Conmemoremos el 1ero. de mayo con un cacerolazo en contra del hambre y por salario en la pandemia covid-19

Por Partido Socialismo y Libertad (PSL)

A 134 años de la histórica gesta de los mártires de Chicago, el mundo para los trabajadores sigue siendo un escenario de confrontación por la defensa de sus conquistas y derechos ante la dominación y opresión del capital. La pandemia que recorre al mundo ha desnudado el fracaso del capitalismo en todas sus formas.

Ya desde antes de la pandemia, amplias franjas de trabajadores, enfrentaban los planes de explotación de sus gobiernos. Por eso somos solidarios con las movilizaciones en Ecuador, en Chile, Francia y en muchos otros países, enfrentando los planes de ajuste acordados con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ahora en el marco de la pandemia, las huelgas siguen en Italia, España, y tras partes de Europa contra los gobiernos y los empresarios, apoyados por la burocracia sindical, en sus intentos por obligar a los trabajadores a laborar en medio del Covid-19, sin las medidas mínimas de seguridad contra el coronavirus.

Ante el colapso del sistema de salud en Italia y España, producto de décadas de ajustes y reducción de los presupuestos, los trabajadores protagonizan huelgas espontáneas en empresas metalúrgicas, químicas y otros sectores, desafiando al gobierno, a los  empresarios y a la burocracia sindical. En Francia, los trabajadores asisten a asambleas exigiendo el derecho a que se les pague tiempo libre, si existe la amenaza de sus vidas en el trabajo.

En Estados Unidos, en medio de la pandemia, se registran huelgas y protestas en distintas empresas, especialmente en el sector de la salud, estimuladas por miles de trabajadores que exigen condiciones seguras para realizar sus tareas y licencias pagas para quienes las necesiten. Mientras el gobierno de Trump insiste en presionar para levantar la cuarentena. Los gobiernos y empresarios en todo el mundo sólo muestran preocupación por sus ganancias y exigen la vuelta al trabajo.

En Venezuela los trabajadores vivimos una tragedia de grandes proporciones ya desde antes de que el Covid 19 llegara al país. Con los servicios destruidos, los hospitales por el suelo, sin agua, ni electricidad ni gasolina. Atravesando por la más grave crisis social de nuestra historia.

Además, las trabajadoras y trabajadores devengamos un salario de hambre. El artículo 91 de la constitución el cual establece que uno de los parámetros para fijar el salario mínimo es el costo de la canasta básica, es burlado en forma descarada.

En marzo la canasta alimentaria según el Cenda fue de Bs. 30.222.392, lo que equivale a $ 173 de acuerdo al cambio actual oficial, mientras que el aumento decretado el 27 abril por el gobierno es de Bs. 400 mil el salario mínimo y Bs. 400 mil Bs el bono de alimentación, en total el ingreso mínimo es de Bs. 800.000 que equivalen a menos de 5 dólares.

En relación a los jubilados y pensionados sólo se les cancelarán Bs. 400 mil y un “bono de guerra” de Bs. 350 mil. Como salta a la vista, esta propuesta salarial es para beneficiar a los empresarios nacionales y extranjeros. Nunca a los trabajadores. Y desnuda una vez más el carácter antiobrero del gobierno de Maduro.

El gobierno viene aplicando un paquete de ajuste con el que intenta descargar la crisis sobre los hombros del pueblo trabajador, el llamado Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica, lanzado en agosto del 2018. En ese marco, desde el Ministerio del Trabajo se elabora el memorándum 2792, herramienta para destruir las conquistas y derechos laborales en beneficio del capital transnacional y local.

Con la óptica de venderse al mejor postor y apoyar estas políticas de entrega a los empresarios, la burocracia sindical de la CSBT, en todo el país, se dedican a vender las conquistas logradas con más de cien años de luchas de los trabajadores venezolanos. En las empresas básicas de Guayana, y en PDVSA entregaron los contratos y saquearon las empresas, mediante sendas mafias entre sindicalistas y burócratas del PSUV. Desaparecieron el HCM (básicas) y el Sicoprosa (PDVSA), los tickets abasto y el comisariato (FMO), eliminaron los comedores, los juguetes y útiles escolares de los niños. Para esto contaron con el aval de la burocracia roja rojita, y el silencio e inacción de la burocracia adeca de la CTV y sus aliados de los demás partidos patronales que apoyan a Guaidó.

Para imponer su traición –burócratas y gobierno- criminalizan la protesta llevando una gran cantidad de trabajadores y dirigentes sindicales a las cárceles del país, convirtiéndolos en reos del gobierno. Son emblemáticos los casos de Rodney Álvarez, Rubén González (FMO), Alfredo Chirinos y Aryenis Torrealba, (PDVSA), pero son más.  Esta es la gran traición de la Csbt, el Psuv, y el falso socialismo del gobierno.

Las trabajadoras y trabajadores venezolanos debemos enfrentar el coronavirus en las peores condiciones imaginables. Con todos nuestros derechos violentados, sin una central sindical unificada, con los contratos colectivos que no se cumplen ni se discuten, con despidos y suspensiones en las empresas privadas, con los servicios públicos por el suelo, con hospitales destruidos, y con salarios de hambre. Por eso decimos que enfrentar la pandemia en Venezuela debe partir de recuperar el salario de la clase trabajadora, igualándolo a la canasta básica.

Este 1ro de mayo debe servir para mostrar nuestra solidaridad internacionalista con todas las trabajadoras y trabajadores del mundo, en especial los del sector salud, en primera línea de lucha contra la pandemia, y para llamar en nuestro país a la unidad y continuidad de las luchas de los trabajadores. Con autonomía e independencia de cualquier fórmula burguesa y de la burocracia sindical. Llamamos a los trabajadores venezolanos y al proletariado mundial a confiar en sus fuerzas, a movilizarnos por la defensa de nuestros derechos y ser solidarios con las luchas de los trabajadores donde estas se den. Fieles al internacionalismo proletario.

Y en Venezuela, ante la gran crisis que nos agobia, llamamos a los trabajadores a movilizarnos contra el ajuste del gobierno de Maduro, y en defensa de un Plan Obrero y Popular de Emergencia, para afrontar las crisis económica y sanitaria, que se financie con los recursos proveniente de la recuperación de los miles de millones de dólares robados y fugados al exterior por las diferentes fracciones de la burguesía, la alta burocracia estatal y las mafias sindicales, con un impuesto especial a los banqueros, capitalistas y transnacionales, no pago de la deuda externa, por la eliminación de los gastos suntuarios, militares y policiales del Estado, exigiendo la revocación de las criminales sanciones imperialistas, y el retorno de los fondos estatales confiscados por los EEUU y la Unión Europea y la estatización al 100% de la industria petrolera, controlada y dirigida por sus trabajadores.

En ese sentido, nos sumamos y apoyamos el cacerolazo que distintas organizaciones están convocando para el próximo viernes 1 de mayo a partir de las 8 p.m. para repudiar el pírrico aumento salarial y las terribles condiciones en las que las trabajadoras y trabajadores venezolanos debemos enfrentar la pandemia.

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