Elecciones en Bolivia: ¿Adonde va el MAS de Evo?
Todas las encuestas y análisis prevén un cómodo triunfo de Evo Morales en la primera vuelta electoral.
Todas las encuestas y análisis prevén un cómodo triunfo de Evo Morales en la primera vuelta electoral. La mayoría popular sigue creyendo en que Evo, en su segundo mandato, realizará un cambio de fondo que termine con la marginación y miseria. Sin embargo, el MAS pactó con la oligarquía y gira a la derecha.
Además del apoyo electoral de obreros, campesinos y sectores pobres urbanos, en las últimas semanas hubo insólitas adhesiones al MAS: empresarios, algunos agroindustriales de Santa Cruz, y hasta los matones fascistas de la Unión Juvenil Cruceñista, que apaleaban campesinos hace un año.
Evo Morales llegó al gobierno después de un proceso revolucionario que barrió a dos gobiernos neoliberales, Sánchez de Lozada y su sucesor Carlos Mesa y a los viejos partidos de derecha. El MAS ganó prometiendo nacionalización e industrialización de los hidrocarburos y reforma agraria a través de una Asamblea Constituyente (el 80% de la tierra está en manos de 1000 familias terratenientes).
Promesas incumplidas
La “nacionalización” decretada en el 2006, fue un aumento de impuestos y compra de acciones por parte del estado, pero el negocio siguió controlado por las transnacionales como Petrobrás, Repsol y otras. Hubo un aumentó de ingresos estatales y esto permitió al gobierno algunas concesiones menores al pueblo como pequeños bonos a mayores de 60 años, a niños en edad escolar y a mujeres embarazadas.
La reforma agraria que aprobó la Constituyente en Oruro en el 2007, con mayoría del MAS, limitaba a 5.000 hectáreas el máximo de tierra en manos de cada latifundio. Contra la aplicación de esa Constitución la derecha llegó a intentar un golpe de estado o la división de Bolivia en septiembre del 2008, asesinando a 18 campesinos en Pando. La respuesta popular fue una inmensa movilización y el cerco de decenas de miles de campesinos y pobladores del plan 3000 de Santa Cruz a los fascistas cruceños. Pero Evo llamó a frenar la movilización, presionado por Unasur (Unión Naciones Sudamericanas) y especialmente Brasil, que tiene fuertes intereses económicos en Santa Cruz, y firmó un pacto con la derecha que cambió en 144 artículos la Constitución y aseguró la tierra para los latifundistas.
A partir del pacto la derecha abandonó los intentos golpistas o divisionistas. El MAS, que desde un comienzo se propuso gobernar en acuerdo con sectores de la oligarquía y de las transnacionales, logra su objetivo. También volvieron los acuerdos con la banca imperialista (Banco Mundial) con el que están gestionando un enorme crédito de 10.000 millones de dólares.
Al mismo tiempo corrompió a dirigentes de la COB y CSUTCB (central campesina), que hoy defienden al gobierno incondicionalmente sin plantear ninguno de los reclamos de sus bases.
Panorama electoral
La derecha tradicional no se recuperó. El más importante partido histórico, el MNR no se presenta como tal. La principal fórmula electoral de derecha es la de Manfred Reyes Villa y Leopoldo Fernández, ambos comprometidos en masacres a campesinos y Fernández preso por los asesinatos en Pando.
En la izquierda opositora no se logró un frente para presentarse a elecciones.
En esta situación, el MAS es imbatible y las encuestas le dan entre el 55 y el 60%.
Pero hay descontento en sectores populares por la falta de solución de los problemas sociales básicos.
Una expresión de este descontento fue el paro que organizó la Fejuve (Federación de Juntas Vecinales) de El Alto, protestando contra bajas del aporte nacional al presupuesto municipal. Grupos organizados por concejales del MAS tomaron violentamente el local de la Fejuve.
En la Universidad Pública de El Alto (UPEA) que tiene voto universal (mayoría estudiantil), el MAS perdió las elecciones para rector a manos de un candidato indigenista opositor, y la izquierda independiente logró el 30% de los votos.
Varias pequeñas organizaciones de izquierda, los compañeros de la Unidad Internacional de Trabajadores (UIT-CI) en Bolivia, entre ellos Carlos Rojas, ex dirigente de la Fejuve, así como otros dirigentes sociales, especialmente de El Alto, convocaron a “voto nulo o abstención”. El dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB), Felipe Machaca, explicó que “Morales no es revolucionario ni de izquierda, porque… no ha realizado una verdadera nacionalización de los hidrocarburos, ha constitucionalizado el latifundio y esta rodeado de ministros de la derecha”.
Más allá del resultado electoral, los problemas populares básicos quedarán irresueltos. El giro a la derecha del MAS en su acuerdo con la oligarquía y el imperialismo, se traducirá en una política antipopular que defraudará las expectativas que hoy existen. Esto, muy probablemente, hará que el MAS choque con gran parte de sus propios votantes y que resurja la lucha por empleos, salarios, estabilidad laboral, jubilación, por defender los recursos naturales, recuperar la tierra para el campesino, expropiar y expulsar a las transnacionales. Y, para esta lucha, son necesarias nuevas direcciones sindicales y políticas revolucionarias.
*Izquierda Socialista (Argentina)mlamas@izquierdasocialista.org.ar