6 octubre, 2024

El Bolívar del desierto

Quizás ha sido el propio Ali Rodríguez quien en más de una oportunidad le haya explicado el concepto marxista de internacionalismo proletario al recién estrenado “socialista” del siglo XXI. Ahora si bien es cierto que uno de los rasgos de identidad de la izquierda contemporánea ha sido, y sigue siendo, su definición y vocación internacionalista, jamás este principio puede llevarnos a la solidaridad automática con quien desde hace 41 años ejerce el poder en la Gran Jamahiriya Árabe Libia Popular y Socialista.

Quizás ha sido el propio Ali Rodríguez quien en más de una oportunidad le haya explicado el concepto marxista de internacionalismo proletario al recién estrenado “socialista” del siglo XXI. Ahora si bien es cierto que uno de los rasgos de identidad de la izquierda contemporánea ha sido, y sigue siendo, su definición y vocación internacionalista, jamás este principio puede llevarnos a la solidaridad automática con quien desde hace 41 años ejerce el poder en la Gran Jamahiriya Árabe Libia Popular y Socialista.

Gadafi amenaza con limpiar a Libia casa por casa y cazar como ratas y ratones hasta el último activista opositor; y a nuestro flamante embajador Afif Tajeldine, allá en las tierras del gran Sahara, sólo se le ocurre afirmar: “Hoy la situación en Libia y en especial en la ciudad de Trípoli es de absoluta tranquilidad y lo que estamos escuchando en los medios de comunicación de Libia o de Trípoli, eso no es Trípoli, porque aquí no está pasando nada de lo que estamos escuchando”.

El doctor Yabril Haweidi, del hospital Yalaa de Bengasi, explicó que, además de los muertos y los heridos en Bengasi, en Al Baida fallecieron 64 personas, en Derna 26, en Ajdabiya cuatro y en Tobruk tres. Mientras tanto; a nuestro Canciller le parece mejor alardear con sus dotes de canciller “antiimperialista” del siglo XXI, señalando que “Gracias a un periodista venezolano enviado por TeleSur, sabemos que Trípoli está normal”, justificando así su solidaridad con una revolución que devino en una férrea dictadura verde.

El mismo que ha cacareado que entre un principio y un amigo se queda con el principio, para asombro hasta del mismo pueblo chavista ha señalado: «Como todo el mundo dice que Gadafi es un asesino, ¿Chávez lo va a decir? Pues no me consta. Y en esta distancia no lo voy a condenar. Sería un cobarde frente al que ha sido mi amigo por mucho tiempo y yo no soy ningún cobarde, ninguna veleta”.

No sería la primera vez que Libia es asediada e invadida por los imperios. Desde el Romano, Árabe, Otomano y la moderna bota Italiana que se enseñoreo sobre su territorio hasta los días de la segunda guerra mundial, este país ha sufrido los embates de los ejércitos invasores; de allí que en estas horas de rebelión popular y represión debemos enfrentar cualquier pretensión intervencionista; pero también debemos rechazar esta mascarada de internacionalismo “socialista”, que insiste en defender al “Bolívar” del desierto que hoy blandea la espada deshonrada contra la revuelta de su mismo pueblo.

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