Blair admite que la invasión a Irak fue para derrocar a Saddam Hussein
El ex primer ministro británico Tony Blair admitió el sábado que la invasión a Irak en 2003 fue emprendida sin ninguna evidencia de que el régimen del entonces presidente Saddam Hussein tuviera armas de destrucción masiva y tenía como objetivo derrocar y eliminar al líder iraquí.
El ex primer ministro británico Tony Blair admitió el sábado que la invasión a Irak en 2003 fue emprendida sin ninguna evidencia de que el régimen del entonces presidente Saddam Hussein tuviera armas de destrucción masiva y tenía como objetivo derrocar y eliminar al líder iraquí.
En una entrevista que Blair dio a la cadena BBC que se transmitirá este domingo, afirmó que su posición en favor de invadir Irak está justificada dado el riesgo que Hussein «representaba para la región». Señaló que de no existir el asunto de las armas de destrucción masiva, hubiera sido necesario «usar argumentos diferentes sobre la naturaleza de la amenaza».
En septiembre de 2002, pocos meses antes de la ocupación, el gobierno británico hizo público un dossier que contenía la afirmación –ahora desacreditada– de que Irak podía utilizar armas de destrucción masiva en sólo 45 minutos.
Blair aludió como uno de los argumentos el derecho que se adjudicaron Estados Unidos y Gran Bretaña –los artífices de la invasión, que no contó con el aval del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas– a derrocar a Hussein y eliminarlo bajo el pretexto de ser una amenaza para la región.
Blair hizo esas revelaciones en medio de una investigación sobre la participación del ejército británico en la guerra contra Irak, los errores del mando y las mentiras que profirió entonces para justificar la agresión.
Con las recientes declaraciones al parecer Blair abona el terreno en previsión de su comparecencia ante la comisión especial de expertos que preside John Chilcot, cuya vista está fijada para comienzos del año próximo.
A pregunta expresa sobre si su fe cristiana tuvo algo que ver en su decisión, indicó que ésta le dio fuerza para resistir la presión durante el conflicto.
Según el sitio de Internet iraqbodycount.org al menos 103 mil 383 iraquíes han muerto desde la ocupación angloestadunidense. Otros estimados sitúan la cifra en alrededor de un millón de iraquíes.