Encuentro Nacional Revolucionario de Derechos Humanos
Barquisimeto, Mayo 2009.
Barquisimeto, Mayo 2009. Nosotros, obreros, trabajadores, cooperativistas, campesinos, estudiantes, familiares de luchadores caídos……, todos comprometidos con la lucha popular y revolucionaria, organizados en una vasta diversidad de organizaciones populares; atados entre nosotros a un único sueño: la liberación de los pueblos del mundo y de nuestramérica de las cadenas de opresión que hoy impone el capitalismo militarizado y despótico en todos los rincones del mundo, nos hemos reunido estos tres días para discutir un punto sangriento y totalmente invisibilizado por todos los poderes privados y públicos en los últimos años: la matanza inaudita de luchadores populares de base a quienes ni siquiera se les ha dado las gracias por todo el corazón, las ganas, la inteligencia, que han puesto en función de garantizar el proceso revolucionario en curso.
Ya son centenares de hermanos de lucha, que por ahora no queremos ponerle cifras definitivas porque nadie las conoce, que han sido asesinados impunemente por agentes públicos y un sicariato paramilitarizado que a su vez ha ido penetrando estructuras del estado tan importantes como son las distintas estructuras policiales, Fuerza Armada, tribunales, poder ejecutivo regional y nacional, ligadas directamente a los intereses propietarios en distintas regiones del país que han decidido responder a los actos revolucionarios con la esperada violencia fascista propia de su clase.
Este encuentro por tanto es la primera congregación de luchadores que hacemos en función de tomar conciencia de la situación en que estamos metidos y romper con la hipnosis mediática, entendiendo que estamos a punto de una guerra declarada por parte de un fascismo diluido en todas las instancias de la sociedad y el estado y que responde a los intereses de las clases dominante que aun mantienen el dominio sobre las estructuras que organizan la sociedad y estado.
Y en un segundo lugar nos hemos reunido para librar un profundo debate que nos permita visualizar caminos en esta guerra declarada. Estamos orgullosos de que la capacidad de convocatoria de las corrientes populares no se ha perdido en absoluto. Ciertamente, aquí reunidos, ha sido un momento para declarar que ya basta de estar delegando poderes y responsabilidades a instancias que jamás asumirán la lucha por la emancipación de los pueblos. Se trata del protagonismo que hemos debido haber asumido desde hace mucho tiempo y con una radicalidad cada vez más profunda, aceptando que solo así se entendería que estamos dentro de un proceso revolucionario. Pero no, ha sido esa actitud delegativa la que ha imperado, la cual ha debilitado nuestra capacidad para enfrentar nuestros enemigos históricos. De allí entonces que no nos falta responsabilidad, y eso también lo admitimos, por la dolorosa pérdida de la vida de estos valerosos compañeros. La pasividad, la disolución de nuestra autonomía, el discurso formalizado en códigos revolucionarios y abstractos que nunca terminan de hacerse efectivos, la esclavitud voluntaria que hemos vivido al interno de organizaciones totalmente oportunistas y corruptas, manejadas por una pequeña burguesía que ni siquiera se ha rozado alguna vez con las luchas históricas del pueblo venezolano, nos ha llevado a esta situación de impotencia frente a la acción asesina de nuestros enemigos.
Este evento por tanto, si para algo ha de servir es para sacudirnos de este anquilosamiento e ir de nuevo a la lucha que nadie va a hacer por nosotros. En segundo lugar, el evento también ha servido para develar algo muy importante. Los derechos humanos no nos interesan en su versión ideológica imperial, aquí no venimos a repetir principios sobre la libertad, el derechos a la vida, los derechos sociales, para recordarlos, cual pendejo que ha de creer que aquellos son principios invulnerables de la civilización moderna y capitalista en que vivimos y por tanto nuestro único papel será el de denunciar cualquier anomalía que pueda haber en cuanto a su vigencia práctica, pidiéndole a las instituciones que por favor resuelvan estos problemas molestosos. Por el contrario los derechos de los cuales estamos hablando, son los derechos por los cuales estamos luchando, empezando por exigir el fin de la descarada impunidad y permanente violación de derechos en todo el país.
Son precisamente los derechos por los cuales nos hemos paseado estos tres días entre ellos: el derecho a la vida y a vivir, los derechos laborales con énfasis en la contratación colectiva, los derechos a la salud, a la educación, a la recreación a la participación, a un ambiente sano, los derechos de la mujer y la calidad de vida en general, derechos a estar informados y comunicados desde la verdad, el derecho a legislar, el derecho a la movilización y la protesta, el derecho a la tierra y la agro-ecología, etc.
Pero más allá de ello este debate nos ha servido para ver en claro el deber que tenemos de empezar a crear un verdadero sistema de justicia que esté en manos del pueblo emancipado. Los derechos por cuales peleamos, si somos nosotros los que luchamos por ellos, si ellos son principios fundamentales para el crecimiento material y espiritual de la vida de nuestros pueblos, serán derechos por los cuales somos nosotros mismos quienes tengamos el deber de defenderlos y sepamos cómo hacerlo.
