Arrecia criminalización de participantes en la revuelta londinense
Con penas ejemplarizantes, el régimen británico intenta escarmentar a la población, luego de los masivos disturbios que sacudieron al país. La revuelta popular que se inició en Londres fue una respuesta al brutal plan de ajuste implementado como respuesta a la crisis económica, así como la persistencia del racismo y la violencia policial. Un caso que demuestra la saña con la que está operando el sistema judicial, es la pena de cuatro años de cárcel para dos jóvenes que a través de internet llamaron a realizar actos de protesta que no llegaron a consumarse. Nuevamente queda al descubierto la farsa burguesa de la división de poderes; todas las ramas del Estado demuestran su subordinación absoluta a los intereses de la burguesía.
Con penas ejemplarizantes, el régimen británico intenta escarmentar a la población, luego de los masivos disturbios que sacudieron al país. La revuelta popular que se inició en Londres fue una respuesta al brutal plan de ajuste implementado como respuesta a la crisis económica, así como la persistencia del racismo y la violencia policial. Un caso que demuestra la saña con la que está operando el sistema judicial, es la pena de cuatro años de cárcel para dos jóvenes que a través de internet llamaron a realizar actos de protesta que no llegaron a consumarse. Nuevamente queda al descubierto la farsa burguesa de la división de poderes; todas las ramas del Estado demuestran su subordinación absoluta a los intereses de la burguesía.
Los condenados son Jordan Blackshaw, de 20 años, y Perry Sutcliffe-Keenan, de 22.
Los disturbios tuvieron lugar luego de que la policía le volara la cabeza a un hombre afrodescendiente que se encontraba desarmado.
Un estudiante universitario de 23 años sin antecedentes penales también recibió una condena grotesca, al recibir seis meses de cárcel por robar una caja de agua de un valor de 3,50 libras esterlinas (unos 5,8 dólares).
Las medidas de austeridad implantadas por el Gobierno socavan el estado de bienestar y agravan las condiciones de supervivencia de los sectores con bajos ingresos.