A 20 Años de la invasión de Panamá
Comunicado del Partido de las Trabajadoras y los Trabajadores de Panamá –PTP-
Los trabajadores y sectores populares debemos sacar la gran lección de la invasión: es necesario que tengamos nuestra alternativa propia, independiente del imperialismo y los patrones, aliados a éste.Esto quedó demostrado durante todo lo que se llamó proceso revolucionario (torrijista), ya que dirigido por agentes de la CIA como se ha comprobado por ellos mismos, condujeron a la crisis orgánica del movimiento popular: la destrucción de la Federación de Estudiantes de Panamá (Unión de Estudiantes Universitarios y Unión de Estudiantes Secundarios) y de las organizaciones sindicales obreras y campesinas clasistas que existían previo a 1968.
Comunicado del Partido de las Trabajadoras y los Trabajadores de Panamá –PTP-
Los trabajadores y sectores populares debemos sacar la gran lección de la invasión: es necesario que tengamos nuestra alternativa propia, independiente del imperialismo y los patrones, aliados a éste.Esto quedó demostrado durante todo lo que se llamó proceso revolucionario (torrijista), ya que dirigido por agentes de la CIA como se ha comprobado por ellos mismos, condujeron a la crisis orgánica del movimiento popular: la destrucción de la Federación de Estudiantes de Panamá (Unión de Estudiantes Universitarios y Unión de Estudiantes Secundarios) y de las organizaciones sindicales obreras y campesinas clasistas que existían previo a 1968.
Y también se demostró, cuando las direcciones de sectores gremiales y populares, se subordinaron a la dirección de los partidos tradicionales (gama de liberales, panameñista y democracia cristiana) y lo que nace en la proyanqui y antiobrera Cámara de Comercio: la dirección de la llamada Cruzada Civilista.
En el primer grupo se encuentra todo lo que fue la tendencia del PRD y el Partido del Pueblo, con dirigentes sindicales agrupados en CONATO, creado desde el mismo Código de Trabajo, los batallones de la dignidad, etc.; en el segundo la dirección de educadores y médicos, fundamentalmente.
La falta de una alternativa obrera y popular, al estar encarcelado entre estas dos fuerzas, ambas proimperialistas, ante la crisis del régimen militar, conduce a salidas intervencionistas yanquis. Crisis que es producida por la lucha de sectores obreros y populares y no de la burguesía que acumuló fortunas durante “el proceso” como puede demostrarse, y participaron en las instituciones del régimen, incluyendo partidos del propio Noriega como el PALA o del FRAMPO y el PRD.
EL PRINCIPAL OBJETIVO DE LA INVASIÓN
El asesinoGeorge Bush (padre) intentó justificar la invasión señalando que era para arrestar a Noriega y acabar la dictadura e instalar la democracia. Sus seguidores dentro de Panamá, el arzobispo y el gobierno de la invasión le hicieron coro, agregando que era una liberación. Nada más falso. Los norieguistas, batallones de la “dignidad” y PRD señalaron que era porque no querían devolver el canal y para destruir las Fuerzas de Defensa. Otras mentiras más, ya que Noriega demostró estar dispuesto a negociar hasta la presencia de bases en varias ocasiones. Y del otro lado hubo voces con igual posición, como se demuestra en la actualidad.
Quienes nos explicamos los hechos históricos a partir del papel e interés de las clases sociales y no por las acciones (solo) de los individuos, tenemos una interpretación distinta.
La invasión (y la cruzada civilista) tuvo como objetivo fundamental, impedir que el pueblo panameño alzado contra el régimen militar, que aplicaba los mismos planes que hoy impulsan los gobiernos postinvasión, dictados desde Washington por el Banco Mundial, el BID, FMI y el gobierno estadunidense, tumbara por la movilización a la dictadura.
Este levantamiento popular se da a partir de las luchas de septiembre de 1976, contra el alza del arroz y la leche, dirigidas por los grupos estudiantiles Frente Estudiantil Revolucionario, Liga Socialista Revolucionaria- después Partido Socialista de los Trabajadores y Guaycucho-NIR, siguiendo, con la lucha contra los tratados de 1977, considerados como antinacionales, sobretodo por el tratado de neutralidad, vigente y sin fecha de expiración, con los mismos protagonistas y otras fuerzas como los abogados independientes, y toma más fuerza en 1978-1979 cuando los educadores sometidos a salarios de hambre, realizan una lucha reivindicativa, que por la introducción de fuerzas de los partidos políticos tradicionales y la iglesia, es desviada hacia la derogación de la reforma educativa.
