Conferencia Episcopal emite comunicado reaccionario
Caracas, 12 de enero.- A través de la exhortación pastoral «Anhelos de Unión, Justicia, Libertad y Paz para Venezuela», la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) aprovechó la realización de críticas al gobierno para arremeter con gran violencia contra el socialismo y el marxismo. Según los religiosos derechistas, las leyes promulgadas por el gobierno en el mes de diciembre son «un paquete legal para encaminar el país hacia el comunismo». De esta manera, la dirigencia católica refuerza el discurso gubernamental sobre el supuesto carácter revolucionario de las leyes promulgadas a finales del año pasado. Por el contrario, organizaciones de izquierda han rechazado estas leyes por su carácter burgués y antidemocrático.
Caracas, 12 de enero.- A través de la exhortación pastoral «Anhelos de Unión, Justicia, Libertad y Paz para Venezuela», la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) aprovechó la realización de críticas al gobierno para arremeter con gran violencia contra el socialismo y el marxismo. Según los religiosos derechistas, las leyes promulgadas por el gobierno en el mes de diciembre son «un paquete legal para encaminar el país hacia el comunismo». De esta manera, la dirigencia católica refuerza el discurso gubernamental sobre el supuesto carácter revolucionario de las leyes promulgadas a finales del año pasado. Por el contrario, organizaciones de izquierda han rechazado estas leyes por su carácter burgués y antidemocrático.
Empleando un lenguaje con reminiscencias fascistas, la cúpula católica venezolana planteó que en Venezuela se ha instaurado «un sistema estatizante y totalitario» e hicieron una patética defensa de la propiedad empresarial ante lo que califican como «ataques» por parte del Estado.
Hace pocos días, el presidente de la CEV, Ubaldo Santana, afirmó que las críticas a los comunicados de la cúpula eclesiástica y a sus autoridades y la eliminación de símbolos religiosos son maneras «sutiles» de limitar la libertad religiosa.
La dirigencia de la CEV aprovecha la caída en el apoyo popular del gobierno para asumir una beligerancia política más abierta y expresar posiciones extremadamente retrógradas.