Espectacular ataque cibernético en represalia por criminalización de Wikileaks
Miles de activistas utilizaron el internet para contraatacar y poner a la defensiva a las instituciones y empresas que cooperaron con el gobierno de EEUU para bloquear económicamente y criminalizar a Wikileaks, organización responsable de la difusión de centenares de miles de documentos oficiales sobre crímenes de guerra del ejército yanqui en Irak y Afganistán, así como documentos del servicio diplomático de los EEUU.
Miles de activistas utilizaron el internet para contraatacar y poner a la defensiva a las instituciones y empresas que cooperaron con el gobierno de EEUU para bloquear económicamente y criminalizar a Wikileaks, organización responsable de la difusión de centenares de miles de documentos oficiales sobre crímenes de guerra del ejército yanqui en Irak y Afganistán, así como documentos del servicio diplomático de los EEUU.
En una sola semana, bancos, servicios de transferencia de dinero por internet, el sistema judicial sueco, y la policía británica, combinaron esfuerzos para aislar económicamente a Wikileaks y capturar a su director, el australiano Julian Assange. Se teme que Assange pueda ser extraditado a los EEUU, donde numerosos miembros del gobierno han pedido su ejecución.
Los sitios en internet de MasterCard y la oficina del fiscal de Suecia fueron atacados por los activistas.
«Nos complace decirles que http://www.mastercard.com/ está caída y está confirmado!», dijo un mensaje en el hilo de Twitter de un grupo autodenominado Anonymous. El grupo lucha contra la censura y tiene una página web titulada «Operation:Payback» (Operación: Venganza) en http://anonops.net/anonops/Main_Page
Mastercard negó que su página hubiera quedado fuera de servicio debido a los ataques cibernéticos, pero periodistas verificaron que resultaba imposible acceder a la página, debido al poderoso ataque de los hackers.
El servicio de transferencias electrónicas PayPal, compañía que suspendió las cuentas de WikiLeaks, admitió que había actuado a instancia del gobierno de Obama.
«El 27 de noviembre, el Departamento de Estado (…) escribió una carta diciendo que las actividades de WikiLeaks eran consideradas ilegales en Estados Unidos y como resultado nuestro grupo tuvo que tomar la decisión de suspender la cuenta», dijo Osama Bediet, vicepresidente de PayPal. Por esta razón, la empresa fue objeto de un merecido ataque por parte de los hackers.
La página web del abogado de las dos mujeres suecas que han denunciado a Assange, también fue atacada, por su papel en el montaje judicial contra Wikileaks.
El banco suizo PostFinance, también cerró una cuenta de WikiLeaks, y se hizo asimismo acreedora del desprecio y los ataques de los hackers.
WikiLeaks prometió continuar divulgando los cables confidenciales, pese a la campaña de criminalización emprendida por el gobierno de los EEUU y sus aliados europeos. «No seremos amordazados, ni por la acción judicial, ni por la censura de la empresas», expresó la organización a través de un comunicado.
Protesta virtual contra la censura imperialista y la criminalización del periodismo
Anonymous, la organización que armó este ataque cibernético contra los aliados de los yanquis en su persecución contra Wikileaks, ha anunciado sus planes de reclutar a 5 mil hackers para aplastar el portal de PayPal.
La empresa Amazon, que retiró el alojamiento web a Wikileaks esta semana, también recibió los embates de los hackers.
El método utilizado ha sido el de los «ataques distribuidos de negación de servicio» (DDoS), ejecutados mediante redes de ordenadores cautivos que colapsan los servidores de las webs atacadas.
Varias personalidades también han rechazado la criminalización de Wikileaks. El periodista australiano John Pilger y el cineasta británico Ken Loach, así como el intelectual estadounidense Noam Chomsky, y otras figuras públicas, han defendido la labor democrática a favor de la libertad de información realizada por Assange.