Éstos hechos obligan a los yanquis junto a los militares a tomar medidas preventivas en todo el continente, para evitar la caída de los regímenes militares al estilo de Somoza en Nicaragua.De ahí que el “general se repliega a los cuarteles”, dando paso a un proceso “de democratización” recortado y pausado, que gradualmente inicia con legalidad de partidos a partir de 1978, elecciones parciales al parlamento en 1980, reformas constitucionales antinacionales y ajustándose al plan de las IFI’s en 1983, con la sola oposición de los Partidos, Socialista de los Trabajadores y Acción Popular y; las elecciones de 1984 para elegir Presidente, legisladores y representantes de corregimientos, las primeras después de 1968, todo con el control de las Fuerzas de Defensa y obviamente del imperialismo.Hasta aquí el plan les funcionó, pero con mucha resistencia del movimiento popular y con la fractura que significó la muerte del Bonaparte, Torrijos, lo cual se refleja con la caída del primer presidente en medio de luchas de educadores fundamentalmente,Arístides Royo.
El descontento popular y el ascenso en las luchas se vio reflejado en las elecciones de 1984, cuando obligan a Noriega y los yanquis, a hacer fraude para que su candidato, Ardito Barletta, lo pusieran en la presidencia, con la clara finalidad de imponer el plan de hambre y desempleo de las IFI’s.
El imperialismo con su “Fraudito” y los militares no pudieron detener el ascenso.Una ley (46) de impuestos es echada abajo después de ser aprobada, las reformas privatizadoras a la CSS anunciadas son detenidas por el movimiento de educadores y médicos, lo cual se combina con un hecho político de los desmanes del dictador, el asesinato a Spadafora, quien para defenderse destituye al presidente fraudulento.
En 1986, el régimen impone las primeras reformas neoliberales con las leyes 1, 2 y 3 de ese año, imponiendo reformas laborales y al agro.Se profundiza la crisis y el descontento, el cual no se va a detener.
Los hechos posteriores son más publicitados.Pero el movimiento popular siguió luchando contra reformas neoliberales a la educación (proyecto Solís Palma-Bosco Bernal), contra los despidos masivos de empleados públicos que incluso realizaron siete jornadas de lucha, en un proceso creciente de rompimiento con el régimen que en su afán de aplicar los planes, amenazaban fundamentalmente a las instituciones estatales con la reducción de empleos y privatizaciones.Este proceso crece cuando son fundamentalmente los empleados públicos a quienes le hacen pagar la crisis, cuando en 1988, la agresión imperialista retiene pagos de sus empresas al estado panameño (incluyendo el canal) y restringe la circulación de su moneda (el dólar); y, el régimen decide pagar con bonos posfechados, que terminan reduciendo el poder adquisitivo de los trabajadores del estado.
LA CRUZADA CIVILISTA CONDUCE LA LUCHA HACIA LA INTERVENCIÓN IMPERIALISTA
Se ha dicho que nadie podía tumbar al dictador. Falso. Nuestro pueblo ha luchado tanto como otros.Cuando se dio la invasión el régimen se desquebrajaba, ya no sólo por la lucha de los sectores populares y la ruptura que le siguió del imperialismo y los sectores burgueses que hasta entonces lo apoyaban.Después del cisma que ocasiona Díaz Herrera en junio de 1987 por el control de las Fuerzas de Defensa, cuyas declaraciones confirman lo que todo el mundo sabía, hubo dos intentonas de golpe de sus aliados íntimos, de militares como Macías que un par de meses antes le dijo al Presidente Delvalle (vicepresidente de fraudito) que amenazó (por orden yanqui) con destituir a Noriega “el que se va es él”; y, la última, la de un grupo de jóvenes oficiales muy del equipo del general.El imperialismo no interviene el 3 de octubre de 1989 en ésta última., pese al ruego de los oficiales que tenían a Noriega detenido. En esos momentos el régimen estaba desarticulado y el General perdía el control, era muy difícil controlar la situación a esas alturas.
En medio de esa crisis el movimiento popular no abandonó su deseo de lucha.Pero no construía una alternativa propia, vacío que es llenado por los dirigentes yesman de la cruzada y de los partidos tradicionales que canalizaron el descontento ante la división del movimiento obrero y popular, entre “norieguistas y civilistas”.Esos partidos le dijeron al pueblo como consigna en las elecciones de 1989: “el mundo nos mira”, es decir, tal como el escudo, mundo significa, Washington.Es decir, esperen a los gringos.Después de las elecciones, tampoco hicieron la lucha ante un fraude escandaloso, se metieron en la dinámica del ministerio de colonias, la OEA, y luego, los cruzadistas y algunos extorrijistas-norieguistas, se concentraron en el cabildeo en las esferas del pentágono, la Casa Blanca y el senado yanqui, intentando llegar a un acuerdo con Noriega y finalmente, pidiendo directamente la intervención.
La agresión desde 1987 hasta la invasión significó muertes, heridos, huérfanos, viudos y viudas, desempleo, miles de personas sin donde vivir y destrucción.Los gobiernos que le siguieron nunca se preocuparon por contar los muertos ni contabilizar de verdad el daño imperialista.Dijeron: yesman.
