13 octubre, 2024

Así fue que Atabapo estalló en furia por estar tres meses sin luz ni gasolina

Por Sebastiana Barráez (puntodecorte)

@SebastianaSin

26 de junio de 2019. A San Fernando de Atabapo se llega desde Puerto Ayacucho, por aire o por agua, en una de esas embarcaciones que la gente de la zona llama voladoras o lanchas rápidas, precisamente por estar en la confluencia de los ríos Atabapo, Guaviare y el inmenso Orinoco. Es una población con marcada presencia indígena. Alrededor de la plaza del pueblo está el corazón del poder municipal y militar. El negocio más rentable es el combustible. Ese pueblo arrancó su rebelión el 22 de junio.

Saquean alcaldía 

El pueblo venía molesto desde que en marzo ocurrieron los apagones eléctricos y Atabapo quedó totalmente a oscuras. El único sitio que tenía luz era el Comando Militar, gracias a una planta eléctrica; los habitantes del pueblo se concentraban en el comando para que les permitieran cargar sus celulares.

Pero a medida que el tiempo fue pasando la población va acumulando molestias, a causa de varias cosas, entre esas la de la escasez de todo. San Fernando de Atabapo queda a unas tres horas en lancha de Puerto Ayacucho, que es la capital del estado Amazonas y no hay ninguna vía terrestre que atraviese esa reserva forestal que es una de las mayores del continente.

Alrededor del combustible se mueve la vida de la población, porque es lo que mueve la minería; cada comunidad de las que integran el municipio, tiene acceso a un cupo de gasolina, dependiendo de la distancia que haya entre el pueblo y la comunidad.

La primera vez que fui a San Fernando me recibe en la orilla una larga cola de personas, la gran mayoría indígenas que esperaban con su recipiente de plástico ser surtido de determinados litros de gasolina, porque para la gran mayoría de sus habitantes su venta le permite los ingresos de vida.

Y fue la escasez de combustible, el principal detonante de lo ocurrido en Atabapo desde el 22 de junio. El pueblo tenía casi un mes que no recibía combustible, de manera que todo estaba paralizado, incluyendo las moto bombas, plantas, máquinas y lanchas, además de las máquinas del área minera.

La situación paraliza el transporte, y con ello ya empiezan peligrosamente a acabarse los alimentos que no llegan. Los módulos médicos ya no tenían medicamentos. Los habitantes se cansan de esperar.

El alcalde José Camico, militante del Partido Socialista de Venezuela (PSUV), no aparece ante la población, porque obviamente tampoco tiene cómo resolver un problema que no está entre sus funciones y además porque él vive en Puerto Ayacucho.

Secuestro y saqueo

Ese sábado 22 de junio llegó una gabarra cargada de gasoil. De repente como si hubiesen recibido una orden, los pobladores salieron de sus casas, decidieron tomar la gabarra, lo que hicieron con una bandera de Venezuela y como mensaje escrito la palabra “libertad”.

La hilaridad hizo que varias personas empezaran a saquear los pocos comercios que contaban con alimentos, La gente se fue contra la alcaldía y también toman la pequeña aduana del Seniat.

Ya no fue posible que la indignación acumulada durante meses fuese reprimida. Y le dieron rienda suelta a la rabia, a la decepción, a la burla y quemaron completamente el Comando de la Guardia Nacional, además de dos vehículos.

Destituyen al alcalde

Al día siguiente el Gobernador de Amazonas, Miguel Rodríguez, quien al igual que el alcalde pertenece al partido de Gobierno (PSUV), llegó a San Fernando de Atabapo tratando de apagar la rebelión del pueblo.

Realizaron una asamblea en una cancha deportiva. Los atabapenses exigieron la destitución del alcalde José Camico, que se reparara la planta eléctrica del pueblo y que se les reanude el suministro de combustible.

Tuvo que estallar la rabia de ese pueblo para que el Gobernador se comprometiera a resolver la situación con la celeridad del caso e incluso el Concejo Municipal montó una sesión especial para el día lunes fecha de la Batalla de Carabobo.

Y aunque no lo crean el único punto a tratar fue la destitución de su compañero de partido, el burgomaestre Camico, por ausencia continuada sin notificación ni permisos legales.

Los ediles aprobaron la sustitución de Camico por el concejal Adalberto Fernández como alcalde encargado, quien se comprometió durante la sesión a darle respuesta al pueblo considerando que tres meses sin luz era una exageración.

Y ahí terminó la rebelión de San Fernando de Atabapo.

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