Cuatro años difíciles y revolucionarios en Siria

Siria

Por: Salameh Kaileh

Los últimos cuatro años han transformado Siria y la sociedad siria completamente. No puede haber vuelta atrás.

20 de marzo 2015. Siria muestra lo que puede ser la dificultad de las revoluciones. En primer lugar, porque la revolución siria comenzó después del levantamiento revolucionario de Túnez que se expandió rápidamente, provocando temor en los países de la región y perplejidad en otros. Era necesario detener la ola revolucionaria y evitar que ganara más terreno. También era necesario detener la ola porque el mundo experimentaba una crisis económica, lo que podría haber dado lugar a que las revoluciones avanzaran más allá de las fronteras árabes y así la ola se convirtiera en incontrolable.

En segundo lugar, los países imperialistas necesitaban un ejemplo para mostrar cómo la rebelión y la revolución contra el capital significan ahogamiento en masacres, terrorismo y caos. De allí que fuera necesario que la revolución siria se convirtiera en un «conflicto sectario», una «guerra civil» y en una masacre real en la que Siria es destruida y su población asesinada y desplazada. Esto quedó claro después de un año y medio de revolución, en tanto el foco principal era aumentar la violencia del régimen y escalar su brutalidad mientras se lo proveía de las herramientas necesarias para la violencia y la brutalidad.

En tercer lugar, debemos darnos cuenta de que el régimen es capaz de una increíble brutalidad, dada su composición y a que está a cargo de un grupo que no teme cometer excesos de violencia. Además, el grupo de la familia gobernante considera a Siria como su propiedad personal, que heredó de Hafez al-Assad, y sería mejor quemar su herencia que dejarla ir. Fue esta mentalidad la que dio origen a la consigna del régimen «O Assad o incendiamos el país». El grupo de la familia gobernante decidió luchar hasta el final, con toda la brutalidad posible, para mantener el control del poder y la economía, y si eso fallaba destruiría el país antes de que otros pudieran arrebatárselo de las manos. Esta mentalidad llevó al régimen a cometer toda clase de crímenes contra la humanidad, a la vista del mundo y de la comunidad internacional que en realidad quería que el régimen llevara a cabo estas acciones, independientemente de las declaraciones huecas de tal o cual presidente, o tal o cual país.

Las fuerzas del capitalismo imperialista

Las acciones del régimen sirio fueron exactamente lo que deseaba el capitalismo imperialista, por lo que esas acciones se convirtieron en un claro ejemplo de la brutalidad utilizada por los medios de comunicación imperialistas y árabes para atemorizar a los pueblos de las consecuencias de rebelarse contra el capitalismo mafioso que saquea, empobrece y explota. Sin embargo, esta forma de capitalismo ahora se da cuenta de que su saqueo y explotación han llegado a un punto crítico que sin duda va a llevar a una explosión de revoluciones, por lo tanto, era necesario mostrar las consecuencias.

En cuarto lugar, las ambiciones imperialistas de Turquía e Irán han contribuido a la escalada del conflicto violento. El régimen iraní ha defendido tenazmente al régimen sirio y lo sigue haciendo no con el propósito de apoyar la resistencia o mejorar la posición de Hezbollah, sinohttp://www.alaraby.co.uk/…/four-difficult-and-revolutionary… porque Siria es una carta que los iraníes pueden utilizar en as negociaciones internacionales. En consecuencia, movilizó una fuerza chiíta para evitar la caída del régimen sirio, y funcionarios iraníes comenzaron a afirmar públicamente que ellos fueron los que impidieron la caída de Damasco (y Bagdad y Beirut). Esto dio un salvavidas al régimen, incluso después de que se había debilitado y estaba al borde del colapso.

La Guardia Revolucionaria de Irán, Hezbolá y las milicias sectarias de Irak y de otros lugares se han convertido en las fuerzas que luchan contra el pueblo sirio, después de que los sirios habían sacudido al régimen y allanado el camino a su colapso. El pueblo sirio ya no está luchando contra el régimen, sino contra las fuerzas y los aliados de Irán que dependen del apoyo político y militar ruso.

A pesar de todo esto, y después de cientos de miles de mártires y prisioneros y millones de refugiados, y a pesar de la violencia bárbara contínua, el pueblo sirio sigue luchando por la victoria en un mundo que quería verlo masacrado. Es una inmensa revolución que continuará.

Traducción: Mariana Morena

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