Bahrein: Represión con armas de guerra contra manifestantes
La monarquía del Reino de Bahréin, apoyada por tropas invasoras de Arabia Saudita y de otras dictaduras, reprimió violentamente este miércoles las protestas pro democráticas que se presentan en el país desde hace varias semanas, causando la muerte de al menos siete personas.
La monarquía del Reino de Bahréin, apoyada por tropas invasoras de Arabia Saudita y de otras dictaduras, reprimió violentamente este miércoles las protestas pro democráticas que se presentan en el país desde hace varias semanas, causando la muerte de al menos siete personas.
En los ataques perpetrados este miércoles, además de las siete personas fallecidas, otras cientos resultaron heridas, luego que el Ejército reprimiera con tanques, helicópteros, cañones de agua, gases lacrimógenos y disparos a manifestantes reunidos en la plaza La Perla, ubicada en el centro de la ciudad capital de Manama.
Las fuerzas armadas asaltaron también el hospital Salmaniya, centro que durante los dos últimos días atendía a un centenar de manifestantes heridos. Para repeler el ataque militar, el personal del hospital y numerosos manifestantes habían formado un escudo humano alrededor de la clínica.
Medios locales reseñaron que la milicia también arrasó un campamento instalado por los manifestantes en el centro de Manama y luego cerraron algunas de las principales calles de la capital. Las instituciones educativas y la Bolsa también permanecieron cerradas, mientras en algunos barrios dejaron de funcionar las comunicaciones telefónicas.
Las arremetidas dejaron columnas de humo negro en la ciudad. Medios internacionales reseñaron que la policía local contó con el apoyo de fuerzas militares de las monarquías vecinas del Golfo Pérsico.
“La gente fue atacada mientras estaba durmiendo, no se tomaron precauciones”, dijo Maryama Alkawaka, del Centro de Derechos Humanos de Bahréin. El diputado opositor Ibrahim Mattar denunció la desaparición de al menos 60 personas. Recientemente, el ministro de Sanidad, Faysal al Hammer, dimitió en protesta por la represión llevada a cabo contra los manifestantes en la plaza de La Perla.
Los manifestantes, de mayoría chiíta, exigen reformas democráticas y mayores libertades al Reino controlado por los sunitas.
Estado de emergencia
El Ejército ha justificado su despliegue como medida para “preservar la seguridad de los ciudadanos y los residentes” y ha pedido a la población abstenerse de participar en las concentraciones. También anunció un toque de queda en varias áreas de la capital, sólo dos días después de que el Rey, Hamad bin Issa al Jalifa, decretara estado de excepción por tres meses y solicitara apoyo militar a otras naciones.
Ante ello, Arabia Saudita envió mil soldados para apoyar la monarquía y sofocar la revuelta, mientras Emiratos Árabes Unidos enviará unos 500 policías. Adicionalmente, en Barhéin se encuentra, desde 1995, la Quinta Flota de EEUU, responsable de todas las operaciones navales estadounidenses en el Golfo Pérsico, Mar Rojo, Mar Arábigo y la costa Este de África hasta Kenia.
A pesar de las violaciones de derechos humanos, hasta la fecha, la Casa Blanca no ha condenado la entrada de tropas extranjeras ni la represión contra civiles.
Esta revuelta popular, que nació influenciada por las manifestaciones en Túnez y Egipto, cuenta con una participación sin precedentes en este país, un archipiélago con una superficie de tan solo 727 kilómetros cuadrados en el que viven poco más de un millón de personas.
La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, calificó de «flagrante violación del derecho internacional» la toma de hospitales por parte de las fuerzas de seguridad de Bahréin luego de las protestas en Manama, la capital.
En un comunicado emitido este jueves en Ginebra, Suiza, Pillay dijo estar «profundamente preocupada por el aumento de la violencia por parte de las fuerzas de seguridad».
Un doctor que prefirió permanecer en el anonimato por motivos de seguridad le dijo a la BBC desde el complejo médico de Salmaniya, en la capital, que la policía y el ejército no permiten que nadie entre o salga.
«Nos faltan los alimentos, no hay suficientes médicos de algunas especialidades y estamos extremadamente agotados. Yo llevo tres días en el hospital», afirmó.
El especialista aseguró que las autoridades no permiten que personas heridas de gravedad sean atendidas en el hospital.
«El gobierno va a matar a todos los que no le gustan. No entiendo qué está pasando en este país. Por favor, ayúdennos. Se los ruego, no por nosotros sino por los pacientes», declaró un médico.
Según él, médicos de un centro de salud externo trataron de llevar al hospital a un herido y fueron insultados y golpeados por efectivos del ejército y de la policía.
«Creo que después lo llevaron a la misión de Estados Unidos y el paciente murió», dijo.
«Ellos son inhumanos. Creen que estamos escondiendo armas en las ambulancias y destruyeron completamente cuatro ambulancias del hospital», añadió.
El médico afirmó que los soldados del ejército que rodean el hospital son bahreníes, pero que los miembros de la policía son de diferentes nacionalidades, incluidos paquistaníes.
Los manifestantes antigubernamentales -que por lo general pertenecen a la mayoría chiíta- han estado exigiendo reformas democráticas en el pequeño reino del Golfo Pérsico, gobernado por miembros de la minoría sunita.
Este jueves se informó que las autoridades arrestaron a cinco prominentes líderes chiítas.
En este momento, miembros de las fuerzas de seguridad patrullan las calles de Manama, luego de un toque de queda de doce horas.
La corresponsal de la BBC en Bahréin, Caroline Hawley, dijo que los opositores parecen más decididos que nunca a lograr sus objetivos, luego de los acontecimientos del miércoles.
Soldados de Arabia Saudita y policías de los Emiratos Árabes Unidos se encuentran en el país para ayudar al gobierno a hacerle frente a las protestas.