Del holocausto nazi al sionista

palestino y niños
Por: Najib Abu-Warda

Israel está cometiendo crímenes perseguidos por el Tribunal Penal Internacional
EEUU y la Unión Europea asisten a la matanza negociando ventas de armas

20/07/2014. Hoy, 70 años después del holocausto nazi, Israel está cometiendo crímenes de genocidio contra los palestinos. La actual operación israelí Protective Edge (Borde protector), en la Franja de Gaza, está causando cientos de muertos, miles de heridos, y una destrucción total de infraestructuras . En Gaza, una ciudad sitiada, bloqueada y sometida a los ataques del ejército israelí por tierra, mar y aíre, como en toda Palestina, el gobierno y el ejército israelíes están cometiendo crímenes de genocidio, de guerra, de lesa humanidad, de agresión y de terrorismo de Estado. Crímenes todos ellos condenables en el derecho internacional y perseguidos por el Tribunal Penal Internacional.

La Operación Borde Protector es la actual de las numerosas que Israel lanzó contra Gaza. La última fue la llamada Pilar Defensivo, en noviembre 2012, que dejo centenares de muertos e heridos. Otra, anterior, fue la bautizada Plomo Fundido, a finales de 2008 y comienzos de 2009, en la que perdieron la vida más de 1.400 palestinos y cinco mil fueron heridos. Entre operación y operación, olas de ataques israelíes sobre Gaza segaban la vida de mucha gente y sometían la población a condiciones infrahumanas de vida.

Casi 70 años después de la partición de Palestina por la Resolución 181 de la ONU, haciendo posible la creación del Estado de Israel sobre una parte de Palestina, una Resolución calificable como incompatible con las competencias de las Naciones Unidas, ya que esta no tenía soberanía sobre Palestina y por tanto no podía decidir su partición, sin embargo, la decisión fue aprobada gracias al carácter colonial de las grandes potencias occidentales. Desde entonces, el nuevo Estado, Israel, sin fronteras definidas hasta hoy, sigue ocupando la totalidad del espacio palestino desde la guerra de 1967. Desde la guerra de los Seis Días, el Estado sionista, como potencia ocupante, ha continuado con acciones político-militares destinadas a la construcción de asentamientos en Cisjordania, el desplazamiento masivo de la población palestina, la construcción del Muro de Separación en Cisjordania y la anexión de Jerusalén Oriental, entre otras. Acciones, todas ellas, contrarias al derecho internacional, a los principios de las Naciones Unidas, y a la Convención de Ginebra.

Son 100 años desde de la Primera Guerra Mundial y la ocupación británica de Palestina, pero la lucha del pueblo palestino por su autodeterminación sigue activa. Una lucha que mantiene viva la cuestión y que en el 2012 llevó a la Asamblea General de la ONU a reconocer, por una abrumadora mayoría, a Palestina como Estado observador. De esta manera, la organización más representativa de la voluntad internacional reconoce la soberanía de los palestinos sobre el territorio ocupado por Israel desde 1967.

La resolución reafirma el derecho del pueblo palestino a «la autodeterminación e independencia a partir de las fronteras de 1967». Además, expresa la «urgente necesidad» de acelerar las negociaciones para un acuerdo de paz «justo, duradero e integral» basado en las resoluciones de la ONU, los principios de la Conferencia de Madrid y la Hoja de Ruta del Cuarteto que ayude a resolver los temas pendientes: «Jerusalén, refugiados, asentamientos, fronteras y seguridad». La Resolución da a los palestinos renovada legitimidad en su lucha contra la ocupación y llama la atención mundial sobre la urgente necesidad de poner fin a un problema que explica en gran medida el clima de violencia en Oriente Próximo.

Como señalo el presidente palestino ante la Asamblea General en su discurso del 29 de noviembre de 2012, al igual que hoy, se puede afirmar que «La agresión israelí contra nuestro pueblo en la franja de Gaza ha confirmado una vez más la necesidad urgente y apremiante de poner fin a la ocupación israelí y de que nuestro pueblo pueda alcanzar su libertad e independencia. Esta agresión también confirma la continuación por parte del Gobierno de Israel de su política de ocupación, fuerza bruta y guerra, que a su vez obliga a la comunidad internacional a asumir sus responsabilidades para con el pueblo palestino y la paz».

El estatuto de Palestina como Estado observador no proporciona derecho de voto en las Naciones Unidas, sin embargo, permite adherirse a los convenios y tratados internacionales depositados en la ONU, tales como las distintas Convenciones de protección de los derechos humanos. El Estado Palestino podrá acudir, por ejemplo, al Tribunal Internacional de Justicia para denunciar la ocupación israelí, a instituciones internacionales o a la Corte Penal Internacional (CPI) ante la que podría reclamar las presuntas violaciones israelíes al derecho internacional.

La respuesta israelí al reconocimiento del Estado palestino llegó a través de agresiones y ataques contra la franja. Algunos analistas explican la ofensiva contra Hamas por la debilidad del Gobierno israelí y la frágil coalición entre Netanyahu y Lieberman, buscando cada uno de ellos consolidar su propia imagen de halcones intransigentes. Sin embargo, la causa principal sigue siendo el mantenimiento de la ocupación y anexión de espacios palestinos. Además, el nuevo carácter jurídico del conflicto, Estado ocupando otro, que aumenta los niveles de aislamiento internacional de Israel como consecuencia del incremento de condenas por su política y su incumplimiento de resoluciones, normas y legislaciones internacionales. Otra de las razones de la agresión es la formación de un gobierno transitorio de unidad nacional para afrontar la ocupación como la causa del conflicto.

El tiempo, como factor importante en el proyecto sionista para transformar el Estado de Israel en una Nación israelí, necesita mantener el ‘status quo’ de ni guerra ni paz para mucho más tiempo. Sin embargo, mientras pasan los días, organizaciones internacionales como la ONU o la Liga Árabe, potencias mundiales como EEUU o la Unión Europea, potencias regionales como Egipto, Turquía o Arabia Saudí, asisten a los crímenes de agresión, de guerra, y de genocidio, negociando y renegociando sus intereses de petrodólares, de armas y de guerra.

Hoy, 70 años después del genocidio nazi contra los judíos, Israel, está cometiendo crímenes de guerra y de genocidio en Palestina, mientras la comunidad internacional es incapaz de tomar ninguna decisión y mucho menos de llevar a cabo ninguna acción. Sin embargo, por encima de todo y después de todo, el gobierno sionista olvida que a mayor ataque mayor reacción, y que el pueblo palestino se aferra al derecho de defenderse contra la agresión, la ocupación y el genocidio. Es cuestión de tiempo.

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