Apoyemos la lucha de los trabajadores de las industrias básicas de Guayana
Los recientes ataques armados contra los trabajadores del aluminio, incluyendo la agresión contra el dirigente obrero José Morocoima de Bauxilum, por parte de grupos vinculados al Psuv y a la gerencia de las empresas básicas de Guayana, forman parte de una política del gobierno nacional de desconocer las contrataciones colectivas y liquidar la autonomía sindical, para cargar sobre los hombros de la clase trabajadora el desastre al que han llevado a las empresas del aluminio, el hierro y el acero.
Los recientes ataques armados contra los trabajadores del aluminio, incluyendo la agresión contra el dirigente obrero José Morocoima de Bauxilum, por parte de grupos vinculados al Psuv y a la gerencia de las empresas básicas de Guayana, forman parte de una política del gobierno nacional de desconocer las contrataciones colectivas y liquidar la autonomía sindical, para cargar sobre los hombros de la clase trabajadora el desastre al que han llevado a las empresas del aluminio, el hierro y el acero.
El gobierno y sus funcionarios pretenden confundir a los trabajadores hablando de “enfrentamientos”, cuando en realidad se trata de la actuación de bandas armadas, como “Muralla Roja”, provenientes de las filas del PSUV, las cuales recuerdan a los cabilleros de Acción Democrática de tiempos pasados, cuyo objetivo es romper las huelgas y la movilización de los trabajadores, mediante el amedrentamiento.
El lunes 23 se llegó al colmo de detener a Manuel Díaz, presidente del Sutrapuval (sindicato de profesionales de Venalum) con una falsa acusación, luego que se llegara a un acuerdo en donde el gobierno debió reconocer algunos de los reclamos obreros. Ante este nuevo atropello los trabajadores de Venalum decidieron mantener la huelga hasta tanto se libere a Díaz.
El gobierno reprime las protestas legítimas de los trabajadores de Guayana para intentar avanzar en sus planes de desnacionalizar las industrias básicas, entregándolas a intereses transnacionales, particularmente a corporaciones chinas, a través de empresas mixtas que comprometen toda la producción con ventas a futuro.
El gobierno tiene tiempo avanzando en esta dirección. La mayoría de las empresas tienen entre 3 y 4 años sin discutir contrato. El modelo de gestión llamado «control obrero» es en realidad un control sobre los trabajadores para desconocer el carácter autónomo de sus organizaciones y arremeter contra los sindicatos. En la práctica se trata de comités de esquiroles. Pero esta política del gobierno se encuentra en crisis por la resistencia de los trabajadores, que estalla con fuerza con la paralización de las empresas del aluminio. Pero lo que está en juego para el gobierno es toda una estrategia de largo plazo, tanto para las empresas de Guayana como para el conjunto del movimiento obrero.
Esta confrontación que se libra en Guayana es incluso más importante desde el punto de vista de los trabajadores. Si se logra frenar al gobierno en sus planes, se fortalecen no sólo los trabajadores de las industrias básicas de Guayana, sino toda la clase trabajadora del país. Por eso es urgente la unidad de todos los trabajadores y de las dirigencias sindicales que, independientemente de sus posiciones políticas, estén dispuestas a cerrar filas contra las bandas armadas y en defensa del derecho a la huelga y a discutir convenciones colectivas de trabajo.
Desde el FADESS se ha expresado la solidaridad y un llamado al apoyo a la lucha de los trabajadores de Guayana. CCURA, como parte del FADESS, se suma a este llamado solidario.
Igualmente llamamos a todos los trabajadores a solidarizarse con la lucha de los trabajadores del aluminio, y a la unificación de las luchas para derrotar la política antiobrera del gobierno. Por el rescate de las empresas ante el desastre al que las ha conducido la burocracia roja-rojita y la boliburguesía. No a la criminalización de la protesta, plena libertad a los dirigentes sindicales. Paralizando las empresas básicas responderemos a esta ofensiva brutal del gobierno y lo obligaremos a retroceder y respetar a la clase trabajadora.
¡No a la criminalización de las protestas!
¡Con la movilización derrotaremos a las bandas armadas del gobierno!
¡Solidaridad con los trabajadores del aluminio y de todas las empresas básicas de Guayana!