Correa, ¿tras los pasos de sus antecesores?
El Mandatario ecuatoriano enfrenta un grave crisis social. Inseguridad, protestas y escándalos, algunos líos.
Rafael Correa está viviendo el momento más difícil desde que llegó a la Presidencia de Ecuador, en enero del 2007. Simultáneamente ha tenido que afrontar un agudo conflicto indígena y de los maestros, con dos muertos por la represión policial, protestas estudiantiles, descontento social, inseguridad rampante y escándalos familiares, lo cual ha provocado una dura caída de su popularidad.
El Mandatario ecuatoriano enfrenta un grave crisis social. Inseguridad, protestas y escándalos, algunos líos.
Rafael Correa está viviendo el momento más difícil desde que llegó a la Presidencia de Ecuador, en enero del 2007. Simultáneamente ha tenido que afrontar un agudo conflicto indígena y de los maestros, con dos muertos por la represión policial, protestas estudiantiles, descontento social, inseguridad rampante y escándalos familiares, lo cual ha provocado una dura caída de su popularidad.
Se trata de un panorama similar, y si se quiere peor, al que debieron afrontar sus predecesores, quienes tuvieron que dejar el poder en medio de un caos social.
Las protestas indígenas en la Amazonía nacieron por la nueva Ley de Recursos Hídricos, que, según ellos, encubre una eventual privatización del agua, a lo que se suma su resistencia a la explotación minera de sus territorios.
Esta semana el conflicto se agravó, tras la declaración de huelga indefinida iniciada el domingo pasado, y la muerte de dos indígenas en la provincia de Morona Santiago, miembros de la etnia Shuar, que fueron asesinados tras los enfrentamientos entre la fuerza pública y manifestantes que habían cerrado una carretera.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), que había suspendido el paro, lo reinició después de las muertes. “Hoy día el presidente dictador de Correa ha declarado una guerra civil contra las nacionalidades originarias de la Amazonía ecuatoriana, por tanto demandamos a la OEA y la ONU su intervención urgente”, afirmó la organización.
Correa invitó a los dirigentes a “deponer posiciones” y a iniciar diálogos en el Palacio de Carondelet, sede del gobierno.
Por otra parte, hace dos semanas se desarrolla una huelga docente de la Unión Nacional de Educadores (UNE), para oponerse a la nueva legislación promulgada por el Gobierno, que ha llevado a fuertes enfrentamientos en varias ciudades del país. El gremio acusa a Correa de asesino por la muerte del indígena, que también era profesor, y está preparando para la próxima semana una toma total de Quito, en la que coincidirán con los pueblos indígenas, comerciantes y demás sectores sociales, el 7 de octubre. Ante el agravamiento de la situación social, el Gobierno decretó el estado de excepción en Quito, Guayaquil y Manta.
Escándalos de familia
Los problemas de Correa comenzaron hace meses, a raíz de los escándalos familiares, que vinculan a sus hermanos con importantes negocios con el Estado.
La petrolera Chevron difundió cuatro videos en los que acusan a un juez y a Pierina Correa, hermana del Mandatario, de pedir medio millón de dólares para impedir un veredicto judicial adverso a la empresa, que le podría costar a ésta US$27.000 millones. En el juicio se discute si Texaco, comprada por Chevron en 2000, es responsable de daños al medio ambiente que causaron la muerte a más de 1.400 personas y el desplazamiento forzoso de pueblos indígenas, mientras operó en Ecuador entre 1972 y 1990.
Pierina, dirigente del movimiento político Alianza País, que patrocinó la candidatura de su hermano a la Presidencia, rechazó de plano las acusaciones.
El mayor de los hermanos, Fabricio, es un próspero empresario, con más de 20 empresas en el ramo de la construcción, que tiene negocios con el Estado desde antes de la llegada de Rafael al poder.
Fabricio obtuvo contratos por US$54 millones en los dos últimos años de administración de su hermano, a pesar de que la ley prohíbe a familiares del presidente realizar contratos con el Estado.
Fabricio argumenta que son sociedades anónimas, pero el empresario ha recibido beneficios superiores a los US$80 millones. Para poner punto final al escándalo, Correa ordenó la liquidación unilateral anticipada de dichos contratos, lo que le costó el puesto al ministro de Obras Públicas, Xavier Casal, quien se negó a firmar la terminación. Fabricio respondió con el anuncio de una millonaria demanda contra el Estado por US$37,8 millones.
Antes de la pelea familiar, Fabricio se había desvinculado de sus negocios para conseguir financiación entre los empresarios amigos para la campaña presidencial de su hermano. Eso sí, como buen hombre de negocios, Fabricio dice no creer en el Socialismo del Siglo XXI.
