Crisis laboral universitaria

UCV

Por: María Esperanza Hermida (Elcambur.com)

06 sep, 2015. El deterioro de las condiciones laborales en las universidades públicas impacta a todo el país, ya que del funcionamiento cabal de estas casas de estudio depende la educación superior, y la graduación de profesionales y especialistas. Los anuncios de su cierre técnico por falta de presupuesto, paro indefinido de docentes y fuga del talento universitario, auguran un oscuro futuro para el derecho al estudio en Venezuela.

Si no hay dignidad salarial, la calidad de la formación universitaria peligra. Así lo ha señalado la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (FAPUV), en el marco de la discusión de la II convención colectiva de condiciones de trabajo con el Gobierno.

FAPUV anunció en la primera semana de septiembre 2015 que no suscribe la II convención ya que la propuesta salarial gubernamental, no satisface las aspiraciones del sector docente de las universidades nacionales. A pesar que en algunos niveles de la función docente, el aumento alcanzaría el 100%, el monto neto real no llega al mínimo indispensable para considerarlo un salario digno.

En algunos casos se eleva el sueldo docente universitario a un salario mínimo y medio o a dos salarios mínimos. Mientras que en otros, se trata de una indexación parcial del salario respecto a la disminución de su poder adquisitivo debido a la inflación. Para el ejercicio de la docencia universitaria se requiere poseer estudios de cuarto nivel y el ascenso sólo es posible si se realizan y aprueban los trabajos de investigación. De allí que definir las escalas salariales para la docencia universitaria sea más complejo que para otros sectores laborales.

Además, en esta negociación de la II convención colectiva, FAPUV ha resultado ser una convidada de piedra, pues el Gobierno nacional le dio mayor beligerancia a las organizaciones gremiales y sindicales que le son afectas, aunque no representen al profesorado de las universidades nacionales. Las federaciones y sindicatos mayoritariamente oficialistas, que representan al personal de apoyo profesional, técnico y obrero, sí aprobaron el nuevo contrato.

De inmediato, el profesorado de la primera casa de estudios que planteó la paralización indefinida de actividades fue el de la Universidad Simón Bolívar. En los próximos días es factible que otras universidades adopten similar decisión o que en su defecto, realicen diversas acciones de protesta. No obstante, se firmó la II convención colectiva universitaria sin saldar la deuda histórica de justicia salarial que la docencia universitaria aspiraba.

Esta crisis laboral universitaria se profundizará porque el aumento acordado en la II convención colectiva es hasta agosto de 2016, sin ajuste adicional en tan largo período a pesar de la galopante inflación. Además, el Gobierno ordenó el incremento de la matrícula escolar, autorizando el ingreso a las universidades nacionales de todo el estudiantado que egresa de la educación diversificada al eliminar las pruebas de admisión.

En algunas de estas casas de estudio no hay presupuesto para mantener el funcionamiento de bibliotecas, comedores, laboratorios y centros de investigación. Incluso el tamaño de las aulas es insuficiente para albergar al número de estudiantes actuales, que probablemente se duplique muy pronto. Ello significa que los docentes universitarios deberán atender más alumnos por menos sueldo real.

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