7 diciembre, 2024

Francia: Sigue la batalla social. Sarkozi gana en el Senado y pierde en las calles

23-10-2010

Sarkozy ganó en el Senado, pero perdió en la calle

Eduardo Febbro
Página 12

23-10-2010

Sarkozy ganó en el Senado, pero perdió en la calle

Eduardo Febbro
Página 12

El Ejecutivo consiguió su reforma más emblemática en medio de protestas, reclamos estudiantiles e intervenciones violentas de la policía para levantar las barricadas en los depósitos de combustible y críticas ásperas de la oposición.

Al cabo de 150 horas de debates el Senado francés adoptó anoche el proyecto de ley de reforma del sistema de jubilaciones por 177 votos a favor y 153 en contra. En medio de una batahola de protestas, movimientos estudiantiles, intervenciones pesadas de la policía para levantar las barricadas en los depósitos de combustible y críticas ásperas de la oposición de izquierda, el gobierno forzó el paso de la ley mediante el artículo 44 de la Constitución.

Este le permite que una ley sea aprobada por el Senado con una sola votación sin que se tengan en cuenta los contenidos de fondo de las enmiendas interpuestas por la oposición. Los socialistas, los verdes, los comunistas y los radicales de izquierda acusaron al Ejecutivo de haber “pisoteado los derechos de la oposición” al no dar lugar a los debates. Nicolas Sarkozy obtuvo así la aprobación de su reforma más emblemática pero con un país adverso, un sector estudiantil sublevado, manifestaciones multitudinarias, problemas de abastecimiento de combustible debido a la huelga en las refinerías, arrestos por demás injustificados de adolescentes de 15 años que bloqueaban los bachilleratos, intervenciones policiales pesadas contra los trabajadores, paros en los transportes, la unión contra la reforma de las ocho organizaciones sindicales más importantes del país –lo que no es común– y una sensación global de que el Ejecutivo puso a la opinión pública en su contra más por el estilo provocador y sordo con que se llevó a cabo la reforma que por el contenido global de la misma.
La batalla en el Senado

El ministro de Trabajo y promotor del proyecto de ley, Eric Woerth, defendió en cambio lo que calificó como “un proyecto fundamental para nuestro porvenir”. Woerth dijo: “Llegará el día en que los adversarios de ayer le reconocerán al presidente de la República, al gobierno y a la mayoría haber tenido la valentía de asumir su entera responsabilidad”. En el otro lado del tablero, la primera secretaria del Partido Socialista, Martine Aubry, denunció “el golpe” del gobierno, mientras que Jean-Pierre Bel, presidente del grupo comunista en el Senado, dijo que “nunca un poder había sido tan insensible a un movimiento social profundo, masivo”. El Ejecutivo justifica la reforma con la obligación de cubrir las necesidades de un sistema deficitario. En 2018 harán falta cerca de 70 mil millones de euros. Ese boquete presupuestario se financiará con el aumento de la edad de la jubilación, el incremento del impuesto a las ganancias y gravámenes sobre ciertos productos financieros (7 mil millones de dólares). Los sindicatos y la izquierda tachan la reforma de injusta porque casi toda la carga financiera recae sobre las espaldas de los más modestos. El ojo del huracán social está ahí. Las estadísticas son límpidas: entre septiembre y octubre hubo seis jornadas masivas de huelgas y protestas con varios millones de personas en las calles de las ciudades y los pueblos más pequeños de Francia.
La escenografía gubernamental

