Continúa ventilándose la descomposición de la burocracia chavista

Caracas, 12 de mayo.- Este miércoles, 9 de mayo, el ex magistrado del TSJ y ex diputado Luis Velásquez Alvaray, quien huyó del país luego de detectarse su involucramiento en importantes hechos de corrupción, ofreció declaraciones desde Costa Rica a un canal de TV de Miami en las que se subrayó nuevamente el nivel de descomposición y lumpenización de la burocracia gubernamental.

Caracas, 12 de mayo.- Este miércoles, 9 de mayo, el ex magistrado del TSJ y ex diputado Luis Velásquez Alvaray, quien huyó del país luego de detectarse su involucramiento en importantes hechos de corrupción, ofreció declaraciones desde Costa Rica a un canal de TV de Miami en las que se subrayó nuevamente el nivel de descomposición y lumpenización de la burocracia gubernamental.

Velásquez fue diputado por el MVR antes de ser designado magistrado. Personaje ligado a tribus judiciales copeyanas en Mérida, sin credenciales académicas ni méritos profesionales, Velásquez fue denunciado por profesores de la ULA en su momento como una persona no calificada para ejercer el cargo de magistrado del máximo tribunal, pero más pesó en su elección su condición de ficha incondicional del presidente Chávez. Velásquez, siendo diputado, fue el primero en proponer la reelección ilimitada presidencial, que luego se incorporaría a la Constitución con la enmienda de 2009.

Rápidamente, la descomposición de Velásquez saltó a la vista. Se conoció que en algunas de sus sentencias el magistrado había plagiado textos de otros fallos. Cuando se detectó un enorme desfalco en la construcción de una sede de los tribunales, Ciudad Lebrún, Velásquez optó por huir del país, en 2006.

Luego de que el también prófugo ex magistrado Aponte Aponte denunciara la vinculación de altos miembros del gobierno con el narcotráfico, admitiendo su relación con el jefe narco Walid Makled, el testimonio de Velásquez viene a reafirmar que, al igual que en el bipartidismo, los más altos cargos de la institucionalidad venezolana vienen siendo copados por delincuentes de cuello blanco.

Velásquez también hizo afirmaciones estridentes y carentes de sentido, como que más de 30 mil jóvenes del grupo corporativo chavista «Frente Francisco de Miranda» estarían siendo entrenados para engrosar las filas de la guerrilla colombiana. También acusó a José Vicente Rangel de haber ordenado el asesinato del fiscal Danilo Anderson. No ahondó en explicaciones.

Para enredar aún más su testimonio, el ex magistrado alegó que se negó a sentenciar a los jefes de la Policía Metropolitana que actuaron en el golpe de estado de 2002, y que por esa razón le pasaron factura con el caso de corrupción de Ciudad Lebrún.

Más allá de la veracidad o exactitud de las declaraciones de Aponte o Velásquez, uno y otro son ejemplos vivos de delincuentes que han alcanzado los niveles más altos de la burocracia estatal chavista.

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