Argentina: Milei anunció un ajuste de shock contra el pueblo trabajador
Por Juan Carlos Giordano (diputado nacional electo por Izquierda Socialista/FIT Unidad-Argentina)
El ultraderechista Milei acaba de anunciar un brutal ajuste, confirmado por su ministro de Economía y financista Luis Caputo, el endeudador serial con el FMI bajo el gobierno macrista (ver «¡No al plan motosierra!»). Ajuste que viene con “estanflación” (recesión con inflación). Milei dijo que “lo pagará el Estado” (léase el pueblo trabajador), archivando su discurso “anti casta” que usó mentirosamente en las elecciones. Pactó con los mismos políticos de siempre (“gente de bien”) donde macristas y peronistas hoy son parte de su gobierno.
A cuarenta años de gobiernos patronales después de caída la dictadura y ante el desastre que dejó el gobierno peronista en estos cuatro años, y los anteriores, asumió la extrema derecha patronal, agente directa del FMI y el imperialismo norteamericano, que se la tendrá que ver con los millones que sufren la pobreza y aquellos desesperados que lo votaron para sacarse de encima al desastre que dejaron Alberto, Cristina y Massa, y esperan una solución. Expectativas que chocarán con la brutalidad del ajuste en curso.
Milei en la asunción se mostró como se viene vendiendo, “nuevo y distinto”. Le habló “a la gente” (no a las y los diputados), rodeado por el monarca Rey de España y el ultraderechista Bolsonaro. Dijo que es el primer presidente liberal libertario de la historia y que lo votaron para hacer un cambio inédito. Pero rápidamente empezó a vociferar su ya anunciada receta de ajuste, sin filtro, algo peligroso para quien recién asumió, donde ya mostró sus improvisadas idas y vueltas, tanto para designar al gabinete como para mantener o no distintas propuestas, algunas quedadas en el archivo.
Los anuncios de Milei y Caputo echan más leña al fuego a la grave crisis social
Dicen que Milei habló de la peor herencia de la historia (como le aconsejó Macri y también alegó Caputo), para garantizar que quienes lo votaron no se asusten ante el ajuste “doloroso, inevitable, no gradual” y el famoso “no hay plata”. Pensará, no vaya a ser cosa que luego me digan que no se los dije. Pero ya sus medidas están generando zozobra. Parte de sus votantes revelan, “lo voté con miedo, pero me ganó la ilusión de un cambio”.
La promesa de “terminar con la inflación de un plumazo” se reveló mentirosa. La “libertad de precios” está llevando a que los alimentos suban un 100%, lo cual se agravará aún más con la devaluación anunciada del 118%, llevando al dólar a 800 pesos. Los mismos de siempre remarcan y remarcan. Arcor, Mastellone, Ledesma, Coca Cola, Fargo, Bimbo, Molinos, Aceitera General Deheza, Danone, Johnson hicieron la punta, parte de la maquinaria capitalista que con total impunidad y bajo la libertad de mercado sigue haciendo fortuna con las necesidades del pueblo.
En nombre de la “libertad de mercado” se viene un nuevo capítulo de suba de precios, tarifazos, despidos, mega devaluación, endeudamiento externo, privatizaciones, reforma laboral y menos salarios y jubilaciones.
Cuando Milei dice que “el ajuste lo pagará el Estado” (lejos de aquellos trabajadores, jubilados y la juventud que lo votaron creyendo que no los tocará), está precisamente direccionado contra ellos. “Estado”, para Milei, son los salarios de la docencia y trabajadores de la salud, las jubilaciones apetecibles por todo gobierno capitalista, menos escuelas y hospitales, a los que considera “un gasto”.
Este ajuste agravará una situación social de por sí ya explosiva, acrecentando la pobreza extrema y la indigencia. Por eso hubo un silencio entre quienes estaban escuchando su discurso, cuando Milei dijo que entre diciembre y febrero la inflación iba a ser del 40%.
Que al ajuste “no lo van a pagar los privados”, es una clara referencia de que Milei seguirá beneficiando a los grandes grupos empresariales, bancos, multinacionales, empresas saqueadoras de nuestros bienes comunes y el FMI. “Voy a aplicar un mayor ajuste al que pide el Fondo Monetario”, sentenció. La consigna “no hay plata” está direccionada contra el pueblo trabajador, porque el gobierno seguirá destinando miles de millones de dólares a los pagos de una deuda externa usurera y fraudulenta, con vencimientos en los próximos diez años de 15.000 millones de dólares anuales en promedio.