En julio de 1990, aprobaron el llamado “convenio de donación” en donde el primer punto es pagar la deuda externa y nos prestan para ello, nos obligan a utilizar los dineros retenidos por el imperialismo en los años 1987-1989, de impuestos y pagos al estado panameño, para pagar la deuda externa y firmaGuillermo Ford (apoyado por Carles), las medidas de las IFI’s al pie de la letra. Por miserables 113,8 millones para el estado, divididos en tres partidas, la última de las cuales se cobró después de 1993, se comprometieron a aplicar todas las medidas despidos de empleados públicos, privatizaciones, etc., que el movimiento popular resistió, pese a la invasión y, que sólo con la ayuda de los dirigentes sindicales de la llamada tendencia, algunos fueron “batallones de la dignidad”, pudo imponer Pérez Balladares el plan imperialista de reformas al código de trabajo en 1995 y privatizaciones en el IRHE y el INTEL en 1998.
Perdimos entre 1987-1989 y la invasión lo que corresponde al Producto Interno Bruto (toda la producción durante un año de bienes y servicios) de 1990 (6,000 millones) y los gobiernos hasta hoy han aceptado esas migajas y, lo que es peor, como cómplices de la invasión, han callado ante los asesinatos de centenas de panameños y panameñas por las tropas invasoras.
Esta es la razón de que seguimos peor que antes, los trabajadores y sectores populares pagamos la crisis por estar siguiendo a uno u otro bando, igual que como ahora, la seguimos pagando sea con el gobierno del PRD o panameñista-cambio democrático. El imperialismo retoma lo perdido imponiendo la ampliación antinacional del canal con los yesman del patio y ahora, instala bases militares disfrazadas de panameñas para intervenir como siempre lo hizo desde nuestro territorio a agredir pueblos hermanos.
Como era de esperarse, los mil millones que anunciaba Arias Calderón meses antes de la invasión que venían con los gringos, se convirtieron en miles de bombas y balas que apuntaron a nuestro pueblo.Y construyeron un régimen de falsa democracia, recortada y tutelada por los gringos.Esa democracia se basa en un antidemocrático código electoral, que compite entre los más antidemocráticos del mundo que exige la misma cantidad de firmas que en México que tienen más de 35 veces la población de Panamá; y, con un método, peor para recogerlas, con libros fijos que se inauguraron con la invasión, pues antes en la dictadura eran libros móviles. Revisar la lista de partidos políticos legales nos da una idea clara: esta es una falsa democracia en que los millonarios pueden invertir más de dos millones para hacer un partido o medio millón para ser diputados, mientras al pueblo la democracia es elegirlos a ellos, porque los magistrados del tribunal electoral al servicio del régimen de falsa democracia y los diputados aprueban las leyes electorales para restringir nuestra participación política-electoral.La demostración más clara es cómo ganó la presidencia el gobierno actual, gastando más de 30 millones de balboas, es como si compraran la presidencia con el control de los medios masivos de comunicación que te convierten mentiras, engaños (falsas promesas) en verdad, llevando al pueblo a votar por sus enemigos, y, lo que es peor, a un ala fascista y abiertamente proyanqui, como lo viene demostrando con instalación de bases militares y las acciones de dictador del jefe del ejecutivo.
Por ello, el Partido de las Trabajadoras y los Trabajadores de Panamá -PTP- señala con toda claridad, la gran lección de la invasión, al conmemorar los 20 años no es que unos le echen la culpa a la cruzada y otros a Noriega como responsables de la invasión, está demostrado que ambos eran proimperialistas y así, como en 1925 Horacio Alfaro como parte del gobierno de Rodolfo Chiari pidieron la invasión, así como en 1947 aprobaron las bases militares, así como en 1964, el gobierno mandó a las tropas de la Guardia Nacional a encuartelarse y sólo salieron para sofocar el 12 de enero a los luchadores antiimperialistas que todavía combatían la agresión yanqui en Colón;fue el pueblo organizado, con su independencia, el que salió a luchar en cada coyuntura de éstas contra la presencia militar e intervención imperialista. Esa independencia no la tuvimos ante la coyuntura previa a la invasión y desgraciadamente no la tenemos ahora, pues la mayoría, siguen de furgón de cola de una u otra alternativa antiobrera, antipopular y antinacional, ante la ausencia de una propuesta obrera y popular.
Mientras esto subsista seguiremos empeorando nuestras condiciones de vida y de trabajo. Es urgente levantar una propuesta de organización popular, un partido de las trabajadoras y los trabajadores y de los sectores populares,que rompa con ese pasado y que con independencia nos propongamos un programa de reconstrucción del país, partiendo de una Asamblea Constituyente, libre, democrática y soberana, con un programa al servicio del país y de las mayorías empobrecidas.