Continuemos la movilización obrera y popular por nuestros derechos

El 2012 llega signado por un gran crecimiento de la combatividad popular. El año pasado se registró un salto del 70% en el número de movilizaciones y diversas formas de protesta, con respecto al 2010. 5.338 protestas evidencian la disposición del pueblo a movilizarse por sus derechos. No hay posibilidades de que se reviertan las causas políticas, económicas y sociales de esta altísima conflictividad en el mediano plazo, pues el gobierno nacional insiste en aplicar las mismas recetas hambreadoras que han castigado las condiciones de vida de los trabajadores y los sectores populares. Sólo la movilización podrá derrotar el plan de ajuste gubernamental que intenta descargar la crisis capitalista sobre los hombros de los trabajadores.

El 2012 llega signado por un gran crecimiento de la combatividad popular. El año pasado se registró un salto del 70% en el número de movilizaciones y diversas formas de protesta, con respecto al 2010. 5.338 protestas evidencian la disposición del pueblo a movilizarse por sus derechos. No hay posibilidades de que se reviertan las causas políticas, económicas y sociales de esta altísima conflictividad en el mediano plazo, pues el gobierno nacional insiste en aplicar las mismas recetas hambreadoras que han castigado las condiciones de vida de los trabajadores y los sectores populares. Sólo la movilización podrá derrotar el plan de ajuste gubernamental que intenta descargar la crisis capitalista sobre los hombros de los trabajadores.

Las luchas agudizan la crisis política del gobierno, que incapaz de volver sobre sus pasos y retroceder en su antipopular plan de ajuste, sólo le queda completar su giro hacia la derecha y ofrecerse como un proyecto al servicio de la burguesía y el imperialismo, como lo hiciera directamente el presidente Chávez en su discurso ante la Asamblea Nacional. La designación de Diosdado Cabello como vicepresidente del Psuv y presidente de la Asamblea Nacional, y el nombramiento de Henry Rangel Silva como ministro de la Defensa, ratifican el fortalecimiento del ala militarista y más derechista de la nueva burguesía que surge del usufructo de la renta petrolera y otros negocios y del seno del Psuv. Todo esto se produce en momentos en que por primera vez Chávez puede perder unas elecciones presidenciales.

Este plan de ajuste que ha sido instrumentado por el gobierno cuenta con el consenso silencioso de la oposición de derecha agrupada en la MUD. La agenda de los trabajadores y los sectores populares está ausente en el discurso y el programa de la MUD. Han brillado por su ausencia en las miles de luchas y conflictos obreros y populares que se desarrollaron el pasado año. No se ha escuchado una crítica de sus voceros contra medidas como el aumento del IVA o la devaluación; no han dicho ni pío sobre la especulación y el acaparamiento con el que los empresarios castigan a la población, ni han denunciado la entrega de los hidrocarburos y los recursos mineros a las transnacionales a través de las empresas mixtas y las ventas a futuro. La MUD apuesta a ganar las elecciones cabalgando sobre el voto castigo, sin acumular mérito alguno en sus propuestas y candidatos. Como hemos visto en los “debates públicos”, este sector burgués no tiene nada que ofrecer al pueblo venezolano, aparte de mayores ajustes, privatizaciones, represión y subordinación total a Washington.

Nuestra respuesta a la demagogia de los dos polos burgueses debe ser multiplicar por miles las protestas y continuar profundizando las luchas y movilizaciones en todo el país. Seguir confiando en nuestras propias fuerzas, como hicieron los trabajadores y el pueblo el pasado año.

La salida no es votar por quienes han gobernado nuestro país durante los últimos 54 años al servicio de empresarios, banqueros, terratenientes y transnacionales. La alternativa es profundizar la movilización y asumir la independencia de clase en el terreno electoral. Por eso estamos legalizando la tarjeta nacional del PSL, para ponerla al servicio de la juventud y de los luchadores obreros y populares, y presentar al país una opción verdaderamente revolucionaria en las elecciones presidenciales, regionales y locales, y dar así cuerpo político a las exigencias que están presentes en las calles de nuestras ciudades y nuestros barrios: vivienda, salud, educación, salarios suficientes, empleos estables, justicia social y participación democrática en las decisiones fundamentales que afectan nuestro destino. En el actual marco de luchas debemos pugnar por la refundación del movimiento de los trabajadores sobre banderas de autonomía e independencia. Por todo esto, nuestro partido plantea que es necesario forjar un instrumento político que se postule como alternativa de los trabajadores en lucha, para recuperar el control sobre la principal palanca económica de nuestro país, la riqueza petrolera, y que las instituciones del Estado burgués venezolano sean sustituidas por los organismos democráticos que surjan en la lucha por un auténtico gobierno de los trabajadores y el pueblo.

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