El asesinato de Andreu Nin por los agentes de la GPU

8 de agosto de 1937

Cuando Nin, el dirigente del P.O.U.M., fue detenido en Barcelona, no podía existir la menor duda: Los agentes de la G.P.U. no le dejarían vivo. Las intenciones de Stalin se han evidenciado con un cinismo excepcional cuando la G.P.U., que tiene en sus garras a la policía española, lanzó una declaración en la que acusaba a Nin y a toda la dirección del P.O.U.M. de ser «agentes» de Franco.

8 de agosto de 1937

Cuando Nin, el dirigente del P.O.U.M., fue detenido en Barcelona, no podía existir la menor duda: Los agentes de la G.P.U. no le dejarían vivo. Las intenciones de Stalin se han evidenciado con un cinismo excepcional cuando la G.P.U., que tiene en sus garras a la policía española, lanzó una declaración en la que acusaba a Nin y a toda la dirección del P.O.U.M. de ser «agentes» de Franco.

El carácter absurdo de esta afirmación es evidente para todos los que conocen los datos elementales de la revolución española. El fundador y dirigente del P.O.U.M., J. Maurín fue hecho prisionero y fusilado por el general Franco, al principio de la guerra civil. Los militantes del P.O.U.M. se han batido heroicamente contra los fascistas en todos los frentes de España. Nin es un veterano e incorruptible revolucionario. Defendía los intereses del pueblo español y combatía a los agentes de la burocracia soviética. Precisamente por esto, los agentes de la G.P.U. se han desembarazado de él, gracias a una operación bien calculada en la prisión de Barcelona. En lo que concierne al papel desempeñado en este asunto por las autoridades españolas oficiales, no podemos emitir sino suposiciones.

La información dada en el despacho, e inspirada por la G.P.U., califica a Nin de «trotskysta». El revolucionario desaparecido protestó frecuentemente contra esta calificación. Y con razón. El P.O.U.M. tuvo siempre una actitud hostil a la IVª Internacional, tanto bajo la dirección de Maurin como bajo la de Nín. Es cierto que durante los años 1931-33, Nin, que en esta época estaba fuera del P.O.U.M. mantenía una amistosa correspondencia conmigo. Pero desde el comienzo de 1933 ciertas divergencias sobre cuestiones esenciales provocaron la ruptura total entre nosotros. A lo largo de estos últimos cuatro años no hemos intercambiado más que artículos polémicos. El P.O.U.M. ha excluido a los «trotskystas» de sus filas. Pero para facilitar su tarea, la G.P.U. llama «trotskystas» a todos los que se oponen. a la burocracia soviética. Esto facilita su sangrante represión.

A pesar de las divergencias que me separan del P.O.U.M., debo reconocer que, en la lucha que Nin llevaba contra la burocracia soviética, la justicia estaba enteramente de su lado. Se esforzaba por defender la independencia del proletariado español, contra las maquinaciones burocráticas de la pandilla en el poder en Moscú. Rehusó colaborar con la G.P.U. para arruinar los intereses del proletariado español. Éste es su único crimen. Y lo pagó con su vida.

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