Fascistas israelíes refuerzan acciones para apoderarse de Jerusalén y expulsar a los palestinos
El gobierno sionista y los colonos echan mano de todo tipo de recursos en Jerusalén Este para hacerse con las casas de los palestinos y reforzar el «carácter judío» de la ciudad, cuya mayoría actualmente es palestina. El lunes, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) expresaron su reprobación ante la licitación israelí de 700 viviendas en la parte oriental de Jerusalén, de mayoría árabe y anexada por Israel en 1967.
El gobierno sionista y los colonos echan mano de todo tipo de recursos en Jerusalén Este para hacerse con las casas de los palestinos y reforzar el «carácter judío» de la ciudad, cuya mayoría actualmente es palestina. El lunes, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) expresaron su reprobación ante la licitación israelí de 700 viviendas en la parte oriental de Jerusalén, de mayoría árabe y anexada por Israel en 1967.
«Aquí es nuestra patria y nadie más tiene derecho», afirmó Daniel Luria, un fascista que dirige la asociación Ateret Cohanim (‘La Corona de los sacerdotes’), que se dedica a la «judaización» de Jerusalén.
Actualmente 270.000 palestinos y 200.000 israelíes residen en Jerusalén Este.
Para el fascismo sionista, Jerusalén, incluida la parte oriental, anexionada militarmente por los sionistas, es su capital «eterna e indivisible».
«Su objetivo es judaizar Jerusalén Este para que una división en dos capitales para dos Estados (palestino e israelí) sea de hecho imposible», explicó Orly Noy, de la ONG israelí anticolonización Ir Amin (‘Ciudad de los pueblos’).
Según ella, se trata de «expulsar a los palestinos de Jerusalén Este e inclinar el equilibrio demográfico en favor de los judíos».
Arieh King es otro activista fascista que compra propiedades directamente a los palestinos o mediante intermediarios, algo que a veces es indispensable pues la venta a israelíes es considerada como una traición por los palestinos. Los fondos provienen de Estados Unidos, Australia o Europa. Los colonos también utilizan la violencia para desplazar a los palestinos, y cuentan a su favor con el terrorismo de Estado practicado por Israel contra el pueblo palestino. Estas adquisiciones por parte de los activistas sionistas se asemejan a las operaciones de la mafia, en las que se chantajea y presiona para imponer el negocio.
Israel Land Fund es otra organización que se dedica a la expulsión de los palestinos de sus tierras y casas. A través de procesos judiciales, apoyándose en la legalidad colonial israelí, persiguen la expulsión de las familias palestinas.
«Muchas propiedades pertenecientes a judíos fueron abandonadas y ocupadas ilegalmente por árabes (entre 1948 y 1967) y tratamos de que los invasores se vayan», expresó cínicamente el colono sionista King.
«Quieren expulsar a los palestinos de Jerusalén», dice Nabil Al Kurd, de 65 años, al que una acción judicial sionista le privó de una parte de su vivienda. La familia de este refugiado de la guerra de 1948 vive en ella desde 1956.