12 septiembre, 2024

Bolivia: 9 días de huelga en mina San Cristobal, una de las más grandes del mundo

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La huelga de los mineros de San Cristobla vuelve a poner en primer plano a la empresa minera más grande de Bolivia, en manos de la transnacional Sumitomo.

La huelga de los mineros de San Cristobla vuelve a poner en primer plano a la empresa minera más grande de Bolivia, en manos de la transnacional Sumitomo. Esa empresa, según dijo el ministro de minería del gobierno Evo, el ex minero José Pimentel, sólo aporta 35 millones al Estado Boliviano y se lleva más de mil millones. Posteriores cálculos periodisticos indican que aportaría 100 millones. Sin embargo, la propia empresa dijo que San Cristóbal informó que en 10 años transcurridos desde el 2000 al 2010, pagó impuestos por 358 millones de dólares, a un promedio de 35 millones anuales y que sólo en 2009 pagó 38 millones de dólares por concepto de regalías mineras a la Prefectura de Potosí. Es decir, en cualquier caso, un amiseria, aun tomando la cifra más alta, su aporte es ínfimo, teniendo en cuenta que no paga el agua que utiliza (que la empresa dice que «no sirve», y que es mayor cantidad que la que usa, por ejemplo, toda la ciudad de Cochabamba) que es fundamental para el equilibrio ecológico en una región muy seca. Además por ser mina a cielo abierto utiliza cianuro y otros tóxicos que producen daños irreversibles al medio ambiente (lo que tampoco paga). Y, por último, sólo da trabajo a 500 mineros. Distintas organizaciones como el COMCIPO, Comité Cívico Potosinista que agrupa a los sindicatos del Departamento de Potosí, han reclamado la nacionalización de la San Cristobal. También lo reclamó en abril del 2010 la Mesa 18 reunida con motivo de la «Cumbre de los Pueblos» convocada por Evo Morales en Cochabamba. La Mesa 18 denunció claramente a la SUMITOMO y el desastre ambiental que estaba causando. El gobierno acusó a la Mesa 18 de «dividir a Bolivia» y de estar «instrumentada por la derecha». Posteriormente Evo Morales acudió a un acto público realizado en junio en la sede empresaria en San Cristobal junto al presidente internacional de la SUMITOMO, adonde declaró que es una empresa «muy importante para el desarrollo del país»
Desde La Protesta consideramos que estos dichos del presidente vuelven a confirmar que actúa como un instrumento de las transnacionales y particularmente de la SUMITOMO con la cual parece tener una relación privilegiada dada su defensa incondicional que no ha variado en años.
Apoyamos a los mineros de San Cristobal en todas sus demandas, llamamos a todo el movimiento sindical y popular a pronunciarse en el mismo sentido y exigir al gobierno que obligue a la empresa a cumplir las normas de seguridad, también a los reclamos ambientales de los pobladores, y reafirmamos que la única salida de fondo en defensa del interés nacional y popular es nacionalizar sin indemnización a la transnacional y convertirla en una empresa nacional con control de los trabajadores y pobladores, para detener el saqueo y emprender una explotación diferente, cuidando el medio ambiente y respetando los derechos adquiridos por sus trabajadores.
La Protesta, 31 marzo 2011

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San Cristóbal, la mayor mina de Bolivia, está paralizada por noveno día consecutivo debido a la huelga convocada por el sindicato de mineros y los vecinos de la comunidad en el municipio de Colcha K, en el suroeste boliviano. El paro genera una pérdida diaria de tres millones de dólares, según el viceministro de Desarrollo Productivo Minero, Héctor Córdova.

El trabajador murió en un accidente de tráfico durante un traslado médico

El grave perjuicio económico que representa el conflicto ha impulsado a las autoridades del ministerio de Minería y a dirigentes de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) a trasladarse el jueves hasta el campamento minero de Toldos, a poco más de 500 kilómetros al suroeste de La Paz, para encontrar una solución. Los sindicatos exigen la destitución de los médicos que atienden al personal del campamento minero y, por extensión, a las familias de los vecinos del pueblito de San Cristóbal. La empresa y los sindicatos están enfrentados por la muerte de un obrero en un accidente de tráfico, mientras viajaba a otro centro médico para hacer una evaluación médica de uno de sus hijos. Los trabajadores exigen que todos los traslados sean realizados por vía aérea.

