Conflicto con transnacional minera china en Perú deja dos muertos
Dos personas murieron y otras dos desaparecieron luego de que desconocidos atacaran y quemaran el campamento minero en Perú de la transnacional china Zijin Mining, otro hecho que denota los conflictos que afronta el régimen peruano.
Dos personas murieron y otras dos desaparecieron luego de que desconocidos atacaran y quemaran el campamento minero en Perú de la transnacional china Zijin Mining, otro hecho que denota los conflictos que afronta el régimen peruano.
Rio Blanco Copper, propiedad de la británica Monterrico Metals -de Zijin Mining, la mayor aurífera china que cotiza en bolsa- dijo el lunes que una veintena de desconocidos fuertemente armados irrumpió y quemó el campamento minero en la madrugada del domingo.
En el ataque murieron por lo menos dos agentes de seguridad de la empresa V-Sur que prestaban servicios de vigilancia en el campamento. Otro vigilante y un trabajador de la empresa estaban desaparecidos, dijo Río Blanco en un comunicado.
Un grupo de policías investigaba el ataque al proyecto, ubicado en Huancabamba en la región de Piura, en el extremo norte del país cerca a la frontera con Ecuador.
Puede tratarse de un montaje político de Alan García, quien se ha ganado un profundo rechazo de la sociedad peruana con su estilo derechista y autoritario, y cuyo apoyo popular bordea el 20%. Podría tratarse de un montaje para criminalizar a los pobladores que temen contaminación y reclaman mayores beneficios por la explotación de recursos naturales.
El Frente de Desarrollo Sostenible de la Frontera Norte del Perú, opositor al proyecto Río Blanco, negó que su agrupación haya participado en el ataque y acusó a los trabajadores de la misma empresa de haberlo provocado.
En Perú existen 288 conflictos sociales en curso, de los cuales 132 tienen que ver con el medioambiente. De ellos, 103 corresponden a la minería y los hidrocarburos, según datos oficiales.
El proyecto Río Blanco, que contempla una inversión de 1.400 millones de dólares, ha sido fuertemente rechazado por los pobladores que temen contaminación en la zona y que las transnacionales saqueen el territorio peruano sin dejar el menor beneficio a la población.
Río Blanco, cuyas reservas probadas y probables ascienden a 500 millones de toneladas de minerales con ley de 0,63 por ciento de cobre, espera producir unos 200.000 toneladas de cobre y 2.000 toneladas de molibdeno anuales.
Terrorismo de Estado contra quienes se oponen a los designios del capital
Una investigación del propio Gobierno concluyó este año que más de 20 personas fueron secuestradas y golpeadas tras protestar contra el proyecto minero en 2005. Uno de ellos murió.
De acuerdo con la investigación, un grupo de policías peruanos fue responsable de las torturas. La pesquisa no halló evidencias de que la firma estuviese involucrada, aunque se sabe que los policías no actuaron por iniciativa propia.
En el 2003, pobladores que se oponían a un proyecto minero en otra zona de la región de Piura obligaron a la canadiense Manhattan Minerals a abandonar un proyecto de oro y cobre.
Capitales chinos, el nuevo imperialismo
La incursión del capital chino ha crecido fuerte en Perú y firmas como Zijin, Chinalco, Minmetals y Shougang Hierro Perú prevén en conjunto una inversión de al menos 6.000 millones de dólares en el sector minero del país.
Este negocio es uno de los pilares de la economía de Perú, que es el tercer productor mundial de cobre, el primero de plata, el segundo de zinc y el sexto de oro.
Por esta razón, las labores de explotación de la riqueza natural de la nación andina suelen despertar un fuerte rechazo entre las comunidades cercanas a los proyectos, que conocen los efectos de esta actividad depredadora sobre el medio ambiente y demandan participación en la riqueza explotada.
El conflicto recuerda la contundente derrota de García a manos de los amazónicos
En junio, los planes del Gobierno de Alan García de abrir tierras comunales a perforaciones petroleras, mineras y a la explotación forestal desencadenaron semanas de violentas protestas por parte de nativos amazónicos, en las que murieron 19 policías y un número no determinado de indígenas, aunque se presume que la cifra es superior a los 50.
Acorralado por las enormes manifestaciones contra el Gobierno, García derogó dos leyes que ponían en riesgo las tierras ancestrales de los indígenas.