14 mayo, 2025

Deudas laborales interrumpen debate “socialista” en empresas básicas

Trabajadores están empujando a la dirigencia sindical en Guayana a hacer valer sus derechos, beneficios mínimos que están consagrados en la Ley Orgánica del Trabajo y en las convenciones colectivas. Frente a esta urgencia, las dirigencias sindicales dirimen entre lealtad a los trabajadores y los intereses del partido.

Trabajadores están empujando a la dirigencia sindical en Guayana a hacer valer sus derechos, beneficios mínimos que están consagrados en la Ley Orgánica del Trabajo y en las convenciones colectivas. Frente a esta urgencia, las dirigencias sindicales dirimen entre lealtad a los trabajadores y los intereses del partido.

Puerto Ordaz, agosto 23 de agosto de 2009 (Correo del Caroní. Foto Tomás González).- “Guayana será la cuna del socialismo”, dijo el presidente Hugo Chávez. El proceso de gestación de dicho pensamiento político en la región está atravesando por una discusión que se da de manera natural entre los trabajadores, como por ejemplo, ¿qué están dispuestos a dar por él?

Esta interrogante se presenta entre líneas en el mundo laboral de las empresas básicas.

El “proceso revolucionario” les pide a los trabajadores comprensión de la crisis económica, prometiéndoles respetar las convenciones colectivas; los trabajadores alineados con el partido de Gobierno asientan pero otro grupo mira a este “proceso” con recelo.

Durante este camino de “transición hacia el socialismo” las relaciones laborales se han visto afectadas por la indisponibilidad financiera y las denuncias que minan la credibilidad de la gerencia de turno.

Las consecuencias saltan a la vista por un desgaste del diálogo como estrategia para la resolución de los conflictos y por el incumplimiento de los acuerdos entre sindicato y patrono Estado.

Mientras esta discusión se da, los trabajadores con la dirigencia sindical han abrazado con mayor fuerza la protesta para obtener poco a poco la cancelación de derechos mínimos consagrados en la Ley Orgánica del Trabajo (LOT) y en las convenciones colectivas.

“¿Qué más comprensión?”

En las últimas semanas trabajadores de las cooperativas de CVG Bauxilum y de CVG Ferrominera Orinoco han salido de las fauces de las empresas para plantear en los medios de comunicación su situación, que en general se resume en más de siete meses sin salario.

Casos como estos los hay en Sidor donde los profesionales de la nómina de conducción, tras un sinfín de movilizaciones, finalmente consiguieron “pre-acuerdos” con el director ejecutivo de Sidor, Miguel Álvarez.

Los trabajadores de la industria del aluminio participaron por una semana en acciones de calle que incluso fueron negadas por los medios oficiales y descalificadas por el Ejecutivo Nacional, todo por la cancelación de los intereses de las prestaciones sociales y la solicitud de inversiones para el sector.

Actualmente los trabajadores de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) también reclaman la cancelación de los intereses de prestaciones.

Y el más reciente de los casos es el reclamo de 400 trabajadores de CVG Bauxilum que salieron de vacaciones sin el pago de este derecho legal.

Los cooperativistas, que son en el contexto sindical los más desprotegidos, dicen comprender la crisis en empresas para las que laboran y con las que, además, dicen estar identificados.

Una de ellas, Leomar Constante, cooperativista desde hace 4 años en CVG FMO, contó el viernes pasado las excusas oficiales.

“Los trabajadores de Ferrominera tienen su quincena pero nosotros no, uno trabaja para llevarle un poco de comida a nuestros hijos, nos quitamos el pan de la boca para dárselos a ellos pero ya no tenemos nada”, dijo Rosa Pereira, otra representante de las cooperativas.

Carmen Godoy, cooperativista de CVG Bauxilum, relató en el marco de la protesta de principios de agosto la agonía de alargar la paciencia.

“Nosotras hemos sido solidarias con CVG Bauxilum en cuanto a su crisis, pero que entiendan que somos padres y madres de familia que llegamos los fines de semana con las manos vacías”.

“A nosotras no nos han tomado en cuenta y que no nos hayan sacado ni un pago, no nos parece justo. Los trabajadores hacen una paralización y logran sus beneficios, pero nosotras no (…) Hasta nos dijeron que fuéramos a vender pastelitos, pues no será así, estaremos en la empresa”.

Paralizar las convenciones

El titular del Mibam, Rodolfo Sanz, propuso a los trabajadores del aluminio paralizar la discusión de los contratos colectivos próximos a vencerse y a esto los dirigentes colocaron como condición la cuantificación y cancelación de los pasivos laborales que se adeudan.

Esta cuantificación ha sido lenta, de hecho, las reuniones que prometió el ministro tampoco se han realizado, con lo cual el diálogo -tan demandado por los dirigentes sindicales- está en velocidad cero.

Hoy día los únicos procesos de discusión se dan sólo en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) mediante la correa de transmisión diseñada para ello: el Frente Socialista de Trabajadores.

La discusión “amplia” que prometió el responsable de las empresas básicas no se ha dado, los recursos necesarios para las operaciones mínimas para el sector aluminio aún están en trámites y ya está por finalizar el mes de agosto.

Aún está por verse si los trabajadores de las empresas básicas negociarán la paralización de la convención colectiva y si finalmente se cuantificarán los pasivos laborales.

Con la clase trabajadora

El 17 de julio, el diputado y secretario general de Sintralcasa, José Gil, expuso en una asamblea en el portón de CVG Alcasa parte del planteamiento presentado a los líderes del PSUV.

“Marcano decía algo que yo reivindico, a nosotros siempre nos verán peleando al lado de la clase que pertenezcamos, indistintamente que hoy -por coyunturas- pertenezcamos al PSUV y seamos diputados de la AN. Si es necesario en el transcurso de la lucha -para que los trabajadores asumamos- nos despojen de eso, no tenemos problema, ni cosquillas nos da, porque estamos con la clase y preferimos morir al lado de la lucha. Es por eso que la lucha aquí es de fondo, no es solamente el pago de los intereses, es también cómo nos adueñamos de los medios de producción”.

Es precisamente la discusión a la que se enfrenta la dirigencia sindical que pretende construir un nuevo modelo de gestión camino a un socialismo.

A todo esto quedan más que preguntas puesto que dentro de las filas del PSUV hay fracciones encontradas, que han catalizado la protesta para encontrar ganancias políticas dentro de su propia fracción.

Del lado de los trabajadores prevalece la idea de que las demandas sólo pueden ser satisfechas tras emprender acciones de calle, aunque ello significa asumir las consecuencias de que la protesta en el Ejecutivo es concebida como “guarimba” y obstaculizadora del proceso de cambio que se diseña para Venezuela.

Premisas de Hugo Chávez

– “Estas empresas no son sostenibles por sí solas a largo plazo. Sólo exprimiendo a los trabajadores serían sustentables financieramente, ¿qué nos hace falta? que nosotros desarrollemos aguas abajo la producción”. 8 de agosto de 2009.

– “Tenían que esperar mientras uno consigue la plata, ustedes tienen que asumir que el Presidente no tiene el dinero, pero que se anda buscando. El enemigo no pierde tiempo, y les digo, yo puedo sudar sangre pero el compromiso con los trabajadores se cumple”.

– “Me voy a meter en el fondo a construir, a debatir. Yo me juego la vida por ustedes y sé que ustedes harán lo mismo, porque la clase obrera ha resucitado para hacer una revolución, ustedes van a dar ejemplo de grandeza, me lo dice el corazón (…) Guayana será la escuela del socialismo”. 21 de mayo de 2009.

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