Es necesario confrontar la bipolaridad política en Venezuela construyendo una alternativa independiente de izquierda

Ante la premisa de la rebelión popular inducida desde antes de 1989, cuando se desata el Caracazo en la entidad federal venezolana; los factores de poder de las grandes potencias mundiales observan con preocupación la necesidad de fabricar una figura mediática que dé respuestas a los intereses populares sin menoscabar sus intereses políticos y económicos como el Plan Colombia y el TLC. Visionando de antemano el cúmulo de riquezas en materia prima y mano de obra de nuestros países latinoamericanos y el peligro de una bomba de tiempo que es la juventud latinoamericana profetizada por Josué de Castro, Premio Internacional de la Paz; citado por Eduardo Galeano en Las venas abiertas de América Latina.

Ante la premisa de la rebelión popular inducida desde antes de 1989, cuando se desata el Caracazo en la entidad federal venezolana; los factores de poder de las grandes potencias mundiales observan con preocupación la necesidad de fabricar una figura mediática que dé respuestas a los intereses populares sin menoscabar sus intereses políticos y económicos como el Plan Colombia y el TLC. Visionando de antemano el cúmulo de riquezas en materia prima y mano de obra de nuestros países latinoamericanos y el peligro de una bomba de tiempo que es la juventud latinoamericana profetizada por Josué de Castro, Premio Internacional de la Paz; citado por Eduardo Galeano en Las venas abiertas de América Latina.

Ahora bien, como se ha venido suscitando en los últimos cincuenta años en Venezuela, se viene bipolarizando el sufragio del pueblo, esto respondiendo a los factores de poder anteriormente mencionados, bajo una de las herramientas fundamentales, para no determinarla como la única, la censura mediática que no permite la vinculación de ninguna otra iniciativa, por lo que no hay información política veraz. Como en la llamada cuarta república, hoy se vuelve a repetir el esquema bipartidista como alternativa de elección popular y, el juego consiste en que cada uno se tira fuertemente para aparentar ante la población la rivalidad política, así ocurría con el bipartidismo adeco-copeyano. Actualmente, con la moda chavista y su caricaturización de los símbolos revolucionarios y socialistas, el gobierno se disfraza con los lemas revolucionarios y la figura del Che, usa las canciones de Alí Primera, para aparentar una “revolución socialista”, pero la realidad es que los burócratas son meramente procapitalistas y favorecen a una evidente minoría.

El pueblo es manipulado ahora en el nombre del socialismo y el progreso con peripecias vulgarmente populistas y clientelares. Nos encontramos entonces ante la bipolarización de la derecha, que responde a las grandes potencias, por una parte; y por otra el oficialismo de derecha enquistado con características muy particulares como los discursos socialistas bajo la mirada capitalista militarizada, lo que nos conlleva a la modernización del caudillismo bajo la guerra de ideas, con un discurso que no se aplica en la práctica y da preeminencia al Estado burgués. En los sectores de ultraderecha de la oposición prevalece la mentira, la imposición de criterios, la conducta fascista con resultados de la total deshumanización, hoy con máscara humana. He ahí la bestia, profecía de los escritos sagrados.

Por tal razón, es imperativo subrayar una tercera candidatura presidencial que no ha sido vociferada por los medios de desinformación como Globovisión, Venezolana de Televisión, Venevisión, TVes, entre otros. Se trata de la propuesta del Socialismo Revolucionario del proletariado con Orlando Chirino, el Partido Socialismo y Libertad (PSL), que plantea la defensa del verdadero socialismo, sin transnacionales ni burócratas, reivindicando la Industria Petrolera 100% estatal y nacional sin empresas mixtas ni transnacionales, para que cese el saqueo y la industria esté verdaderamente al servicio de la deuda social, en alimentación, salud, educación y vivienda.

Además, es una alternativa de la mano con los Consejos Comunales, los Sindicatos, las diversas organizaciones estudiantiles y populares, pues éstas deben gozar de plena autonomía para luchar por sus derechos y construir el verdadero Poder Popular sin tutela del Estado y de los empresarios, velar por una distribución equitativa de la riqueza y un manejo limpio del erario público.

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