Chávez llama a la boliburguesía a radicalizarse y asegura que la nueva AN será de «extrema izquierda»
Caracas, 25 de noviembre.- Este martes, el presidente Chávez convocó a un acto «en Defensa de la Patria, su Soberanía y contra el Imperialismo», para responder a declaraciones injerencistas de legisladores derechistas de los EEUU. Pero los oradores del acto estuvieron muy lejos de proponer medidas concretas para responder a lo que el gobierno considera la «amenaza imperialista», como por ejemplo anular los contratos de empresas mixtas petroleras con transnacionales yanquis, o cesar los pagos de la deuda externa. En el gobierno de Chávez, el antiimperialismo es exclusivamente discursivo.
Caracas, 25 de noviembre.- Este martes, el presidente Chávez convocó a un acto «en Defensa de la Patria, su Soberanía y contra el Imperialismo», para responder a declaraciones injerencistas de legisladores derechistas de los EEUU. Pero los oradores del acto estuvieron muy lejos de proponer medidas concretas para responder a lo que el gobierno considera la «amenaza imperialista», como por ejemplo anular los contratos de empresas mixtas petroleras con transnacionales yanquis, o cesar los pagos de la deuda externa. En el gobierno de Chávez, el antiimperialismo es exclusivamente discursivo.
El gobierno impuso una cadena de radio y televisión para transmitir el acto. La estadounidense Eva Golinger pronunció un discurso sobre el financiamiento del gobierno yanqui a organizaciones venezolanas, y consideró que como respuesta «urgente» a una inminente agresión estadounidense, había que crear un instituto de estudios sobre el tema. Concluyó su discurso con vivas al «comandante-presidente».
El diputado Roy Daza leyó un manifiesto altisonante pero vacío políticamente, al que tituló «Manifiesto antiimperialista en defensa de la patria», en el que sin embargo no se exhortó a tomar ninguna medida económica o siquiera diplomática contra el gobierno yanqui.
La noche anterior al acto «antiimperialista», Chávez había invitado amistosamente al presidente Obama a visitar Miraflores, reiterando las invitaciones hechas en febrero de este año.
El presidente Chávez, por su parte llamó a los acaudalados gobernantes y diputados del PSUV, así como a las Fuerzas Armadas, a «radicalizarse». Incluso aseguró con toda seriedad que la próxima Asamblea Nacional será de «extrema izquierda».
«No debe haber cabida en nuestras filas civiles, militares para las medias tintas. ¡No! Una sola línea: Radicalizar la revolución», dijo el presidente, sin precisar las implicaciones de la no admisión de «medias tintas» en la administración pública y las Fuerzas Armadas. Tampoco explicó en qué consiste la supuesta «radicalización» que propone. Como única medida concreta, pidió a la Asamblea Nacional aprobar una ley que prohiba el financiamiento extranjero a organizaciones políticas venezolanas.
«Y no sólo un Parlamento mucho más a la izquierda, no, un Gobierno mucho más radicalmente a la izquierda. Una Fuerza Armada radicalmente revolucionaria junto al pueblo», dijo el presidente. Sin embargo, para los sectores de la burocracia y la burguesía que apoyan a Chávez, por sus intereses de clase, lo único factible es una radicalización hacia la derecha.
Sobre la supuesta condición revolucionaria del ejército burgués venezolano, hay que recordar que en los últimos años, al igual que durante el Puntofijismo, la Fuerza Armada ha sido el brazo represor que, no junto al pueblo sino contra él, ha agredido centenares de marchas, protestas sociales y huelgas, particularmente a través del componente de la Guardia Nacional.