La acusación a Lusbi Portillo y la patraña del Gobernador

Por Ángel Villalobos

Hay personas que aseguran que Omar Prieto es un individuo vengativo y usa la política para tales fines.

Por otra parte es un político narcisista, le disgusta y le saca de sus cabales perder el control sobre personas o sucesos que se supone un gobernador tiene el poder de controlar. Y por supuesto, le preocupa que se le vea como un gobernante débil incapaz de controlar unos cuantos indios.

Que unos Yukpa lo hayan obligado repentinamente a dejar su agenda y lo obliguen a escucharles durante todo el día, como sucedió en octubre 2020, es una muestra de pérdida de control del Gobernador y de las consecuencias sobre su imagen en los medios.

Unos Yukpa en Residencia Oficial y otros en Plaza Bolívar exigiendo que aparezca el gobernador, definitivamente le tuvo cambiar el ánimo y a avivar sórdidas intenciones. Tal vez esto no lo perdona.

Por eso ordenó hostigar y poner presos a los dueños de los buses en los cuales se movilizaron los Yukpa e impidió que la última movilización llegara a Maracaibo. Ordenó fuera retenida en la alcabala GNB del Km 18 (julio 2021). Estamos en presencia del tratamiento policial y militar a las demandas indígenas Yukpa.

También sabemos que los Yukpa no dejarán de reclamar sus derechos con un estilo de movilización de familias enteras y permanecer agrupados durante días hasta obtener la satisfacción de sus peticiones. Creer lo contrario es no conocer a los Yukpa e ignorar sus justos reclamos. Es ignorar la forma como se accede a una comunidad Yukpa y las dificultades de transitar durante kilómetros y kilómetros por carreteras en tal grado de deterioro, que solo han quedada habilitadas para que transiten mulas y personas a pie. Es ignorar los embates de la tuberculosis, la lehismaniasis, la hepatitis, las mordeduras de serpiente… y la escasa, inapropiada o ninguna atención. Por supuesto esto no preocupa al gobierno regional.

Tal vez sean los Yukpa los únicos que han logrado torcer la soberbia del gobernador, sin embargo, todo parece indicar que aquel diálogo se hizo entre códigos contrapuestos: por una parte los Yukpa con un lenguaje que manifiesta años y años de abandono estatal y por otra parte el lenguaje taimado de un hombre ofendido. No se explica el descarado incumplimiento de todo lo prometido en aquella reunión de octubre 2021, parece una consecuencia de la vengativa contra los Yukpa.

Ahora se busca explicar por medio de un giro orbital lo que está de fondo: los recursos minerales de Perijá y el obstáculo para entregarlo a transnacionales: los indígenas y por defecto, Luisbi Portillo. El mineral en mayor cantidad es el carbón, actualmente valorado a 130 dólares la tonelada en los mercados energéticos europeos. La patraña no puede ser de peor factura. El gobernador se habrá deslumbrado con los millones que reportaría sacar los minerales de Perijá. Tenía reservada la negociación con los capitales interesados en el carbón. Él tal vez habrá visto el mapa del yacimiento carbonífero y las comunidades indígenas Yukpa, Barí y Wayuu asentadas sobre los mantos subterráneos de carbón.

Tal vez le habrán mencionado las décadas de oposición indígena a la explotación de carbón en Perijá, por eso coloca el asunto en un supuesto agente de la CIA, con lo cual quiere decir, que es la CIA quién impide el desarrollo del Zulia y le coloca a unos burócratas indígenas del MINPI la función del descrédito. Otra vez se repite esta historia del carbón de Perijá en forma de una farsa.

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