6 diciembre, 2024

Expropiación de Owens Illinois divide al movimiento sindical carabobeño

Un efecto colateral de la decisión autoritaria tomada por el Ejecutivo Nacional de expropiar a Owens Illinois sin consultar a los trabajadores, ha sido la delimitación de dos trincheras claramente definidas en el campo sindical. Esta situación quedó en evidencia en la tarde de este miércoles 27 de octubre, cuando un sector que se reivindica de la Unión Nacional de Trabajadores del Estado Carabobo, entre ellos Horacio Silva y Casiano Díaz, llegaron hasta el frente de la empresa no para solidarizarse con los trabajadores sino para increparlos desde el lado opuesto y calificarlos como “patronales”.

Un efecto colateral de la decisión autoritaria tomada por el Ejecutivo Nacional de expropiar a Owens Illinois sin consultar a los trabajadores, ha sido la delimitación de dos trincheras claramente definidas en el campo sindical. Esta situación quedó en evidencia en la tarde de este miércoles 27 de octubre, cuando un sector que se reivindica de la Unión Nacional de Trabajadores del Estado Carabobo, entre ellos Horacio Silva y Casiano Díaz, llegaron hasta el frente de la empresa no para solidarizarse con los trabajadores sino para increparlos desde el lado opuesto y calificarlos como “patronales”.

Como todos los típicos burócratas sindicales plegados a los patronos, en este caso al patrono-gobierno, éstos dirigentes sindicales rojo-rojitos en ningún momento tuvieron la decencia política de llegar a saludar a los trabajadores afiliados a una organización sindical que durante algún tiempo estuvo adscrita a la Unión Nacional de Trabajadores del Estado Carabobo, para preguntarles sobre cuál era su opinión acerca de la expropiación. Si lo hubiesen hecho, se habrían podido enterar que los trabajadores la rechazan porque nunca se les consultó y sobre todo porque saben que con el gobierno como patrono están en pico de zamuro todas sus conquistas contractuales.

Horacio Silva, integrante del equipo de de Luz Coromoto, es un olvidado dirigente sindical que no goza del aprecio ni el reconocimiento de los petroleros de base ya que en las elecciones sindicales de la Futpv del año pasado no alcanzó a sacar 100 votos a nivel nacional, que ahora prefiere “huir” de su triste realidad en El Palito para intentar convertirse en la punta de lanza de las brigadas de choque contra los trabajadores de Owens Illinois. Hay que saber que mientras Horacio Silva sale a manifestar su respaldo incondicional a la medida arbitraria y autoritaria del Presidente Chávez, ese mismo patrono-gobierno en El Palito desconoce el contrato colectivo petrolero firmado en enero de 2010, lleva 6 años sin reconocer el aumento salarial por evaluación de méritos, despide a los trabajadores ilegalmente y luego se niega a cumplir las órdenes de reenganche y somete a los trabajadores al más brutal terrorismo laboral para impedir que se organicen y movilicen.

Otro tanto pude decirse de Casiano Díaz, promotor de la marcha del 9 de noviembre en respaldo las decisiones gubernamentales. Hace poco más de un año en un conflicto en la Inspectoría del Trabajo de Valencia, varios dirigentes sindicales ligados a su corriente sindical fueron sacados a la fuerza por la Guardia Nacional y amenazados de que si seguían perturbando el clima laboral en la región serían puestos presos.

Como puede observarse, poca vergüenza política tienen estos supuestos dirigentes sindicales rojo-rojitos, que miran para otro lado cuando el patrono-gobierno atenta contra los derechos de los trabajadores o se hacen los agrandados con el respaldo del aparato político oficialista cuando se trata de amedrantar a los trabajadores.

Del otro lado estamos quienes defendemos a los trabajadores y sus derechos

En la trinchera opuesta de esta batalla se encuentra el sindicalismo autónomo que no hipoteca su libre accionar por la presión de los empresarios privados o por discursos demagógicos del patrono-gobierno sobre supuestas medidas revolucionarias y socialistas. Al lado de los trabajadores de Owens Illinois convergemos los que anteponemos por encima de cualquier consideración la defensa incondicional de los derechos de los trabajadores.

De este lado estamos quienes defendemos la fuente de empleo, los que defendemos los derechos laborales y contractuales y los que denunciamos con toda claridad que la decisión de expropiación no es una medida socialista sino una acción arbitraria que transfiere la propiedad de un patrono privado capitalista a un estado capitalista, para posteriormente desconocer los contratos colectivos, súper-explotar a los trabajadores y obtener mayores ganancias, que les permita seguir alimentando a la boli-burguesía y la pesada carga burocrática del aparato de gobierno y del PSUV.

Con lo sucedido el día de hoy es fácil entender entonces porque los trabajadores consecuentes no pueden participar en la movilización sindical gobiernera convocada por un sector de la UNT para el 9 de noviembre. En esa manifestación se le brindará respaldo al gobierno para que siga transfiriendo propiedades y desconociendo derechos de los trabajadores.

A esta conclusión también deben haber arribado los dirigentes sindicales honestos y los asesores del sindicato de trabajadores de la empresa Iosa en Barquisimeto luego de que un destacamento arremetió y dio por terminada una huelga legítima. Ahora comprenderán con mayor facilidad porque no deben participar de una marcha que el 9 de noviembre respaldará al gobierno y les solicitarán a los diputados del PSUV -que no lo hicieron durante once años-, para que aprueben en 30 días una nueva Ley Orgánica del Trabajo.

Es un error político seguir confundiendo a los trabajadores y entregarlos atados de pies y manos, haciéndolos confiar en diputados que nadie quiere ni respalda porque son agentes del Presidente Chávez o de Rafael Ramírez, presidente de la empresa PDVSA que ayudó a accionar la medida de amparo a favor de los patronos en Iosa.

Estas son las lecciones que a golpes la lucha de clases a veces obliga a aprender. Lo importante es asimilarlas y corregir de inmediato el camino, a riesgo que de no hacerlo terminen siendo cómplices de la política anti-laboral del gobierno y por lo tanto traidores a la lucha de los trabajadores.

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