La empresa, subsidiaria de la japonesa Sumitomo, no produce ni exporta zinc, plomo y plata desde hace nueve días, confirmaron tanto los dirigentes sindicales como la propia empresa. Sin embargo, San Cristóbal continúa exportando las reservas acumuladas en los puertos de salida a los mercados internacionales, informaron oficialmente.

En el ministerio de Minería señalaron que las autoridades están dispuestas a ejercer de mediadores para encontrar soluciones para superar la huelga, que afecta a los ingresos por regalías de la producción y exportación minera. Un funcionario del ministerio de Minería, además, hizo notar su percepción de que «la empresa se resiste a un diálogo».

La empresa lo niega. «Nunca ha habido resistencia alguna al diálogo», asegura en una respuesta entregada a este periódico. La minera, sin embargo, condiciona la reanudación del diálogo a un inmediato restablecimiento de las operaciones bajo control de la empresa, la suspensión de los bloqueos y el retiro de las exigencias de destitución del personal médico contratista.

El trabajador de la mina murió cuando la ambulancia en la que viajaba se accidentó en la carretera que une al campamento minero con Uyuni, a 90 kilómetros de distancia. El obrero acompañaba a uno de sus hijos para una evaluación médica y fue la única víctima del accidente, del que no se han esclarecido las causas. Los dirigentes sindicales denunciaron que la muerte pudo haberse evitado si eltraslado hubiese sido por vía aérea y no por carretera a otro centro médico al del campamento de Toldos. En declaraciones a una emisora local, un dirigente sindical explicó que demandan mejoras sustanciales en este servicio y reiteró su pedido de destituir a dos médicos y el encargado de la seguridad industrial.

Los dirigentes sindicales consideran que el servicio de salud que presta la empresa necesita muchas mejoras y ha exigido que todo traslado de enfermos se realice por vía aérea, preferiblemente a La Paz, donde se encuentran las clínicas mejor equipadas del país.

La empresa menciona que su sistema de salud, atendido por una veintena de profesionales, beneficia a unas ocho mil personas, entre ellas los 1.380 obreros y sus familias, además de desplegar programas de salud para las poblaciones aledañas a las que no cubre el sistema gubernamental de salud.

La mina San Cristóbal, que explota los más grandes yacimientos de plomo, zinc y plata del mundo según datos de la empresa, mueve alrededor de 150.000 toneladas diarias de roca y tierra que contienen minerales de baja ley para lograr concentrados de zinc-plata y plomo-plata y procesar cerca de 40.000 toneladas en las instalaciones del campamento, con tecnología que es la más avanzada del país.

La empresa fue acusada recientemente de utilizar cerca de 40 millones de litros de agua por día en las operaciones mineras, lo que podría agotar las cuencas acuíferas del lugar, según un estudio. El informe fue descartado por la empresa, que aseguró que el agua que utiliza proviene de una sola cuenca que contiene aguas salinas no aptas para el consumo humano ni para el riego.

La empresa ha invertido más de 1.400 millones de dólares, repartidos en los trabajos de exploración, explotación, construcción de la planta y el tendido de caminos, vías férreas, puentes, energía eléctrica, sin contar el traslado de todo un pueblo para trabajar en los yacimientos minerales.

San Cristóbal consume, en operaciones diarias, 50.000 M3 de agua, con un reciclaje inferior al 18%, que, según los especialistas, se califica como «uso expoliativo muy irresponsable».
El biólogo y ambientalista Marco Octavio Ribera Arismendi comentó que «el agua subterránea que extraen de los depósitos fósiles confinados, es evidentemente salina, pero no es inservible como mencionan los voceros de la transnacional. Estas aguas subterráneas han mantenido durante siglos la estabilidad de los acuíferos superficiales (20-40 metros) y por tanto de los cuerpos de agua en superficie, como bofedales, vegas, lagunas y manantiales».[5]

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minera San Cristóbal consume, en operaciones diarias, 50.000 M3 de agua, con un reciclaje inferior al 18%, que, según los especialistas, se califica como «uso expoliativo muy irresponsable».

El biólogo y ambientalista Marco Octavio Ribera Arismendi comentó que «el agua subterránea que extraen de los depósitos fósiles confinados, es evidentemente salina, pero no es inservible como mencionan los voceros de la transnacional. Estas aguas subterráneas han mantenido durante siglos la estabilidad de los acuíferos superficiales (20-40 metros) y por tanto de los cuerpos de agua en superficie, como bofedales, vegas, lagunas y manantiales».[5]

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