De Barquisimeto llegó una carta
Hace ya varios días, el gobernador del estado Lara, Henri Falcón, envió una carta primero privada y luego hecha pública, al Presidente de la República. La carta en cuestión generó un terremoto en el mundo de la política, pero sobre todo, una catarata de agravios contra el gobernador larense. La misiva comienza con un “saludo con todo respeto”, expresión que marca todo el contenido de la misma, porque, en efecto, se trata de una comunicación en la que no se recurre a la palabra altisonante, al juicio desproporcionado y mucho menos a la agresión.
Hace ya varios días, el gobernador del estado Lara, Henri Falcón, envió una carta primero privada y luego hecha pública, al Presidente de la República. La carta en cuestión generó un terremoto en el mundo de la política, pero sobre todo, una catarata de agravios contra el gobernador larense. La misiva comienza con un “saludo con todo respeto”, expresión que marca todo el contenido de la misma, porque, en efecto, se trata de una comunicación en la que no se recurre a la palabra altisonante, al juicio desproporcionado y mucho menos a la agresión.
En algunos párrafos de la carta en cuestión se puede leer: “Debo manifestarle mi total apego al proyecto de país plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, de la cual soy firmante y con cuyo texto me siento absolutamente comprometido. Estimo que hoy ese texto constitucional sigue siendo el instrumento a partir del cual deben trazarse las metas que deriven en una Venezuela diferente, productiva, soberana, inclusiva y plenamente democrática, donde se haga realidad el sueño de justicia social (…) El país debe saber que he acompañado este proceso con la pasión y la entrega de un hombre de firmes ideas de avanzadas, por convicción, por animarme principios que han moldeado en forma inquebrantable mi vida, y, en consecuencia, mi corta pero intensa actuación política, mi pensamiento, poseen una clara orientación de izquierda. No he cambiado, ni hay forma de que eso ocurra (…) Deseo expresarle mi preocupación por la ausencia de un espacio adecuado para quienes cumplimos con una responsabilidad como la que implica ocupar la gobernación de un estado podamos abordar junto a usted, en su condición de Presidente de la República, los asuntos que se derivan de nuestras competencias. La relación entre un Jefe de Estado y los gobernadores y alcaldes no puede limitarse a la emisión de instrucciones u órdenes sin la mínima oportunidad de que podamos confrontar puntos de vista, analizar los pro y los contra de determinadas iniciativas y revisar o revocar decisiones que, luego de su ejecución, resultan dañinas o inconvenientes al interés de la región o del país (…) Es mi obligación no ocultarle mis impresiones y mis preocupaciones. Lo contrario sí sería un acto de inconsecuencia y deslealtad, más que con usted, con el pueblo venezolano. Por ello le estoy hablando con toda franqueza, señor Presidente. Es imposible construir una democracia participativa, es virtualmente imposible sacar adelante con éxito una gestión de transformación en el país si los hombres y mujeres que tenemos altas responsabilidades de liderazgo local, regional y nacional estamos privados de la posibilidad de ser escuchados. Creo en una democracia horizontal, participativa, abierta, cargada de garantías y oportunidades (…) Adhiero la tesis según las cual los males de la democracia se curan con justicia y más democracia. Me aferro a la urgencia de propiciar la inclusión sin exclusión, la reconciliación nacional y el diálogo constructivo. La democracia se forja en la diversidad, en el reconocimiento del otro, en el respeto y en la conjunción de esfuerzos”. Como es fácil darse cuenta, el gobernador Falcón plantea temas muy importantes que merecen, por lo menos, la reflexión de la gente progresista, de los militantes de izquierda, de los que acompañan el proceso de transformación que vive nuestro país. Falcón propuso un debate. Su correspondencia es una invitación a intercambiar opiniones sobre asuntos de fondo, sin embargo, recibió como respuesta insultos de los más variados calibres. La excepción fue el presidente Chávez, que hasta suerte le deseó. El debate planteado por el jefe del ejecutivo del estado Lara está allí, sigue pendiente. Ya no se puede esquivar.
* Gustavo Hernández Salazar es dirigente del partido Patria Para Todos, y diputado del Parlamento Latinoamericano.