6 diciembre, 2024

Cuba: carta abierta a los revolucionarios cubanos

Nuestra sociedad está atravesando una crisis estructural y superestructural, algunos de cuyos síntomas podrían ser: apatía; pesimismo; individualismo; violencia; enajenación; connivencia con el delito.

Nuestra sociedad está atravesando una crisis estructural y superestructural, algunos de cuyos síntomas podrían ser: apatía; pesimismo; individualismo; violencia; enajenación; connivencia con el delito.

POR CUANTO: Nuestra sociedad está atravesando una crisis estructural y superestructural, algunos de cuyos síntomas podrían ser: apatía; pesimismo; individualismo; violencia; enajenación; connivencia con el delito, corrupción; aumento de la superstición (no hablo de religiosidad, que también aumenta, sino de creencia sin cuestionamiento en todo tipo de superchería como el fin del mundo); aumento de gente que juega la lotería: indicador de que se confía más en la “suerte” que en el esfuerzo; maltrato a la propiedad social, vandalismo.

POR CUANTO: el descontento popular está buscando salidas que denotan un debilitamiento ideológico que pone en peligro la sobrevivencia de la Revolución como proceso: el oportunismo, la mentira como norma de conducta; el “inutilismo” (considerar que el reclamo, la crítica, son inútiles); pérdida de interés por los problemas sociales y búsqueda de soluciones individuales, cada vez más, se mira la opción de salir del país, aún cuando sea temporalmente porque no se cree en la posibilidad de que “esto mejore”; se subestiman y subordinan los problemas espirituales y morales a la satisfacción de las necesidades materiales: los padres alientan a los hijos a buscar las carreras más ventajosas en detrimento de la vocación, las aptitudes y el interés social, los maestros usan ese mismo argumento como amenaza para contrarrestar el desinterés evidente por el estudio y el conocimiento, se buscan los trabajos mejor remunerados en detrimento de la realización personal; aumenta el consumismo y la ostentación incluso en detrimento de necesidades más importantes como la alimentación y la salud; proliferan todo tipo de rumores como síntoma de triunfo del diversionismo ideológico y de pérdida de confianza en los medios de comunicación.

POR CUANTO: la pérdida de vinculación del partido con las masas ya era señalada por Lenin como una causa de derrota del proletariado.

POR CUANTO: la destrucción de la Revolución por nosotros mismos sigue siendo, varios años después del alerta de Fidel, una posibilidad real y todo el que la subestime corre el riesgo de ser cómplice de esa destrucción.

POR CUANTO: sólo es revolucionario aquel a quien importan los problemas de la gente y eso marca una diferencia en el análisis de cualquier tema y teniendo claro el concepto pueblo, de la Historia me absolverá, y bien aprehendido el concepto de Revolución (excelente arma que ya es hora de sacar de su funda de carteles, vallas y paredes), los revolucionarios no podemos temer al debate ideológico y no debemos rehuirlo, porque ¿no es acaso una debilidad ideológica considerar que la diferencia entre la crítica revolucionaria y la contrarrevolucionaria es tan sutil que hace que cualquier debate sea peligroso?

POR CUANTO: permitir que sea la derecha quien llame al debate significa para los revolucionarios perder la iniciativa y la capacidad de liderazgo y eso nos deja con muy poco margen para triunfar en una batalla donde el enemigo cuenta con armas muy poderosas.

POR CUANTO: la solución de los problemas de la mayoría ha de salir de la discusión de la mayoría y no de un “grupo de cabezas pensantes”.

POR TANTO: en uso de las facultades que me confieren mi vocación revolucionaria y el derecho irrestricto a la iniciativa y a la crítica que me concede la Constitución de la República:

INVITO: a todos los revolucionarios cubanos a exigir de nuestro partido comunista, “como fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado”, un llamamiento al debate popular amplio previo al Congreso del PCC, cuyo mejor precedente está en el llamamiento al IV Congreso del partido.

SUGIERO: que el debate sea abierto a todo lo que todos quieran plantear, pero, para evitar que lo importante se postergue a lo urgente, se proponga en el llamamiento la discusión de temas medulares como:

-Sistema de gobierno: distinguiendo entre tipo de Estado y sistema de gobierno, nosotros podemos y debemos, sin tocar las bases de nuestro Estado socialista, cuestionarnos la forma de gobierno, concretamente, el Poder Popular y averiguar por qué se nos ha convertido en una maquinaria burocrática, lenta e ineficiente, que ya no responde a las necesidades del pueblo y cómo organizar desde abajo un sistema de gobierno que aumente la participación directa del pueblo en la toma de decisiones y la administración de los recursos y que, a la vez, agilice la solución de los problemas a nivel local, regional y nacional.

