14 noviembre, 2025

Chávez montó un show mediático de seis horas en Industrias Diana

El presidente Chávez, anunció este miércoles, durante una extenuante cadena de radio y televisión de más de seis horas transmitida desde la empresa estatizada Industrias Diana, que emprendería una «guerra económica» contra los sectores de la burguesía que lo adversan. En cambio, a la burguesía que apoya al gobierno, la invitó a seguir haciendo negocios con el Estado.

El presidente Chávez, anunció este miércoles, durante una extenuante cadena de radio y televisión de más de seis horas transmitida desde la empresa estatizada Industrias Diana, que emprendería una «guerra económica» contra los sectores de la burguesía que lo adversan. En cambio, a la burguesía que apoya al gobierno, la invitó a seguir haciendo negocios con el Estado.

En un discurso disparatado, Chávez reconoció haberse reunido innumerables veces con la burguesía para ofrecerles todo tipo de ventajas económicas y negocios, incluyendo el acto por el «Reimpulso Productivo» del año 2008, en el que estuvo presente el presidente de Empresas Polar, Lorenzo Mendoza. Luego dijo estar en «guerra» contra la burguesía, pero añadió que estaba interesado en conformar empresas mixtas con los capitalistas, demostrando que continúa la política gubernamental de amor y odio con la burguesía (odio en el discurso y amor en la práctica).

El presidente también descargó su furia contra los trabajadores de Polar, a los que acusó de no tener «conciencia». Chávez se mostró contrariado al hacer referencia al hecho de que los trabajadores rechazan las intenciones del gobierno de comprar el grupo agroindustrial Polar. Muchos trabajadores han expresado sus reservas frente a esta medida, debido a las pésimas condiciones en las que deben laborar los trabajadores de las empresas estatales, en muchas de las cuales los sindicatos han sido suprimidos, y considerando que muchas de estas empresas hoy se encuentran cerradas o produciendo muy por debajo de su capacidad, debido a la incompetencia y la corrupción de la burocracia. En empresas como Vtelca, PDVSA Gas y Cavim, los trabajadores perciben una remuneración inferior al salario mínimo, mientras que en SIDOR y PDVSA hay miles de trabajadores tercerizados. Muchos trabajadores, como los de Polar, no están dispuestos a entregar las conquistas laborales obtenidas a lo largo de años de lucha.

«Ellos (Fedecámaras, Cavidea, Consecomercio y Polar) me declararon la guerra otra vez. Yo la acepto», dijo Chávez, intentando recrear discursivamente un enfrentamiento como el del año 2002. Sin embargo, hoy en día la burguesía se ha acomodado en su gran mayoría al llamado «Socialismo del Siglo XXI», y no apuesta a un golpe de Estado, ni nada parecido. El conflicto entre el gobierno y Polar obedece a razones económicas y electorales, pero de ninguna manera guarda correspondencia con la situación de los años 2002 y 2003.

En uno de los momentos más preocupantes y extraños de la alocución presidencial, Chávez aseguró que en las empresas compradas por el gobierno el trabajo era «libre y asociado», y que no había allí ningún tipo de explotación. Sin embargo, lo cierto es que sectores de la burocracia y la burguesía se apropian de la cuantiosa plusvalía producida en estas empresas.

Chávez también lanzó la promesa electoral de convertir a Venezuela en una potencia mundial en el cultivo de la soya. Sin embargo, en la década de gobierno que ha transcurrido, la producción agrícola nacional no ha aumentado. Las importaciones de alimentos han subido exponencialmente, y en días recientes se han descubierto más de cuarenta mil toneladas de alimentos acaparadas por empresas estatales y en avanzado estado de descomposición. Ante el fracaso de la política agroindustrial y de distribución de alimentos por parte del gobierno, el presidente Chávez intenta presionar a los propietarios de las empresas Polar, monopolio agroindustrial apoyado por el gobierno hasta tiempos recientes, para que se subordinen políticamente al proyecto nacionalista-burgués del PSUV, y para que se incorporen a los planes económicos del gobierno. Para sacar dividendos electorales de esta operación, el presidente Chávez disfraza este conflicto interburgués con un lenguaje pseudosocialista.

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