Esto nos ha obligado a ahondar en una difícil y fascinante discusión que tiene que ver realmente con el proceso revolucionario mismo, con el papel político y constituyente que ha de jugar el movimiento popular. En otras palabras, estamos hablando de la constitución de un nuevo sistema de justicia y una nueva identificación de derechos del pueblo que no la vamos a encontrar en ninguna de las cartas magnas de los derechos humanos, ni siquiera en nuestra actual constitución nacional. Se trata de fraguar en estos momentos un amplio tejido orgánico que nos ayude a integrar las luchas populares y unificarnos por un camino muy claro que responda a los siguientes principios: en primer lugar, nadie predefine nuestros derechos, somos nosotros mismo quienes debemos definirlos y somos nosotros mismos los que hemos de luchar por ellos. Segundo, un derecho que se viole, ya sea el derecho primerísimo a vivir, los derechos de los trabajadores, derechos de nuestras comunidades, de nuestras mujeres, los derechos de rebelión, se han violando entonces todos los derechos y por lo tanto debemos defender por igual y en bloque cada unos de ellos.
Nuestra justicia por supuesto promoverá leyes, negará otras, de manera de tener allí un punto de apoyo para resistir la impunidad viciosa del estado capitalista. Pero ante todo ese tejido orgánico del cual hablamos tendrá que saber de la misma manera que lo han hecho ejemplares comunidades indígenas y populares en todo el continente, a crear un sistema de justicia propio. Justicia que, como decíamos, no tomará como fundamento ningún acto legislativo previo hecho por el poder constituido, que determine qué es justicia y qué no es justicia. Será la carta de lucha de definición concreta de derechos de cada una de las comunidades populares, de trabajadores, de cooperativistas, de campesinos, de indígenas, de movimientos sociales, del país; de ellas en conjunto, a través de las comunas, consejos de trabajadores, o cualquier otra instancia de autogobierno popular lo que defina los linderos de un nuevo concepto de justicia y a partir de allí las instancias a crear por nosotros que será lo que organice el nuevo orden de justicia.
Y finalmente, más allá de cualquier meta soñada, estamos aquí para reafirmar algo que no abandonaremos jamás, y es el derecho a vivir de cualquier ciudadano, y el derecho y el deber de vivir de todos y todas las luchadoras del pueblo. Por lo tanto es tarea nuestra, en lo inmediato, discutir a fondo como vamos a enfrentar estos enemigos que quieren acabar con nuestras vidas. No queremos amenazar a nadie ni estar descargando nuestra rabia con desafueros violentistas. Nuestras respuestas serán las respuestas del amor duro de la acción, el pensamiento y la ética revolucionaria…pero sabemos y así declaramos que vamos responderle a la maldición fascista en cualquier terreno que toque hacerlo…claro que sí:
¡SOMOS LA VIDA Y LA ALEGRÍA EN TREMENDA LUCHA CONTRA LA TRISTEZA Y LA MUERTE!….
¡NI UN LUCHADOR MÁS DEL MOVIMIENTO POPULAR ASESINADO!
¡QUE VIVAN LOS DERECHOS DEL PUEBLO!
¡SIN JUSTICIA NO HAY REVOLUCIÓN!
Barquisimeto; estado Lara 01-02-03 de mayo de 2009.
Los abajo firmantes:
ESTADOS Y COLECTIVOS FIRMANTES DE LA DECLARACIÓN EN BARQUISIMETO 03-05-09
APURE:
Casa Socialista Salvador Allende
FUNDADESCO
CARABOBO:
Cayapa
CARACAS:
Escuela Bolivariana del Poder Popular
Libercoop
Corredor Noroeste
ESPARSA
Surco-DP
FRIO
UCV
Frente Manuel Rodríguez Aponte
Escuela de Formación Guaraira Repano Siglo XXI
Teatro Calle Roja
Avila TV
Misión Boves
FALCÓN:
CNA Comisión Nacional de Artesania
LARA:
Moral y Luces
Frente Argimiro Gabaldón
Octubre 17
UBV
Circulo Femenino Popular
Comité de Victimas
C.C. Cuji
UPEL – IPB
Misión Sucre
La Revolución
Colectivo Herencia Verde
MINPPTRAS
ETMA
Misión Cultura
Frente Sindical Seniat
Batallón José Ángel Álamo
Brigadas Antiimperialistas Venezuela
T. Comunitario San José
Funsocadicela
Grupo Cultural amigos de Alí Primera
Consejo Comunal Barrio San Francisco
Círculos Bolivarianos
Movimiento Popular San Francisco
Comité de Madres Luz del Campo
Frente de … ALENTUR
C. C. Camino a la esperanza
FURS
Crepuscular 99.5
C.C. San Lorenzo viejo II
UNEFA – Meru
UNEXPO
IUETAEB
Tupamaro
C. C. 1 C-Anros Lara
EPA
Misión Sucre
C.C. Cruz …
Escuela de Educación Popular “Eleida de Nuñez”
Surg-DP
Misión Cultura
MERIDA:
Proyecto Nuestra América
PORTUGUESA:
Movimiento Popular Revolucionario
El justiciero
SUCRE:
Movimiento Dignidad
TRUJILLO:
Fiscalía ministerio público
URTR
Tercer Camino
YARACUY:
Movimiento Campesino Jirajara
Colectivo Mario Petit
ZULIA:
Núcleo del Poder Popular
M.C.R
Comité de Salud
Fundación Misión Ribas
Batallón Omar Roballos
Misión Barrio Adentro
Emisora comunitaria Acción 100.1 F.M.
Núcleo del Poder Popular
Consejo Comunal
COLOMBIA:
Comité de Solidaridad con Presos Políticos FCSPP
BOLIVIA:
Central Obrera Boliviana