2009, el año laboral que termina
Para evaluar el desempeño laboral de un año debemos revisar el desempeño de la economía nacional.
Para evaluar el desempeño laboral de un año debemos revisar el desempeño de la economía nacional.
Nuestra economía nacional, en lo esencial, no registra ningún cambio de fondo. Somos un país dependiente en más de un 80% del petróleo, principal fuente de divisas y de financiamiento del presupuesto de gastos de la Nación. El petróleo no ha sido la semilla fértil que se haya sembrado en un desarrollo diversificado, ni exógeno como se lo propuso la IV República de Carlos Andrés Pérez, ni endógeno como se lo propuso desde 1998 el Presidente Chávez.
Hasta hoy, los petrodólares venezolanos en gran medida han sido el financiamiento de una economía de puertos que casi todo lo importa con escasas excepciones y de algunas fortunas privadas ligadas al campo primero, a la industria después y ahora a la actividad terciaria de comercio y servicios, siendo dominante el sector financiero (bancos, casas de bolsa y sociedades de inversión).
Los actores económicos principales (empresarios, banqueros y altos funcionarios del Estado) se apropian del grueso de esa renta petrolera acumulando fortunas, chupando de la ubre presupuestaria del gobierno de turno bajo las múltiples formas de la corrupción: tráfico de influencias, comisiones y ahora estafas puestas al desnudo con estafadores libres para disfrutar de lo que nunca debieron apropiarse.
De lo poco que se invierte en la economía endógena (de los venezolanos, no de la continental de los Castros, Evo u Ortega), tenemos un tren central que lleva ya 10 años en construcción y que probablemente no estará listo para el 2012 arrancando desde Charallave hasta Puerto Cabello, ni siquiera desde Barquisimeto hasta la principal ciudad portuaria de Venezuela. Por señalar sólo la obra de infraestructura de mayor alcance que adelanta el gobierno bolivariano que tenemos.
La ineficiencia gubernamental se refleja a diario en apagones, cortes del suministro de agua, escasez del gas y sobre todo en la inseguridad reinante.
Entre tanto, los trabajadores deben padecer la persistencia del desempleo y el buhonerismo, la insuficiencia del salario ante una inflación superior a los aumentos del salario mínimo nacional, una creciente precarización del trabajo (tercerizado), contratos colectivos postergados en su discusión por falta de fondos especialmente en áreas públicas de importancia estratégica como petróleo, siderúrgica, aluminio, electricidad.
El año que termina ha sido de una gran conflictividad. Los empresarios dicen que no hay estímulos para la inversión, más bien para la desinversión y cierre de empresas. Y los trabajadores desconfían de los llamados contratos colectivos de trabajo socialista y dicen que defenderán sus conquistas laborales.
Felices pascuas y un mejor año nuevo en el 2010. Es mi deseo para todos y todas.
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