EEUU exhorta a golpistas para que acepten conformar gobierno de unidad con Zelaya
El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, consideró que en su país «la guerra civil ya comenzó», y dijo que está decidido a regresar a Honduras y vaticinó que su «entrada en Tegucigalpa va a ser apoteósica». «Estoy iniciando ya mi retorno. Lo voy a hacer a partir del miércoles por cualquiera de los puntos fronterizos que tiene Honduras con Guatemala, El Salvador o Nicaragua», aseguró en una entrevista publicada hoy por el diario argentino La Nación.
El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, consideró que en su país «la guerra civil ya comenzó», y dijo que está decidido a regresar a Honduras y vaticinó que su «entrada en Tegucigalpa va a ser apoteósica». «Estoy iniciando ya mi retorno. Lo voy a hacer a partir del miércoles por cualquiera de los puntos fronterizos que tiene Honduras con Guatemala, El Salvador o Nicaragua», aseguró en una entrevista publicada hoy por el diario argentino La Nación.
Sin embargo, Zelaya ha claudicado ante las principales exigencias de los gorilas, como lo son la anticipación de las elecciones y la renuncia a impulsar una Asamblea Constituyente. Estas concesiones fueron anunciadas por Zelaya como parte del proceso de negociación impulsado por el gobierno estadounidense en Honduras.
Zelaya reiteró que acepta «los siete puntos que el presidente Arias propuso como punto de partida para un acuerdo. Los golpistas han rechazado el acuerdo.
En cuanto a las críticas que ha recibido Estados Unidos por su rol en la crisis hondureña, el destituido mandatario dijo sentirse «muy satisfecho con el papel del presidente (Barack) Obama», que «ha sido muy congruente en su posición de condena al golpe y de apoyo al presidente legítimamente elegido en las urnas». Sectores ligados al bloque del ALBA han exhortado al imperialismo a intervenir con mayor fuerza en Honduras, mientras que organizaciones de izquierda han considerado que Obama apoya solapadamente al golpismo hondureño, y critican las claudicaciones de Zelaya.
Zelaya, quien dialogó por teléfono con La Nación desde la embajada hondureña en Managua, dijo que el retorno a su país se concretará por «un punto terrestre, quizá por algún punto aéreo, o quizá por la frontera marítima; las posibilidades son muchas».
«El pueblo hondureño se está moviendo a las fronteras para que, cuando se cumpla ese plazo de 72 horas, podamos entrar por cualquiera de los puntos fronterizos que he mencionado».
«Cualquiera que esté en Honduras puede ver que ya empezó ese enfrentamiento, esa guerra civil», señaló tras remarcar que «ya hay sangre corriendo sobre la memoria de los golpistas».
El plan presentado por Costa Rica para solucionar el conflicto prevé el adelantamiento de las elecciones a octubre próximo y la formación de un Gobierno de unidad entre Zelaya y los golpistas.
Obama apuesta a reconciliación entre golpistas y Zelaya para liquidar la rebeldía popular
Washington espera que Arias logre mediar un acuerdo que incluya el regreso de Zelaya.
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, habló con el líder del Gobierno interino en Honduras, Roberto Micheletti, después de que los diálogos fracasaran el domingo y lo instó a continuar las negociaciones, abordando la posibilidad de consecuencias a largo plazo.
«Ella dejó en claro, por si el régimen de facto necesitaba que se lo recordara, que buscamos la restauración del orden democrático y constitucional, una resolución pacífica», precisó el lunes a periodistas el portavoz P.J. Crowley.
«Le recordó las consecuencias para Honduras si ellos no aceptan los principios que el presidente Arias formuló, los cuales (tendrían) un impacto significativo en términos de asistencia y consecuencias (…) para la relación entre Honduras y Estados Unidos», agregó.
El mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, busca mejorar las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica, en un contexto de creciente debilidad del imperialismo, que afronta derrotas militares en Irak y Afganistán, así como una brutal crisis económica.
Esta debilidad le ha impedido a Obama intervenir y apoyar abiertamente a los golpistas hondureños.
Probablemente Estados Unidos no de mayores pasos para presionar a Micheletti, a pesar de que no quedó claro qué estaba siendo considerando o cuándo podrían ser aplicadas cualquier tipo de sanciones.
Entre las opciones, Estados Unidos podría suspender los 180 millones de dólares de asistencia económica al país.
Por su parte, la Comisión Europea suspendió el lunes todo tipo de pagos de apoyo presupuestario a Honduras para aumentar la presión sobre Micheletti, a pesar de que él nuevamente insistió en que no cederá.
Algunos analistas dicen que Estados Unidos debe aumentar las sanciones para presionar al Gobierno interino a aceptar el plan de siete puntos de Arias, permitiendo el regreso de Zelaya a Honduras y estableciendo un Gobierno de coalición que incluya a los partidos rivales.
Los partidarios de Zelaya están presionando para lograr la suspensión de un acuerdo de comercio entre Washington y Honduras, frenar las remesas de trabajadores hondureños en Estados Unidos y lograr la cancelación de visas a miembros del Gobierno de facto y sus familias.
Sin embargo, el gobierno de Obama se abstiene de tomar medidas económicas contra los gorilas, para evitar que el gobierno de Micheletti se desplome.