El pueblo saharahui vencerá
(Palabras pronunciadas por Dip. Gustavo Hernández Salazar, con ocasión de la Sesión plenaria especial del Grupo Parlamentario Venezolano en el Parlatino convocada para celebrar el XXXIII aniversario de la Proclamación de la República Saharaui)
El 27 de febrero de 1976, en la población de Bir-Lhelu, que aún hoy sigue estando bajo la administración del Frente Polisario, legítimo representante del pueblo saharaui, se proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (R.A.S.D.)
(Palabras pronunciadas por Dip. Gustavo Hernández Salazar, con ocasión de la Sesión plenaria especial del Grupo Parlamentario Venezolano en el Parlatino convocada para celebrar el XXXIII aniversario de la Proclamación de la República Saharaui)
El 27 de febrero de 1976, en la población de Bir-Lhelu, que aún hoy sigue estando bajo la administración del Frente Polisario, legítimo representante del pueblo saharaui, se proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (R.A.S.D.)
Han pasado 33 largos años desde aquél histórico acontecimiento en los que se ha puesto a prueba la voluntad, la determinación, la valentía y hasta el heroísmo de una nación entera. En efecto, por más de tres décadas, los saharauis han sido sometidos a todo tipo de agresiones; primero por parte de Marruecos, Mauritania y la propia España quien después de casi 100 años de ocupación colonial, ni siquiera tuvo la gallardía de descolonizar, conforme a las leyes internacionales, el territorio del Sáhara Occidental, abandonándolo como una ingrata madre a su suerte.
En octubre de 1975, la Corte Internacional de La Haya, activada por el Reino de Marruecos para pronunciarse sobre el tema, dictaminó que “no se establece vínculo alguno de soberanía entre el Sáhara Occidental y Marruecos”. Un tiempo después, la Asamblea General de las Naciones Unidas, señaló claramente en la resolución 34/37, del 21 de noviembre de 1979, a Marruecos como ocupante ilegal del Sáhara Occidental y le pidió “poner término a su ocupación ilegal”.
Nadie de buena fe, pues, puede tener dudas hoy del derecho que tiene el pueblo saharaui a ejercer plenamente su soberanía a través de un referendo; a eso se ha comprometido en varias oportunidades la comunidad internacional y hasta el propio Reino de Marruecos. El último de esos compromisos fue en 1997, con el llamado Acuerdo de Houston, en el que expresamente Rabat se compromete a realizar un referendo en el que los propios ciudadanos saharauis puedan decidir libremente su destino. Estos compromisos, sin rubor alguno, han sido irrespetados por los marroquíes, apoyándose exclusivamente en la fuerza, sin embargo, los saharauis no se han dado por vencidos; los pueblos que luchan por la libertad nunca se dan por vencidos, pese a que el combate por la independencia ha sido completamente desigual, dado que la lucha no es sólo contra Marruecos -lo que ya de por sí no es poca cosa- estamos hablando de un país de una población de más de 34 millones de habitantes y con un territorio que supera los 459.000 Km2, los saharauis, con suerte, superan las 700 mil almas y más del 60 por cuento de sus 276 mil km2, está ocupado por un ejército invasor, especialmente sus zonas más desarrolladas; sino que además, la élite guerrerista marroquí ha sido abiertamente apoyada por las poderosas casas reales reinantes en varios de los más importantes países del mundo Árabe, que le temen al “mal ejemplo” que significan las instituciones democráticas de la R.A.S.D., su sistema republicano, sus libertades públicas, su respeto a la mujer; Marruecos ha sido apoyado también por potencias como EE.UU. y Francia, éste último con una participación activa y directa en la guerra de ocupación desatada por los marroquíes; y, especialmente, la monarquía Alaui se ha apoyado en el silencio cómplice del Reino de España, primero la franquista y luego la que se supone democrática.
El pueblo saharaui, en todos estos años ha sido despojado de sus recursos naturales, que van desde la minería, es conocida la súper explotación a las que son sometidas las minas de fosfato de Bu Cra, las más grandes a cielo abierto en el mundo, hasta el saqueo de sus bancos de pesca. Recientemente la Unión Europea, firmó con el Reino de Marruecos un acuerdo que le permite a los barcos de Europa capturar, en aguas saharauis, decenas de miles de toneladas de pescado. En la firma de esta expoliación sólo Suecia votó en contra.
Los saharauis han sido divididos por un muro de más de 2.700 km, bombardeados con fósforo blanco y NAPALM, 250 mil de ellos condenados a vivir en el exilio por más de tres décadas en la Hamada de Tinduf (Argelia), uno de los sitios más inhóspitos del mundo, en el que de día puede haber una temperatura de hasta 50 grados centígrados y de noche un frío congelante.
Consideración aparte merece el tema de los Derechos Humanos. Más de quinientos saharauis ha desaparecido a lo largo de estos años. Decenas de miles han sido abaleados, apaleados, encarcelados y vejados en su propia tierra. Muchos de ellos han sido confinados en barrios o guetos en las zonas ocupadas u obligados a abandonar su territorio. Todo esto ocurre frente a la civilizada Europa que se hace la distraída ante la tragedia del pueblo saharaui. Evidentemente, el viejo continente, mide el tema de los derechos humanos como un doble rasero: por un lado condena las supuestas o reales violaciones de DD.HH. en países de América Latina y otras partes del mundo y por otro lado consiente y hasta estimula las terribles violaciones de los derechos fundamentales por parte del Ejército y la sanguinaria policía marroquí. La respuesta saharaui ha sido la intifada en los territorios ocupados, silenciada por los grandes medios de comunicación pero viva, indoblegable. No obstante, durante estos 33 años, a pesar de todas estas circunstancias adversas, los saharauis, el Frente Polisario y su gobierno, han avanzado firmemente hacia la independencia. Hoy hay más de 80 países que reconocen a la R.A.S.D. como una nación independiente, entre ellos la República Bolivariana de Venezuela desde 1982 y muchos de Latinoamérica y El Caribe. Hay que acotar que ésta nación hermana es miembro fundadora de la Unión Africana, donde no está, por cierto, Marruecos.
En materia de sanidad, de educación, sistema judicial, los saharauis tienen mejores servicios que en los tiempos de la colonia española. Hay que recordar que en casi 100 años de colonialismo, España sólo formó un médico y dos técnicos medios sanitarios saharauis. En la actualidad, hay centenares de médicos en los campamentos y en los territorios liberados, formados en universidades de primer nivel, en Cuba y otros países; de manera que la República Saharaui es hoy una realidad innegable.
En el área de la defensa, cuentan “los hijos de las nubes”, como también se les conoce, con el Ejército Popular Saharaui, una eficaz fuerza armada, pionera de la guerra asimétrica en el desierto, resuelta a defender a su patria en cualquier circunstancia.
En lo que respecta al tema saharaui, todos los venezolanos estamos de acuerdo, salvo por algunas vergonzosas excepciones de compatriotas alineados, por razones subalternas, con Marruecos e Israel, países que en materia de política internacional, actúan de acuerdo.
Nosotros estamos con los saharauis, porque su causa es la causa de la justicia y siempre hemos querido estar del lado de los justos, pero además lo estamos porque los saharauis son nuestros hermanos y, como lo ha dicho en este mismo recinto, el ahora Ministro Saharaui para América Latina, Hash Ahmed “la R.A.S.D. aspira ser parte de la comunidad iberoamericana para que América latina pueda encontrar en la otra orilla una nación árabe y africana (…) Queremos ser la parte latinoamericana en la orilla oriental del Atlántico y ser la parte africana y árabe en el hemisferio occidental”. Y sobre todo estamos, porque es absolutamente necesario que la humanidad cierre definitivamente la terrible etapa del colonialismo. Estamos con los saharauis, como lo estamos con los hermanos de Guadalupe, con los de Martinica, con los argentinos en su reivindicación con las Malvinas, con los cubanos, por Guantánamo y los portorriqueños por Puerto Rico y con todos los demás hombres, mujeres, jóvenes, adolescentes y niños que aún siguen bajo la bota colonial. En fin, estamos con todos lo que luchan por tener patria.
El presidente Chávez ha dicho con meridiana claridad que “Venezuela alzará su voz al mundo para apoyar la causa saharaui (…) queremos paz para el mundo-ha dicho el presidente- pero la paz tiene que estar amparada por la justicia, no una paz secuestrada por unas minas antipersonales y por tropas de ocupación”. El presidente habló por todos los venezolanos, aún por la gran mayoría de los que militan en la oposición. Recientemente el presidente saharaui y Secretario General del Frente Polisario, Mohamed Abdelazis, ha dicho en una entrevista que “los saharauis son un solo cuerpo, una sola alma, un solo corazón, sean de los territorios ocupados, sean de los campamentos de refugiados, no obstante este cuerpo actúa según las necesidades del momento: hoy emplea la mano derecha, mañana la izquierda y pasado las dos”, pues bien, los venezolanos, como orgullosos herederos que somos de los próceres de la independencia suramericana, queremos ser parte de ese cuerpo, de esa alma, de ese corazón. Este acto de hoy es una pequeña demostración de nuestra disposición definitiva de apoyar al valiente pueblo de Mohamed Abdelazis, presidente de la RASD y Secretario General del Frente POLISARIO, herido varias veces en combate, y de El Ualí Mustafa Sayed, primer secretario general del POLISARIO, quien murió en en el campo de batalla, cerca de la ciudad de Nouakchott, capital de la Mauritania invasora. Señor Embajador, puede contar con nosotros. El pueblo saharaui vencerá, seguro que vencerá. No tengo la menor duda.