El peligro de ser periodista
Periodista, dice el Diccionario de la Lengua Española (DRAE), es la persona que compone, escribe o edita un periódico. Profesionalmente, es la persona que prepara o presenta las noticias en un periódico o en otro medio de difusión.
El pasado 27 de Junio conmemoramos el día nacional del periodista, instituido en 1965 por el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) como homenaje a la fecha de inicio, en el año 1818, del Correo del Orinoco, impulsado por el Libertador Simón Bolívar para quien “la imprenta es tan útil como los pertrechos en la guerra y ella es la artillería del pensamiento”.
Periodista, dice el Diccionario de la Lengua Española (DRAE), es la persona que compone, escribe o edita un periódico. Profesionalmente, es la persona que prepara o presenta las noticias en un periódico o en otro medio de difusión.
El pasado 27 de Junio conmemoramos el día nacional del periodista, instituido en 1965 por el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) como homenaje a la fecha de inicio, en el año 1818, del Correo del Orinoco, impulsado por el Libertador Simón Bolívar para quien “la imprenta es tan útil como los pertrechos en la guerra y ella es la artillería del pensamiento”.
En mi profana opinión de ciudadano, el periodismo es el resultado de un triángulo de libertades: la libertad de pensar, la libertad de expresar el pensamiento y la libertad de informar lo que las autoridades y el ciudadano piensan, dicen y hacen. El periodista es, por encima de todo, un trabajador y un ser humano que con su inteligencia y sensibilidad se encarga de dilatar nuestras pupilas para presentarnos la realidad. Y no es fácil ejercer este difícil oficio. Su ejercicio honesto y veraz comporta severos riesgos para la vida, la seguridad y libertad personal.
Editores, periodistas profesionales, reporteros gráficos y cibernautas han sido y son víctimas de diversas agresiones.
Según el Barómetro 2010 de Reporteros sin Fronteras (RSF) tenemos en el año: 15 periodistas y 1 colaborador muertos; 170 periodistas y 11 colaboradores encarcelados; y como dato impactante, 114 ciberdisidentes encarcelados.
Como un homenaje al valor del periodista y a la memoria histórica, recordaremos por razones de espacio sólo a dos de estos seres humanos, víctimas en diferentes tiempos, de la intolerancia y la violencia.
Fabricio Ojeda, natural de Boconó (Trujillo), reportero de El Nacional, Presidente de la Junta Patriótica que dirigió el derrocamiento de la dictadura de Pérez Jiménez, diputado al Congreso de la República (1958-1962) al cual renunció para incorporarse al FLN-FALN (guerrillas dirigidas por Douglas Bravo), fundador del Partido de la Revolución Venezolana (PRV), detenido y asesinado el 21 de Junio de 1966 en una celda del Servicio de Información de las Fuerzas Armadas (SIFA) quienes dieron la versión de que se había suicidado con una sábana.
Jorge Ibrahín Tortoza Cruz, fotógrafo del diario 2001, asesinado en los sucesos de abril del 2002, a las 5:00 pm, en la Esquina La Gorda de la Avenida Baralt en Caracas. Según el Sindicato de Trabajadores de la Prensa (SNTP), su muerte –una más del saldo de la violencia política- ha quedado suspendida en la conciencia nacional sin consecuencias judiciales. Lo mismo podría decirse del asesinato de Fabricio Ojeda.
Dedico esta Nota, especialmente, a los editores, periodistas, reporteros y personal que labora en el diario La Costa como un reconocimiento a su trabajo.