¡El gobierno condena al dirigente obrero Rubén González a 7 años y medio de cárcel!
Mientras libera a políticos corruptos de la oposición burguesa, el gobierno de Chávez acaba de condenar al dirigente obrero Rubén González a 7 años y medio de cárcel por participar de una huelga en defensa de su contrato colectivo.
Mientras libera a políticos corruptos de la oposición burguesa, el gobierno de Chávez acaba de condenar al dirigente obrero Rubén González a 7 años y medio de cárcel por participar de una huelga en defensa de su contrato colectivo.
Hace minutos la jueza Magda Hidalgo, titular del Tribual Sexto de Juicio, en Puerto Ordaz, acaba de dictar la infame sentencia: 7 años, 6 meses, 22 días y 12 horas de cárcel para Rubén González, secretario general de Sintraferrominera, el sindicato de los trabajadores de Ferrominera del Orinoco. Declarado “culpable” de los “delitos” de “instigación a delinquir” y “violación de zona de seguridad” por su participación en la huelga que decidieron en asamblea los trabajadores y trabajadoras de la empresa en la mina San Isidro, en julio de 2009, para exigir el cumplimiento de su contrato colectivo de trabajo.
Rubén González estaba privado de libertad desde hace más de año y medio, desde septiembre de 2009, pocos meses después de la huelga. Las estructuras del gobierno cumplía cabalmente la palabra de su jefe: Hugo Chávez. Allí mismo, en Guayana, meses antes, en marzo, Chávez había lanzado una verdadera amenaza y declaración de guerra a la clase trabajadora de la zona: si hacían huelgas o paros por sus derechos, se las verían directamente con él. En referencia a la posibilidad de paros, Chávez los comparó con el paro-sabotaje patronal y petrolero de la oposición burguesa en 2002-2003, y cuestionó los llamados a huelga con estas palabras: “Que si no me aprueban esto, esto y aquello, entonces paramos la fábrica. Eso es sabotaje (…) no lo vamos a tolerar (…) ya yo enfrenté el paro de PDVSA, más grave que eso no puede ser. Ya yo estoy probado en esa guerra. Yo mandé a decir que las pararan todas, ya yo veré que hago. Pero eso sí, después me tendrán que soportar, porque se están metiendo conmigo directamente (…) el que pare aquí una empresa del Estado, se está metiendo con el Jefe del Estado». Y no contento con eso, en ese mismo momento, ante las cámaras de televisión, giró instrucciones a los “organismos de inteligencia” para que actuaran sobre los dirigentes sindicales que promovieran huelgas.
Hoy fue la sesión 28 y última del juicio que inició en septiembre de 2010. Decenas y decenas de trabajadores pasaron por el tribunal atestiguando a favor de Rubén González, pero la infeliz jueza solo tomó nota de cinco testigos llevados por el gobierno, representado por la fiscal Fátima Urdaneta, quien se encargó del miserable papel de acusar, en nombre del Estado, a este dirigente obrero.
Esta condena se hace justo en el momento en que el gobierno nacional pacta con sectores de la oposición burguesa para liberar a parte de los políticos comprometidos en casos de corrupción, violación de derechos humanos o golpismo. Hace días el gobierno ordenó la liberación de dos de estos políticos burgueses pitiyanquis, mientras hoy condena a un luchador de la clase obrera. Una muestra más de la falsedad del discurso “revolucionario” y “socialista” de este gobierno, una muestra más de su verdadero carácter de clase burgués: mientras mantiene cientos y cientos de trabajadores y campesinos judicializados por participar en alguna lucha contra las condiciones de explotación y miseria de esta sociedad capitalista, y condena a años de cárcel a un dirigente obrero por hacer huelga por sus derechos elementales, en diciembre de 2007 decretó una amnistía para los responsables del golpe y el paro-sabotaje de la reacción, y acaba de liberar a dos de sus políticos. ¡Para los burgueses y sus políticos, impunidad, para los luchadores obreros y populares, criminalización y cárcel! ¡Con gobiernos “revolucionarios” y “socialistas” así, pueden estar tranquilos los dueños del gran capital!
El gobierno que se dice “obrerista” se ha ensañado con los sectores de la clase obrera que han dado más pelea por sus derechos, con los que no se han limitado a esperar que el Estado “resuelva” ni a obedecer los dictámenes del partido de gobierno o de su burocracia sindical traidora. Este ensañamiento tiene particular fuerza en Guayana, donde se encuentra uno de los principales focos de conflictos obreros. Fue allí donde Chávez amenazó a los trabajadores, fue allí donde la gran lucha de los trabajadores sidoristas lo obligó a romper parcialmente su pacto de complicidad con Techint y nacionalizar Sidor, es de allí de donde son decenas de los trabajadores y trabajadoras judicializados por luchar, y es allí donde acaba de condenar a Rubén González.
Y es que es en Guayana donde los trabajadores vienen padeciendo la crisis de las empresas básicas, y donde el gobierno muestra, nuevamente, que por “honrar” los intereses del capital transnacional e imperialista, está dispuesto a pisar y redoblar las cadenas de opresión de los trabajadores: mientras el gobierno paga religiosamente la deuda externa a la banca imperialista –y a la banca nacional–, mientras desembolsa grandes sumas de dinero para pagar las compras –“expropiaciones”– de empresas de capitales imperialistas, mientras paga jugosas cifras a Techint por Sidor, las “empresas estratégicas” del país –¡esa misma denominación que sirve para proscribir huelgas en estas empresas porque son “estratégicas”!– están en crisis, con condiciones de trabajo deplorables que deben pagar los trabajadores con accidentes laborales mortales en muchos casos, con precarización laboral que mantiene a miles tercerizados y por fuera de los derechos económicos elementales de los contratos de trabajo, con atrasos en los salarios e incumplimiento de los derechos… y ahora con la amenaza real de criminalización y cárcel para los que se levanten contra esta situación.
Es a los trabajadores y trabajadoras que luchan para no seguir padeciendo esto a los que el gobierno nacional quiere “disciplinar”. Con la condena de Rubén González el gobierno busca dar una lección a los trabajadores que luchan decididamente. Esto crea un precedente nefasto que no debemos dejar pasar. Más que nunca hay que redoblar las fuerzas para sacar a este dirigente obrero de la cárcel del Estado burgués, conducido hoy por esta farsa de “revolución”.
Desde la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS) hemos puesto nuestras modestas fuerzas al servicio de esta gran causa obrera, inicialmente con una campaña propia, y luego con el impulso al Comité por la libertad de Rubén González, junto a compañeros y compañeras de otras organizaciones y activistas independientes. Repudiamos con todas nuestras fuerzas este fallo judicial y denunciamos a toda la izquierda genuflexa y subordinada al gobierno que se hace cómplice de esta arremetida, que se calla la boca y no mueve un dedo para defender los derechos elementales de la clase obrera. Llamamos a no descansar y a concretar un gran frente único de organizaciones democráticas y clasistas para luchar porque no se consolide esta infame afrenta contra la clase trabajadora. El compañero Rubén González ha declarado, al enterarse de la sentencia: “Estaré preso, pero hice lo que tenía que hacer”. ¡Estas palabras ejemplarizantes deben servir de pauta: hay que hacer lo haya que hacer para valer el derecho de los explotados y explotadas a levantarse con sus propios métodos de lucha contra esta sociedad de explotación, miseria y opresión!