Contra la Indigencia cultural en Mérida

En estos hermosos días que la historia nos ha permitido vivir, los artistas profundamente revolucionarios, hijos de este bravo pueblo,padecemos la indiferencia de los aburguesados funcionarios incompetentes que se han apoderado de las instituciones.
De alguna manera la historia se reitera y conduce sus pasos paralelos a las grandes ideas que nacen del propio corazón del pueblo. Decimos pueblo porque formamos parte de él y también porque tenemos la vivencia y experiencia en lo que a teatro de calle, urbano, popular se refiere.

En estos hermosos días que la historia nos ha permitido vivir, los artistas profundamente revolucionarios, hijos de este bravo pueblo,padecemos la indiferencia de los aburguesados funcionarios incompetentes que se han apoderado de las instituciones.
De alguna manera la historia se reitera y conduce sus pasos paralelos a las grandes ideas que nacen del propio corazón del pueblo. Decimos pueblo porque formamos parte de él y también porque tenemos la vivencia y experiencia en lo que a teatro de calle, urbano, popular se refiere.

La historia social del teatro nos enseña que, éste es la síntesis de las artes; en ciertos períodos el teatro disgrega sus elementos y es gracias a los juglares, saltimbanquis, malabaristas, etc. que el teatro no desaparece. A través de la historia se pierde la cultura de espectador, las salas de teatro quedan vacías, evidenciándose la ausencia del hecho teatral y quedando los espacios para ser utilizados por actividades no propias del hecho cultural expresivo.

La sabiduría, la memoria de los pueblos, es la esencia de la ética de los cultores, de los artistas, sobretodo para quienes hacemos vida cultural activa en la calle.

Hoy en día, más que nunca ante, debemos reivindicar el importante papel histórico y social del TEATRO de CALLE, el teatro POPULAR por excelencia. Gracias al teatro de calle el hecho teatral ha renacido a lo largo de la historia, aún así los interpretes de este género artístico, hoy, en nuestra revolución, no hemos recibido la justicia social que merecemos y que además es nuestro derecho constitucional, ¡que contradicción!

En estos hermosos días que la historia nos ha permitido vivir, los artistas profundamente revolucionarios, hijos de este bravo pueblo, padecemos la indiferencia de los aburguesados funcionarios incompetentes que se han apoderado de las instituciones.

“Héroes, Próceres y Heroínas”, es un trabajo teatral de calle, idea original del Colectivo Artístico Simulacro No Teatro, quienes hemos realizado vida cultural activa desde hace 27 años, sobretodo en Caracas, Vargas y Mérida. Este ejercicio escénico fue llevado al estado Vargas para participar en el carnaval turístico del año 2007, resultando ser la carroza ganadora del primer premio por su contenido patriótico y antiimperialista. Esta experiencia fue expuesta como una propuesta ante la gerencia de la extensión comunitaria de FUNDECEM, Sra., Arelis Carrillo, quien disfrazada con un sentimentalismo anacrónico, de esos que se escuchaban en los albores de las radio-novelas, dio la espalda ante las necesidades básicas de los artistas y encima se apropiaron de la propuesta expresada, materializándola en una “carroza bicentenaria” de muy mal gusto.

Nuestro colectivo “Simulacro No Teatro” tiene más de cinco (5) años abordando el tema de nuestros héroes y heroínas, convencidos de los planteamientos de una revolución socialista y participativa. Nuestra propuesta es comunitaria, frontalmente antiimperialista y aún así, no hemos recibido ningún tipo de respaldo de las instituciones culturales en ninguno de sus niveles.

Entonces nos preguntamos ¿Es que sólo los funcionarios son los socialistas y revolucionarias?

Pues basándonos en nuestra experiencia, podemos afirmar que la mayoría de los revolucionarios de convicción estamos fuera del sistema y desasistidos, prácticamente invisibles. Por el contrario, la mayoría de quienes están dentro, son aquellos quienes disfrazados de rojo coquetean descaradamente con las comodidades de la burguesía, y desechan velozmente conductas socialistas como la expuesta por el Ché Guevara, cuando afirma: “Si eres capaz de indignarte ante cualquier injusticia, entonces eres mi compañer@.”

Querido público, ayer, hoy y siempre la cultura está y estará en la calle. Nosotros, trabajadoras y trabajadores culturales, pueblo Venezolano, exigimos justicia social, protección y seguridad social para los cultores y su familia urgente. Solicitamos que cierren las puertas y eliminen de una vez las oficinas incompetentes que siguen engordando la burocracia con el dinero que le pertenece al pueblo. Basta ya de ese absurdo hecho sostenido a lo largo de estos años de revolución, donde el presupuesto es deficiente para los artistas y las actividades culturales, pero si hay para las nóminas. La Revolución Bolivariana no puede seguir financiando pequeños burgueses y nuevos ricos.

También llamamos la atención en el marcado desigual apoyo que hay para los artistas de provincia por parte de la dirección nacional del IAEM, quienes siguen financiando grandes proyectos en Caracas, pero no pueden financiar proyectos de provincia. Esto lo decimos desde la experiencia vivida, pues en el año 2009 entregamos nuestro proyecto de trabajo ante el director de esta oficina, sr. Carlos Arroyo, en varias oportunidades y nunca recibimos respuesta.

Aclaramos que aplaudimos iniciativas como la del núcleo endógeno Nuevo, Nuevo Circo y La Compañía Nacional de Circo, por ejemplo, pues son iniciativas de alta calidad y al alcance de pueblo, lo que no podemos aceptar callados y de brazos cruzados, es que no se apoyen con fuerza proyectos e iniciativas de este tipo en nuestra Mérida, ciudad que una vez fue la ciudad cultural, pues hoy es la ciudad de la INDIGENCIA CULTURAL. Nuestro pueblo está abandonado en el ámbito cultural, con toda responsabilidad así lo manifestamos.

Hoy, a 200 años de nuestra independencia, solicitamos con urgencia que se haga justicia social a los trabajadores culturales, teatreros en este caso, exigimos que se cancele la deuda social que se tiene con nosotros, no olvidemos que la Revolución es Cultural y esto no es sólo una frase.

Dejamos para finalizar este mensaje:

“Socialismo es una palabra hermosa, y hasta donde yo se, en el socialismo todos los miembros de la sociedad son iguales, ninguno se halla en una situación inferior y nadie está por encima de los demás. En el cuerpo individual la cabeza no es superior porque está en la cima del cuerpo, ni son inferiores las plantas de los pies porque están tocando la tierra. En la misma forma en que los miembros del cuerpo individual son iguales, lo son los miembros de la sociedad, esto es socialismo.”

Mahatma Ghandi

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *