El movimiento kurdo y la revolución siria

La UIT-CI está junto al pueblo kurdo y tiene en su programa la clara consigna de la lucha por el derecho a la autodeterminación nacional del conjunto del pueblo kurdo. Al decir el conjunto del pueblo kurdo nos referimos a los treinta millones que están repartidos entre Turquía, Siria, Irak e Irán. Pero hay una gran confusión sobre el rol de los kurdos sirios, lo que ha llevado a que haya un gran rechazo entre la izquierda siria, tanto en Siria como en el exilio, respecto al rol que juegan las milicias kurdas. Y esto tiene justificación porque internacionalmente hay una fuerte campaña de apoyo incondicional a la dirección del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) y PYD (Partido de la Unidad Democrática, partido kurdo del Norte de Siria, aliado del PKK), por parte de los partidos comunistas, sectores del anarquismo, el chavismo y sectores del guevarismo en América Latina, no de apoyo a la revolución siria. Este sector de la izquierda define que hay una única revolución que es la kurda. Sin criticar el papel de Rusia ni del régimen de Bashar Al Assad.

Nosotros rechazamos esa definición y también que sea una revolución de las mujeres, porque se utiliza mucho esa imagen. Desde ya la UIT-CI ha apoyado, incuestionablemente, en Kobane a los combatientes de la Unidad de Defensa Popular, incluido sus milicias de mujeres, que dirige el PKK, para derrotar al ISIS. Pero en Siria lo que existe desde marzo de 2011 es una revolución del pueblo sirio, incluidos los kurdos sirios, contra la dictadura de Al Assad. El régimen tuvo que replegarse hacia las ciudades y la capital.En el vacío que dejó en territorios de mayoría kurda la dirección del PYD empezó a organizar el territorio en base a comunidades populares. Las bases militares del PKK permitieron que las unidades de autodefensa se establecieran como unidades operativas. Pero esas unidades no se implicaron en la lucha por acabar con la dictadura. Más tarde el ISIS emprendió su labor contrarrevolucionaria también contra los territorios kurdos. A menudo unidades del ESL combatieron codo a codo para defender la revolución y expulsar la reacción.

Pero la dirección del PYD y sus milicias -y ahora se ha clarificado más- no han entrado en combate contra el régimen, sólo han defendido su territorio contra el ISIS. Y han aceptado la unidad de acción con el Ejercito Libre Sirio y las milicias sirias sólo para enfrentar al Isis y sostener sus posiciones, pero no para enfrentar a Bashar Al Assad. Y esto ha derivado en que en el último año haya una abierta colaboración con Estados Unidos y Rusia para recibir armamento y mantener su neutralidad contra Al Assad. Es un hecho que contingentes militares de Estados Unidos y Rusia han tomado posición y participan en zonas del norte de Siria controladas por las fuerzas kurdas. Concretamente preparando dos aeropuertos de uso militar tanto para rusos como estadounidenses con el argumento de la campaña militar contra el ISIS. “Los Estados Unidos están preparando este aeródromo para su utilización en la lucha contra el ISIS” aseguró el vice ministro de exteriores del cantón kurdo de Kobane, Idris Nasan (El País, enero 2016).

Rusia y su ministro Sergei Lavrov también los han dicho claramente, llegando a proponer que en la reunión de Ginebra participe una representación del PYD, el partido que tiene la milicia que orienta el PKK. “Rusia aprecia el papel de los kurdos de Siria e Irak en la lucha contra el terrorismo y los tiene en cuenta en sus envíos de armas”. También lo dice con claridad Yatar Pollat, una dirigente y fundadora del PKK: “Hemos colaborado puntualmente con el Ejército Sirio Libre contra el Estado Islámico. Pero este acuerdo no se ha generalizado” (Lucha Internacionalista N° 141, enero 2016). O sea dicen claramente que sólo han hecho unidad de acción contra el ISIS, no contra Al Assad. Como corriente internacional criticamos esta política totalmente equivocada de la dirección del movimiento kurdo sirio, que es la dirección reformista del PKK. Nosotros, tanto para enfrentar al ISIS como a Bashar al-Assad, estamos a favor de que tanto la milicia siria rebelde como la milicia kurda siria reciban armamento y municiones de un estado burgués, sea Estados Unidos, Francia o Arabia Saudita, pero sin comprometerse ni aliarse políticamente con esas direcciones burguesas.

Entonces es inaceptable que la dirección de la milicia kurda reconozca abiertamente un acuerdo con Rusia, que es el jefe de Bashar Al Assad, el responsable de los bombardeos genocidas, quienes con el argumento del ISIS están bombardeando a la milicia rebelde, incluido al Ejercito Libre Sirio. Esta política de pactar con quien sea, en aras de un posible reparto de tierras, es una acción muy equivocada.

Sin apoyar la revolución siria de conjunto, la dirección de PYD cava su propia fosa, puesto que si el régimen se recompone volverá la represión contra el pueblo kurdo. La dirección del PYD argumenta que la dirección de la revolución siria tampoco reconoce explícitamente el pueblo kurdo, cosa que también hemos criticado. Pero esa postura divide la revolución, y no puede ser excusa para cerrar los ojos y no denunciar la masacre del régimen de Bashar y Rusia.

Debemos plantear, como lo hemos hecho en muchas oportunidades, que el pueblo kurdo y sirio le exijan a su dirección un cambio de postura en Siria. O sea, que se una a los rebeldes del Ejército Libre Sirio y a otras fuerzas que pelean por derrotar a Bashar Al Assad, y por derrotar a Hezbolá y al aparato militar ruso. Y que unidos enfrenten al ISIS pero también a Al Assad y que rechacen los bombardeos rusos e imperialistas. En el marco que desde la UIT-CI seguimos reivindicando el derecho de los kurdos en Siria a tener su propia autodeterminación, a tener su propio territorio, a usar su lengua, etcétera. Ese debe ser parte del programa para derrotar a Bashar Al Assad. Y que eso se le debe reclamar también a la izquierda siria y a la milicia siria, que se unan también aceptando un futuro reconocimiento a su autodeterminación.

El pueblo kurdo y el PKK

El pueblo kurdo es una colonia interestatal, que sufrió históricamente su injusta división en manos de distintos imperios. Es un pueblo que ha sufrido genocidios y masacres, pero que nunca dejó de luchar por su identidad e independencia.
El pueblo kurdo es considerado el mayor pueblo sin estado del mundo, ya que suman más de 30 millones repartidos en cuatro países. En Turquía hay 15 millones de kurdos, que representan el 20% de la población de ese país En Irak hay 6 millones, en Irán unos 7 millones y en Siria 2 millones.
En Turquía la lucha del pueblo kurdo adquirió formas de lucha armada desde que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán PKK (que se fundó en 1978) se lanzó a combatir en 1984. Desde entonces hay una guerra entre el estado turco y el PKK que ya lleva más de 40 mil muertos, la cuarta parte kurdos.
El PKK es una organización de masas, de origen marxista. En sus orígenes tenía un programa revolucionario nacionalista pero ahora defiende políticas reformistas y de conciliación. La dirección del PKK fue abandonando su consigna por la autodeterminación nacional por la de “Autonomía democrática” en los actuales estados. No compartimos esta postura ya que reconoce los estados capitalistas no kurdos donde viven y dejan de lado la lucha histórica por un estado propio.
Entre los kurdos existen otras direcciones políticas, que reflejan sectores burgueses kurdos. Entre ellas está Masud Barzani, líder del Partido Democrático del Kurdistán (PDK) y presidente del Kurdistán iraquí (capital Erbil) e integra el gobierno de Irak. Fuerte aliado de los EE.UU, apoyó la invasión del 2003, y del gobierno turco al que le vende petróleo. Su fuerza militar son los Pershmergas que enfrentan al ISIS en Irak.
El líder del PKK. Abdullah Öcalan, está preso en Turquía desde 1999. El gobierno turco ha roto las negociaciones de paz iniciadas en el 2012 con el PKK y ha lanzado una dura represión militar sobre el pueblo kurdo.
Llamamos a los pueblos del mundo a exigir al gobierno turco la inmediata libertad de Ocalan, de los miles de presos políticos kurdos, a cesar toda acción militar sobre sus territorios y a apoyar la lucha del pueblo kurdo por su derecho a la autodeterminación nacional.

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