Autoridades peruanas le piden a Rosales que se calle
Luego de la publicación de unas declaraciones destempladas del alcalde de Maracaibo, Manuel Rosales, quien huyó de territorio venezolano al iniciarse un juicio en su contra por corrupción, las autoridades del Perú, país en el que se encuentra Rosales, le han pedido que se abstenga de hablar de política públicamente, pues «eso violaría la naturaleza misma del asilo que se pudiera otorgar», en palabras del canciller peruano José Antonio García Belaunde. «Perú no puede ser utilizado como plataforma política por ningún extranjero», añadió. Voceros del partido de Rosales, Un Nuevo Tiempo, declararon que la escogencia de Perú como destino del prófugo se debió a las buenas relaciones del gobierno de ese país con los sectores derechistas de Venezuela.
Luego de la publicación de unas declaraciones destempladas del alcalde de Maracaibo, Manuel Rosales, quien huyó de territorio venezolano al iniciarse un juicio en su contra por corrupción, las autoridades del Perú, país en el que se encuentra Rosales, le han pedido que se abstenga de hablar de política públicamente, pues «eso violaría la naturaleza misma del asilo que se pudiera otorgar», en palabras del canciller peruano José Antonio García Belaunde. «Perú no puede ser utilizado como plataforma política por ningún extranjero», añadió. Voceros del partido de Rosales, Un Nuevo Tiempo, declararon que la escogencia de Perú como destino del prófugo se debió a las buenas relaciones del gobierno de ese país con los sectores derechistas de Venezuela.
En las declaraciones aludidas, Rosales descartó que tenga planes de volver a Venezuela a enfrentar el juicio. «No podía complacer, avalar una decisión judicial amañada, manipulada para que disfrutaran atropellándome y metiéndome en un hueco para humillarme, para destruirme, y mucho menos le podía permitir que me asesinaran porque demócrata no se le entrega a dictador», dijo Rosales, uno de los promotores del golpe de Estado de abril de 2002, y uno de los firmantes del decreto que impuso a Pedro Carmona Estanga como jefe del gobierno de facto que se instauró brevemente.
El canciller estimó que Perú resolverá en un par de semanas el pedido de asilo de Rosales.
Por su parte, un tribunal venezolano solicitó a las policías locales y a la Interpol la detención de Rosales.
El juzgado capitalino ofició a la policía judicial, al jefe de la Policía Internacional (Interpol), y al director de la Oficina Nacional de Identificación y Extranjería, para que procedan a la captura del alcalde, dijo el escrito.
El ministro de Relaciones Interiores, Tareck El Aissami, dijo a la prensa que si Rosales no se presenta ante el tribunal «será un prófugo de la justicia, y en consecuencia se activarán los mecanismos que se determinen para su captura internacional».
La fiscal general Luisa Ortega Díaz afirmó que «indudablemente no se puede dar asilo político» a Rosales por estar procesado en un «caso de corrupción (que) jamás puede ser confundido con un delito político».
Rosales llegó a Perú desde el 4 de abril, en calidad de turista, pero aun el 14 de abril, el alcalde encargado de Maracaibo, Elías Matta, negaba que Rosales estuviera en ese país.
El abogado peruano, Javier Valle-Riestra, informó que en nombre de Rosales presentó el martes una solicitud de asilo político al gobierno de Perú. Según el gobierno peruano, en un lapso de dos semanas habrá respuesta formal a la solicitud del prófugo venezolano.
Rosales, quien fue elegido alcalde de Maracaibo en noviembre de 2008, fue acusado en marzo por el Ministerio Público de incurrir en el delito de «enriquecimiento ilícito» durante los años 2000-2004, cuando fue gobernador de estado occidental del Zulia.
Rosales aseguró que cuando en Venezuela se supo que había huído, «hubo una gran algarabía en el país». Según el dirigente derechista, quien acuñó en 2006 la frase «si me matan y me muero», mucha gente temía por su vida.