El ajuste de shock ya se hizo en los años ´90 bajo el gobierno peronista de Carlos Menem que Milei reivindica, llevándonos al desastre. “Pasaron treinta años y tenemos que seguir diciendo lo mismo”, recordó el ministro del Interior, Guillermo Francos. Los resultados están a la vista (ver ¿El problema es “el Estado”?).
¿Cuánto dura la luna de miel?
Milei tiene solo 38 diputados de 257 y 7 senadores de 72, ningún intendente propio, gobernador, ni estructura partidaria. El pacto con la derrotada Patricia Bullrich y Macri le dio un envión para poder ganar. Mucho se habla del pacto que tejerá entre los bloques parlamentarios patronales para poder sacar las leyes fundamentales. Pero la expectativa no debe estar centrada en el Congreso, donde los políticos patronales se reacomodan ante el ganador de turno y terminan cocinando el ajuste en común. Entre otras cosas, porque del Parlamento solo salen leyes para salvar a los de arriba y contra el pueblo trabajador, salvo cuando se las impide con lucha, como la rebelión popular de diciembre de 2017 que impidió el ataque jubilatorio de Macri, o la marea verde del movimiento de mujeres que conquistó el aborto legal.
La clave está en cómo se expresa el “humor social” ante semejante guadañazo, tanto de quienes votaron a Milei como de quienes no. Comentarios periodísticos dicen que Milei se la tendrá que ver ante una “mayoría exhausta y empobrecida con escaso margen para más penurias”. Las grandes patronales apoyan a Milei, pero por abajo temen el “desborde social”.
La denominada “luna de miel” (el qué pasará en los primeros cien días del nuevo gobierno), es clave. Ante un ajuste que vendrá con represión. Ya lo vimos con el macrismo y la gendarme Patricia Bullrich de ministra, ahora renovada con Milei.
Milei habló de mano dura. “El que corta la calle no va a cobrar” y “dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”, refiriéndose no a los delincuentes de guante blanco sino a quienes salgan a reclamar.
Las expectativas populares con el gobierno chocarán ante las consecuencias nefastas del ajuste, augurando futuros meses muy convulsionados.
El peronismo de la “gobernabilidad” y el rol cómplice de la CGT
El desastre de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y el candidato derrotado, Sergio Massa, es lo que posibilitó que el hartazgo popular se canalizara equivocadamente a una variante de extrema derecha. Hay comentarios de que ahora el peronismo pasará a la “resistencia”. ¿De qué resistencia hablan?
Lo que dicen los dirigentes peronistas y sus diputadas y diputados es todo lo contrario. Son los que dejaron en banda a su militancia que, golpeada ante el triunfo de Milei, hizo una campaña a pulmón para frenar a la extrema derecha, viendo hoy que sus dirigentes y dirigentas coquetean con él y lo dejan correr.
“No estamos a la espera de que le vaya mal a Milei para tener una chance” (Página12, 5/12). Comentarios como éste de un referente de Unión por la Patria, son los que circulan por estas horas.
“No vamos a obstaculizar la gestión del nuevo gobierno”, dijo el senador peronista José Mayans ante la negacionista Victoria Villarruel, agregando en tono jocoso para la defensora de genocidas sobre su nombre: “Es hermoso, mi nieta también se llama Victoria”. (Clarín, 1/12).
Milei devuelve los favores: “No venimos a perseguir a nadie ni a saldar viejas vendettas”, celebrando que Cristina Kirchner le diera la titularidad a La Libertad Avanza en ambas cámaras del Congreso. Cayó muy mal en la base peronista que la ex vicepresidenta cuchicheó haciendo chistes a Milei en la entrega del mando.
“Estamos para ayudarlo”, dijo Schiaretti, quedándose en el nuevo gobierno con los ministerios de Transporte, Anses y el Banco Nación. Quedan ratificados para seguir con Milei, Daniel Scioli, embajador de Brasil; Marco Lavagna (Indec); Flavia Royón (Minería); Guillermo Michel (Aduana); Leonardo Madcur (Relaciones con el FMI); Mario Russo (ex Salud); Lisandro Catalán (Secretario Interior) y otros funcionarios peronistas, aplicando la máxima del embajador norteamericano cuando le dijo a Cristina “es hora de dejar partidos y trabajar todos juntos”.
