Argentina demandó a Uruguay por construcción de plantas de celulosa en río limítrofe
Argentina acusó el lunes a Uruguay ante el máximo tribunal de la ONU, diciendo que «violó flagrantemente» las leyes internacionales al autorizar la construcción de dos plantas de celulosa en el río que separa ambos países.
Argentina acusó el lunes a Uruguay ante el máximo tribunal de la ONU, diciendo que «violó flagrantemente» las leyes internacionales al autorizar la construcción de dos plantas de celulosa en el río que separa ambos países.
La máxima representante argentina ante la Corte Internacional de Justicia, Susana Ruiz Cerutti, dijo que se trata de un proyecto incorrecto en un lugar equivocado.
Una de las plantas, que ya fue construida y convierte eucaliptos en celulosa para papel, ya ha comenzado a contaminar el agua en el río Uruguay y a emitir gases en el ambiente cercano a un centro turístico argentino, denunció la representante ante los jueces.
Cerutti agregó a los jueces que al autorizar la construcción de las dos plantas de celulosa, Montevideo violó los términos de un tratado bilateral de 1975 que dicta el uso del río.
Uruguay alega que la planta de 1.200 millones de dólares -la mayor inversión extranjera en un proyecto en la historia del país- aumentará las exportaciones uruguayas 15%.
Argentina tiene cinco días para presentar sus argumentos, antes que Uruguay comience su defensa el 21 de septiembre. Ambos países tendrán entonces dos días cada uno para argumentos finales antes de que el tribunal inicie deliberaciones.
Argentina sostiene que la planta, desarrollada por Finlandia, es responsable de una explosión de algas tóxicas en el río y de las emisiones de sulfuro de hidrógeno en las poblaciones cercanas.
«Huele como huevos podridos», dijo Cerutti. «Es un olor nauseabundo».
El abogado argentino Philippe Sands mostró al tribunal una foto por satélite del brote de algas ocurrido en febrero.
Sands le dijo al tribunal que la contaminación ha sido exacerbada porque el río corre muy lentamente junto a la planta -incluso a veces va en sentido contrario a causa de los fuertes vientos- lo que significa que los contaminantes se dispersan muy lentamente río abajo.
Dijo que subestimar la capacidad del río de absorber contaminantes era invitar a «un desastre ambiental potencial».