con toda la maquinaria podrida que tiene más fácil se cae, aparecerán mas escándalos que no podrá tapar y lo veremos esconderse como rata de alcantarilla… lo único malo, es que mientras se cae, seguirá causando mucho daño al pueblo colombiano, especialmente a los obreros, que hemos sido los mas golpeados por este régimen fascista que con gran felonía nos ha quitado conquistas universales plasmados como derechos mínimos en el Código Sustantivos del Trabajo, en Convenciones Colectivas, Laudos arbítrales, o acto jurídico alguno, en fin, este lacayo vende patria, siente desprecio por la Clase Obrera, para ello, con su bancada Parauribista aprobaron leyes lesivas a los trabajadores entre ellas la de Reforma Laboral Ley 789 de Diciembre 27 de 2002; la Ley 797 de 2003, que reformo en contra de los trabajadores las disposiciones del Sistema General de Pensiones previsto en la Ley 100 de 1993 y el Acto Legislativo 01 de 2005, por el cual se adiciona al artículo 48 de la Constitución Política, que fue la puñalada final para las conquistas laborales y la perdida de una mesada para los pensionados y el régimen de transición establecido en la Ley 100 de 1993, que lo limita hasta el 31 de julio de 2010, y reglamentada hasta el año 2014.

Uribe, después de masacrar a más de 500.000, trabajadores del sector publico y oficial, en sus siete años que lleva de dictadura, quiere aparecer a toda hora como defensor del trabajo y para la muestra que eso es un engaño que repite a cada rato, dio la orden a su bancada de hundir la Reforma Laboral de horas extras donde se pretendía recuperar los recargos nocturnos después de las 6:00 de la tarde; con esto se demuestra que lo único que le interesa al gobierno es asegurar la reelección a como dé lugar y reforma política a su amaño y pare de contar.

Alienados: Lo más triste y humillante es encontrar un obrero que esté de acuerdo con las políticas de Uribe, aunque a las personas se les debe respetar su pensamiento político entre otras cosas, de todas manera nos queda la espina y pensaríamos que este obrero no trabaja en Colombia.

¡¡¡1º de Mayo…Todos a la calle…Todos a Marchar!!!

¡Es Nuestro Día!!! Habrán marchas en todo Colombia, participa con tu familia, tus amigos, compañeros !No te quedes en la casa!!!No eres obrero masauribista! ¡Eres digno!

«No dejemos que los patronos confabulados con las Cajas de Compensación engañen a los obreros con fiestas, paseos, rifas, agasajos en el día de lucha de la clase obrera, no aceptemos esos engaños»

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