Estos hechos han provocado una caída de la popularidad de Correa. “Su estilo personal, su actitud irrespetuosa y confrontacional, así como los escándalos familiares son las razones para el descenso en la aprobación al Presidente”, según la encuestadora Cedatos-Gallup.
La aprobación, que llegó al techo de 76% en abril de 2007 -en su tercer mes de mandato-, ha registrado una caída permanente desde noviembre de 2008, cuando se ubicó en 72%, mientras que la desaprobación creció al máximo de 44% en septiembre, según la encuestadora. La credibilidad, de 74% en abril de 2007, se precipitó a 44% en septiembre, cuando la opción que “no le cree” se trepó al 50%.
El ocaso de los gobiernos populistas
Según algunos analistas, la situación interna que afecta a su gobierno fue lo que hizo que Rafael Correa decidiera iniciar diálogos con Colombia para recomponer relaciones diplomáticas.
Correa quiso asimilar su caso con el de Manuel Zelaya en Honduras, atribuyendo el activismo indígena y de los docentes y estudiantes, a una conjura en su contra.
En su visita a la isla Margarita, en Venezuela, la semana pasada, dijo que no descarta que las protestas de indígenas y maestros de su país sean usadas por “la desesperada derecha nacional y trasnacional” para montar el “escenario” de Honduras. Se trata de sectores “que se dicen de izquierda”, pero que actúan como “los mejores aliados de la derecha”, dijo, e insistió que, pese a ser “minoritarios”, tienen “capacidad de crear disturbios”.
Para la oposición, se trata de pelear contra un gobierno que ha desilusionado las expectativas de la población.
Emilio Palacios, del periódico El Universo, de Guayaquil, uno de los más críticos, escribió en su columna: “No hay democracia cuando el Gobierno engaña al pueblo, el mandante. No hay democracia cuando se cobra el voto con la estafa de promesas incumplidas. Y resulta que Correa les mintió a indios, maestros y trabajadores. No con una oferta puntual sino en su esperanza. Los manipuló, les hizo creer que la justicia había llegado. Que la sociedad mestiza reivindicaría a los de poncho. Que la palabra “maestro” volvería a ser respetada, como antes”.
No es la primera vez que un gobernante atribuye la protesta social a oscuros fines políticos de la “derecha”. Este argumento ya se ha vuelto común en Venezuela, en Bolivia, en Argentina, y en otros países de la región. Pero el aumento de la conflictividad social en esos países, demuestra que las protestas de campesinos, indígenas, maestros y estudiantes, no respetan ideologías. Como dice Palacios, Correa les hizo creer a muchos sectores desprotegidos que “la justicia había llegado”.
Gobiernos como el de Correa, Chávez, o los Kirchner generaron enormes expectativas, que no han podido cumplir. La lección, según analistas, es que los sectores descontentos no distinguen entre los discursos de derecha o de izquierda. Sólo distinguen entre los que cumplen y los que no cumplen.
Datos claves
Sectores afines a Correa, entre ellos maestros, asambleístas y alcaldes, programaron para este sábado una gran movilización para darle su apoyo y también respaldar la Constitución.
El Gobierno de Ecuador ha reiterado que no pretende privatizar el agua y ha repetido que la Constitución actual prohíbe expresamente esa posibilidad, pero los indígenas insisten en la protesta.
El Gobierno de Ecuador confirmó la noche del viernes que se suspendió una reunión de “diálogo directo” con la Confederación de Nacionalidades Indígenas, que solicitó una prórroga para definir asuntos internos.
Los indígenas ecuatorianos rechazaron una reunión con Rafael Correa en Quito, quien les pidió encontrarse en la Casa de Gobierno y exigieron que Correa vaya a su territorio para adelantar los diálogos de paz.
El presidente Correa convocó ayer a una reunión extraordinaria con su gabinete para analizar la situación del país. Según Correa hay un ambiente hostil y hay quienes “quieren pescar en río revuelto”.
Análisis
# El presidente de Ecuador, Rafael Correa, mantuvo el viernes una reunión con su gabinete ampliado para analizar la situación del país, donde se mantienen protestas de los indígenas y de los maestros contra algunas polÍticas del Gobierno.
# Correa puntualizó que existe un ambiente complicado en el país “pues hay varios grupos que quieren pescar en rÍo revuelto”.
# La reunión de gabinete se efectuó luego de que el Jefe de Estado dispusiera la suspensión del gabinete itinerante previsto para el jueves y viernes en La Joya de los Sachas (Amazonía) debido a la protesta indígena.