Destrucción de refinerías convirtió a Venezuela en importador de gasolina

Por Partido Socialismo y Libertad

Después de la primera semana de instrumentación del nuevo esquema de distribución de la gasolina, se ha puesto de manifiesto una total improvisación por parte del gobierno. Las quejas de los usuarios se reproducen en todo el país. Largas colas desde la madrugada en las bombas. Hasta más de 24 horas tienen que esperar los usuarios en las mismas, y en algunas ocasiones no llegan las cisternas. Se suponía que el despacho de combustible comenzaría a las 5 a.m., pero no ha sido así. En otros casos no hay máquinas para el biopago, obligando a algunas personas a pagar con dólares, y los que no tienen se quedan sin la posibilidad de adquirir el combustible. Le dan prioridad a las bombas destinadas a cobrar en divisas en detrimento de las que expenden combustible subsidiado. En realidad, no hay gasolina para el pueblo. Las fallas son innumerables, poniéndose en evidencia el desorden del gobierno en la aplicación del plan. El descontento es generalizado y las protestas no se han hecho esperar. Ante ello el gobierno, como es habitual, ha respondido reprimiendo a los periodistas y usuarios que se atrevan a fotografiar o filmar el desastre en la venta de gasolina, y las protestas que se han presentado en algunos lugares.

El gobierno privatiza y aumenta la gasolina

El llamado “plan de distribución y valorización de gasolina”, como lo ha denominado el gobierno, en rigor es un plan de liberalización y privatización de la gasolina, en el marco de una gran escasez producto de la destrucción del parque refinador venezolano.

Más allá de la propaganda gubernamental se estableció un aumento sustancial de la gasolina que le va a meter más leña al fuego de la inflación en el país, en un momento particularmente difícil para los trabajadores y el pueblo venezolano, provocado por el agravamiento de la crisis social debido al coronavirus. Para llenar el tanque de un vehículo promedio con la gasolina subsidiada, se necesitan Bs. 300 mil, tan sólo Bs. 100 mil menos del salario mínimo.

Por otra parte, con el plan anunciado el gobierno avanza en la privatización de nuestra industria petrolera. Se acuerda con empresarios privados vender gasolina a precios internacionales y en divisas. En las bombas que surtirán combustible a medio dólar, el tanque de un vehículo promedio se llenará con 6 millones de bolívares aproximadamente, es decir, unos $ 30, más de lo que en muchas partes de Estados Unidos se paga en la actualidad, y más o menos lo mismo que en Colombia.

El chavismo siempre rechazó aumentar la gasolina y privatizar Pdvsa, y decía que esta era la intención de los adecos y copeyanos. Bueno…la realidad es que son ellos los que llevan el precio de la gasolina a precios internacionales y privatizan su adquisición y distribución. Esto queda claro con el decreto No. 4420, recientemente aprobado, mediante el cual se exonera el pago de impuestos y aranceles a la importación y venta de combustible, comenzando de esta manera a liberar el mercado de la gasolina.

Este nuevo esquema de venta de la gasolina es parte del plan de ajuste que el gobierno aplica desde el 2018 y que denominó Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica, con el cual busca hacer pagar la horrorosa crisis económica y social a los trabajadores y el pueblo. Con este paquetazo el gobierno destruyó el salario y las convenciones colectivas, y aplica el leonino memorando 2792 y el Factor de Equilibrio 9030 en la industria petrolera.

Gasolina racionada en un país petrolero

El otro aspecto de todo esto es que en la práctica se racionará la gasolina. Quién iba a pensar que esto iba a suceder en Venezuela, donde Pdvsa llegó a ser en 1998 la tercera empresa en el mundo con mayor capacidad de refinación. Fue la trigésima novena empresa más grande del mundo, según el ranking de la revista Forbes, y la segunda de América Latina. Un país que tiene 71 años produciendo gasolina, con la entrada en operación de la refinería de Cardón en 1949. Por eso es completamente absurdo que un país petrolero como el nuestro hoy importe gasolina. ¡No tiene ninguna justificación lógica!

Todos estos anuncios derrumban el discurso que el gobierno difundió mediáticamente en los últimos días con el arribo al país de los 5 buques con gasolina y otros insumos provenientes de Irán. Sin duda Venezuela e Irán tienen derecho a comerciar libremente sin interferencia de ninguna potencia capitalista. Pero aclaremos algo, Irán no está dando muestras de ninguna solidaridad. Simplemente está aprovechando la escasez de gasolina en Venezuela, producto de la destrucción de las refinerías, para hacer un excelente negocio vendiéndole combustible y otros insumos al gobierno venezolano. Y esa gasolina ahora la vamos a pagar todos los venezolanos y venezolanas…bien cara, y en dólares.

El gobierno destruyó las refinerías, por eso no hay gasolina

Debemos decirlo con toda claridad: hoy no hay gasolina en Venezuela debido a que las refinerías se encuentran inoperativas, y no hay gas ni gasolina por falta de inversión y de mantenimiento en la industria petrolera venezolana. Las sanciones del imperialismo norteamericano no hacen si no agravar una situación ya existente.

Desde hace años nuestra corriente sindical C-cura en el sector petrolero, y el compañero José Bodas, secretario general de la Futpv, vienen denunciando que “Pdvsa se cae a pedazos”. Y no precisamente, como dicen sectores de la derecha patronal, por el despido de los gerentes que se fueron al paro en el 2002. Si hoy Pdvsa se mantiene a flote a pesar del desastre operativo y los salarios de hambre es gracias a la mística de sus trabajadores, técnicos y profesionales.

En el año 2010, con Chávez gobernando y Rafael Ramírez como presidente de Pdvsa -hoy prófugo de la justicia-, elaboramos un exhaustivo informe sobre el estado operativo de la industria en particular de las refinerías, así como sobre la situación de los trabajadores y sus reivindicaciones, que hicimos público y entregamos a la gerencia de Pdvsa, a la Asamblea Nacional y a la directiva de la Futpv, sin embargo, no fue tomado en cuenta. Advertimos del riesgo físico que corrían los trabajadores. Lamentablemente dos años después se produjo la tragedia de Amuay donde murieron 43 personas.

¿Que planteamos nosotros?

Rechazamos este aumento que sólo afectará al pueblo. La escasez de gasolina no se resolverá hasta tanto no se recuperen las refinerías que están paralizadas.

En este momento de la más pavorosa crisis social conocida por nuestro pueblo, en medio de los efectos del coronavirus y la crisis del sistema capitalista mundial, el petróleo debería ser una herramienta esencial para enfrentar la tragedia que padece el pueblo trabajador venezolano. En el 2002 y 2003 dijimos que los trabajadores, técnicos y profesionales de Pdvsa debían mantener el control operativo de la industria, y no entregarla a burócratas y militares como hizo Chávez. De haber sido así, otro gallo cantaría hoy. De allí que consideramos que los únicos que podemos recuperar a nuestra principal industria son sus trabajadoras y trabajadores, en ese sentido planteamos que Pdvsa sea 100% estatal sin transnacionales ni empresas mixtas, y que sea gestionada directamente por los trabajadores, técnicos y profesionales de la industria en beneficio del conjunto del pueblo venezolano.

En el marco de la crisis social y la pandemia, proponemos que se conforme un Fondo Social de Emergencia imponiendo un impuesto especial a los empresarios, banqueros y transnacionales. Que no se siga pagando la deuda externa, que cese el gasto militar, y con todos esos recursos impulsar un Plan de Emergencia, que incluya la importación masiva de alimentos y medicinas. Salarios igual a la canasta básica y una renta de cuarentena para los trabajadores informales igual a la canasta básica.

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