Lo máximo que hará el peronismo será lo que dijo el banquero del Credicoop, ex PC y ex titular de la comisión de presupuesto del gobierno peronista, Carlos Heller: “Habrá que lograr que sus políticas sean las menos gravosas”.
Por el lado de la CGT, después de decir que no va a dar “ni un paso atrás” (¿ni un paso atrás de qué?), muchos de sus referentes señalaron: “Nadie va a generar un conflicto antes de tiempo”. Andrés Rodríguez de UPCN llamó a “garantizar la gobernabilidad, no hay que prejuzgar, estamos dispuestos al diálogo”.
Pablo Moyano, por su parte, señaló que “la CGT está comprometida con la defensa de los derechos de los trabajadores” (Página12, 4/12). Si fuera así, ¿por qué no defendieron a los trabajadores ante un gobierno del FMI que llevó a un 45% de pobreza y salarios de miseria? Estamos en presencia de una CGT que batió el récord de no tomar ninguna medida de lucha en cuatro años de gobierno ajustador. Lo mismo vale para las CTA y el conjunto de la traidora burocracia sindical, sumándose al caldo de cultivo para que gane Milei.
Izquierda Socialista junto al sindicalismo combativo y el FIT Unidad denunciamos a esos dirigentes y exigimos que abandonen su complicidad y llamen a asambleas y a plenarios de delegados para preparar las medidas de lucha contra el ajuste antiobrero de Milei.
Para terminar con la pobreza y la decadencia hay que luchar, romper con el FMI y fortalecer al Frente de Izquierda
Si algo está claro, más allá de los ritmos de la situación, es que se ha descargado un brutal ataque contra las y los trabajadores que, para enfrentarlo, en primer lugar hay que salir a luchar. Habrá luchas y choques sociales, esa es la perspectiva para 2024 ante un movimiento obrero y popular que no está derrotado y va a dar pelea, como ya ocurrió con la rebelión popular en Jujuy contra la reforma constitucional represiva y saqueadora de Gerardo Morales y el PJ.
Las patronales envalentonadas ya están despidiendo personal o aplicando retiros voluntarios en Bridgestone, Mirgor, Vaca Muerta, Nissan-Renault, Mercedes Benz. El Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC) llama a que la crisis la paguen los capitalistas, no los trabajadores, impulsando junto a distintas organizaciones sociales, estudiantiles y la izquierda la marcha del 20 de diciembre próximo, como primera acción de lucha unificada contra el ajuste de Milei y Caputo, día en que se conmemora la rebelión popular del Argentinazo de 2001 contra el gobierno radical de De la Rúa y el FMI. Marcha que será también en defensa de las libertades democráticas y el derecho a la protesta.
En segundo lugar, ante la mentira de Milei de que su gobierno está iniciando de esta manera un “período contra la decadencia”, (donde después de aguantarse el ajuste habría una “luz al final del túnel con la bendición de las fuerzas del cielo”), decimos que la decadencia, el saqueo y el sometimiento al FMI se van a terminar cuando se rompa con ese organismo imperialista, se deje de pagar la deuda externa y se imponga un plan económico obrero y popular, como lo hemos sostenido en todo este año electoral y en las luchas desde el Frente de Izquierda Unidad. Lucha que debe culminar con un gobierno de las y los trabajadores y de la izquierda, y una Argentina socialista, con plena democracia para el pueblo trabajador.
Para dar esta pelea convocamos a sumarse a Izquierda Socialista, como llama nuestro dirigente combativo Rubén “Pollo” Sobrero, en especial a la valiosa militancia peronista a la que acompañamos enfrentando a Milei llamando a un voto crítico a Massa, sin darle ningún apoyo político. Le decimos que abandonen a Unión por la Patria que los llevó a esta nueva frustración, sumando fuerzas junto a Izquierda Socialista para fortalecer entre todas y todos la única alternativa política que vino enfrentando a los gobiernos de turno, como lo es el Frente de Izquierda Unidad, haciéndolo ahora en primera fila contra el ultraderechista Milei y su plan motosierra.