-Derecho: partiendo de lo establecido en nuestra constitución, deberíamos discutir qué leyes habilitantes será preciso crear para evitar que toda suerte de funcionarios se arroguen el derecho de dictar reglas de obligatorio cumplimiento que pisotean impúdicamente nuestra carta magna. Estamos llenos de carteles y reglamentos que impiden el acceso de los ciudadanos a lugares públicos, como teatros, hospitales, escuelas y las propias oficinas del gobierno, porque los funcionarios a cargo consideran que su vestuario inapropiado. La ministra de Educación decide qué niños pueden o no recibir clases no por criterios jurídicos o siquiera éticos, si no por criterios estéticos: por el color de las medias o las hebillas del pelo, por usar la camisa por dentro o por fuera y un montón de zarandajas de la misma índole y esto se hace en contra de la opinión de la masa estudiantil que no por otra cosa viola el reglamento escolar con una constancia digna de mejor causa, ¡si me contó un estudiante boliviano que hasta los estudiantes de la ELAM para tener el pelo largo tienen que mentir y alegar razones religiosas o étnicas! Este tipo de cosas permea toda nuestra vida, desde que hay gente (con frecuencia un solo individuo) decidiendo que obra artística es buena o no y que información debe o no recibir la gente, pasando por el trato irrespetuoso de la policía para con los ciudadanos, hasta el punto que la gente siente al gobierno como algo situado por encima, incluso peor, como una fuerza adversa y hostil y esta falta de sentido de pertenencia entorpece aún más la funcionalidad del gobierno. Por otra parte, falta cultura de derecho en la ciudadanía y debemos empezar por cuestionarnos: si hemos tenido incluso un Universidad para todos sobre “Metrología y Control de la calidad”:¿por qué no se le ha ocurrido a nadie un programa similar sobre fundamentos del derecho cubano?

-Papel de los medios de comunicación que se desacreditan no por mentir sino por decir “una parte de la verdad todo el tiempo”

-Organizaciones de masas: qué cambios serían necesarios para ampliarlas, sustituírlas o modificarlas según las nuevas necesidades de una sociedad cuyo entramado es más complejo que en los años 60s. Por ejemplo los CDR y la FMC, que jugaron un papel importante en el tiempo que la Revolución carecía de otras instituciones, pero que se han convertido en anodinas a nivel de base por falta de contenido real de trabajo; la defensa de la Revolución requiere de la participación viva y real del pueblo y no una pléyade de oportunistas que se apropian de los cargos en el CDR para asegurarle un teléfono a su vivienda.

-El PCC en su papel de vanguardia y en su vinculación con las masas. Tanto dirigente que se tuerce, tanto militante cuestionado, ha de ser motivo para preguntarnos: ¿es todavía nuestro partido una vanguardia o le hemos permitido convertirse en una casta situada por encima y separada del pueblo y con derecho a juzgarlo en lugar de estar sometido permanentemente al juicio popular? Discutir esto es cardinal porque lo que sí es cierto es que si juzgamos al partido por su papel de vanguardia ideológica “no son todos los que están ni están todos los que son”..

Otros temas podrían ser propuestos.

Lourdes Rojas Terol

lourdes_alberto1@yahoo.es

Soy Licenciada en Filosofía Marxista-Leninista, graduada en 1986, actualmente buscando empleo en algo relacionado con la especialidad y mientras tanto, estudio autodidacta y escribo ficción.

Nota para la gente de izquierda: la presente invitación es fruto de mi iniciativa personal, no me considero, ni por mis conocimientos ni por mi vocación revolucionaria dueña de LA VERDAD. He esperado durante mucho tiempo que una iniciativa como ésta saliera del partido pero no deseo seguir esperando, mi sentido de la honradez me obliga a comunicar lo que pienso. Reclamando respeto para mi opinión y mi decisión, respeto asimismo la de quienes esto lean que decidirán por sí mismos si la comparten con sus compañeros, si la olvidan, etc.

Nota para la gente de derecha: no considero enemigos personales a mis adversarios políticos, pero soy comunista y considero que el capitalismo no es una opción para el mundo. Aun cuando puedan apreciar tono de alarma en mi texto, no hay pánico ni derrotismo porque creo sinceramente que las ideas comunistas triunfarán, a pesar de los errores que hemos cometido e incluso si la revolución cubana se perdiera, no me consideraría derrotada porque como comunista tengo una sola patria: el mundo.

Nota para la gente de centro: por favor no atiborren mi correo con opiniones que pretendan situarse “por encima” de cualquier posición de clase, porque ese tipo de análisis me resulta más aburrido que un domingo.

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