Control obrero no avanza con deudas y exclusiones
Retrasos en el pago de salarios, servicios médicos y utilidades; la desconfianza en la gerencia; y la campaña de descrédito impulsada por dirigentes de la oposición y corrientes sindicales revoluciona
Retrasos en el pago de salarios, servicios médicos y utilidades; la desconfianza en la gerencia; y la campaña de descrédito impulsada por dirigentes de la oposición y corrientes sindicales revolucionarias, afectan sobremanera la implementación del control obrero.
Los representantes del Plan Guayana Socialista 2019 denunciaron que hay un desconocimiento a lo discutido en las mesas de trabajo por parte de representantes del Ejecutivo, la crítica la hicieron en el informe presentado al presidente Hugo Chávez en enero de 2010.
El detonante del manifiesto malestar ha sido la venta a futuro en la industria del aluminio, hierro y acero a empresas transnacionales.
Los acuerdos, no publicitados por las gerencias de las empresas, contradicen de frente con lo escrito en el Plan Guayana Socialista 2019, en fase de transición hacia el modelo socialista.
Este grupo de trabajadores defensores del proyecto revolucionario llegó a la conclusión de que hay avances en materia del Control Obrero, pues según el informe la idea ha calado en el seno de los trabajadores.
Sin embargo, colocaron especial énfasis en que «el clima de descontento por las fallas en pagos de salarios, servicios médicos y utilidades; la desconfianza en la gerencia de las empresas básicas a la cual se le hace responsable de la mala administración de las mismas y su situación financiera; la campaña de descrédito contra el Control Obrero impulsada por sindicatos y dirigentes de la oposición y algunos dirigentes de corrientes sindicales revolucionarias, afecta la comprensión del significado del Control Obrero y su credibilidad».
Corporación sin formato.
La gran plataforma para implementar el modelo socialista lo constituyen las Corporaciones del Hierro, Acero y Aluminio, creadas a partir del decreto publicado en Gaceta Oficial número 39.314.
Trabajadores -a quienes se les encomendó diseñar su estructura- plantean que para fundar las corporaciones no debe haber limitación con el actual cuadro jurídico, que desde su punto de vista es una insignia del sistema burgués.
Para su constitución consideran imperante los referentes filosóficos de la Constitución de República Bolivariana de Venezuela y el Proyecto Nacional Simón Bolívar. Entendiendo que la naturaleza y dinámica del proyecto demandará, necesariamente, cambios jurídicos, legales y normativos progresivos en el corto, mediano y largo plazo».
De acuerdo a los dirigentes del PSUV el diseño de la Corporación no requiere de «un modelo o teoría previa» puesto que no se «asume compromiso previo alguno con teorías y/o modelos convencionales surgidos de la teoría organizacional conocida; sino que, contrariamente, intenta integrar a través de un proceso constructivista y participativo -protagonizado por los trabajadores de Guayana- diversos modelos convencionales: funcionales, matriciales, interdependientes y sistémicos con los conocimientos, experiencias y vivencias de los propios trabajadores de una manera innovadora».
Los participantes del Plan Guayana Socialista sostienen que el diseño debe producirse desde cero con la creatividad de los trabajadores, pero supeditan su constitución al proyecto socialista sin considerar que el movimiento obrero es por naturaleza plural.
Consejos de trabajadores.
En cuanto a los «consejos de trabajadores», los redactores del informe califican esa instancia como «la organización autónoma mediante el cual los trabajadores y trabajadoras ejercen el control obrero en el proceso productivo».
«Los Consejos de Trabajadores (as) garantizan la conducción corresponsable de: los trabajadores, las comunidades y los representantes del Estado. Para que se ejerza la Contraloría Social se requiere de la articulación orgánica de los trabajadores (as) y de las comunidades organizadas en el proceso productivo de la Corporación Socialista, cuya estructura debe ajustarse al modelo de producción planteado en el Proyecto Simón Bolívar que establece la eliminación de la división social del trabajo y las estructuras jerárquicas».
No obstante, el Plan Guayana Socialista debe superar el obstáculo de la falta de conciencia de los trabajadores en el terreno político-ideológico.
«Esta formación integral se debe hacer con la democratización del saber en todos los niveles e instancias productivas; desarrollando niveles de aprendizaje (teórico-práctico) para asumir con conciencia y corresponsabilidad la gestión de las empresas y el conocimiento necesario para las innovaciones tecnológicas que requieren las empresas que conformarán la cadena productiva».
El informe plantea que sin consolidar este conocimiento de los trabajadores en efecto será tarea difícil avanzar al esquema socialista, sin el consenso general del movimiento obrero.
Una causa del rechazo que se generó en la primera etapa del Plan Guayana Socialista fue, precisamente, la participación exclusiva de los dirigentes del PSUV.