El gobierno montó una hábil escenografía e hizo aprobar la reforma el día en que comienzan las vacaciones de Todos los Santos. Los consejeros del presidente deducen que esa feliz coincidencia sosegará la potencia del movimiento social que se forjó en el país con la reforma. La apuesta oficial por el calendario no es una garantía de éxito en un país exasperado. Aunque disminuyeron, las huelgas y las perturbaciones persisten y ni los sindicatos ni los estudiantes bajaron la guardia. Muy por el contrario, el jueves, la máquina sindical convocó a una nueva huelga –28 de octubre– y a otra fase de manifestaciones –6 de noviembre–. Las fechas coinciden con el voto del texto por las dos Cámaras y con la promulgación de la ley por el presidente de la República. Las vacaciones estudiantiles tampoco desactivaron a la juventud. La UNEF, el principal sindicato estudiantil, hizo un llamado para que, el próximo martes, “los jóvenes y los estudiantes multipliquen las iniciativas de movilización durante una jornada nacional”. La UNEF busca demostrar que la movilización perdura durante las vacaciones, en contra del cálculo gubernamental. La oposición a la reforma de la jubilación recoge mayorías aplastantes entre los jóvenes:73 por ciento se oponen a ella. Desde hace dos semanas y hasta ayer, los estudiantes y bachilleres organizaron protestas y bloqueos en las grandes ciudades. El viernes, cerca de 200 bachilleratos y una docena de universidades estaban bloqueados o perturbados por el movimiento.

Francia seguía aún ayer en busca de una gota de combustible. Las estaciones de servicio, afectadas por la huelga en las doce refinerías del país y los piquetes en los depósitos de carburantes, están secas. Alrededor del 20 por ciento del parque de estaciones de servicio está vacío y el gobierno reconoció ayer que el “retorno a la normalidad” sería más extenso de lo previsto. La policía antidisturbios recuperó por la fuerza el control de una importante refinería al este de París, la de Grandpuits. El personal salió traumatizado de la experiencia por la extrema violencia que se desató en el operativo. Grandpuits es una refinería clave porque de allí sale buena parte del combustible que necesitan París y los aeropuertos de Orly y Roissy-Charles de Gaulle.
Sarkozy ganó pero perdió

Nicolas Sarkozy ganó ayer la batalla institucional con la adopción del proyecto de ley que hace pasar la edad mínima para jubilarse de los 60 a los 62 años y de 65 a 67 el período necesario al cobro pleno de la jubilación. Sin embargo, por ahora va perdiendo la batalla de la opinión pública. El presidente habrá hecho el trabajo más expuesto y delicado. Aunque hoy fustiguen la reforma, los socialistas tampoco están de acuerdo entre ellos sobre la manera de regular los aportes a las cajas. A su manera sobradora y sin miramientos, Sarkozy allanó el camino para todos. Pero el estilo con el que procedió, su enfoque policial y provocador, su gusto por el permanente choque frontal, su imposibilidad a ganar con delicadeza y no por la fuerza, su conservadurismo demodé, la falta de un discurso táctico dirigido a la juventud, los agujeros volcánicos de sus consejeros a la hora de leer y anticipar la capacidad de convocatoria de los sindicatos y el mantenimiento en el Ministerio del Trabajo del ministro comprometido con el titánico escándalo L’Oréal, todo ello le valió el encono de su pueblo. Sarkozy cavó un hondo pozo de impopularidad con índices inéditos en la historia de Francia. Las brasas de la batalla no se apagaron con la adopción del proyecto de ley. Muy por el contrario. La estrategia empleada les dejó a los sindicatos mucho aliento para volver a encenderlas.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-155549-2010-10-23.html

El Senado aprueba una impopular reforma jubilatoria en Francia

23/10/10 Fue pese a masivas protestas contra la ley, que es un emblema de la gestión de Sarkozy.

PorParis. Afp, Dpa Y Ansa

* Imágenes

Pese a las fuertes y masivas protestas y huelgas de los últimos días, el Senado francés aprobó ayer la reforma jubilatoria impulsada por el presidente conservador Nicolas Sarkozy.

El proyecto de ley fue respaldado por 177 senadores de la oficialista Unión para un Movimiento Popular (UMP, derecha) y centristas, y rechazado por 153 senadores de la oposición socialista, comunista, radicales y verdes. Hubo 9 abstenciones.

“Llegará el día en que los adversarios de esta reforma estarán agradecidos al presidente de la República, al gobierno y a la mayoría gubernamental”, declaró el ministro de Trabajo, Eric Woerth, minutos antes de la votación.

La reforma que contra viento y marea llevó adelante el presidente Sarkozy, en el poder desde mayo de 2007, elevará de 60 a 62 años la edad mínima para jubilarse, de 65 a 67 años la edad para cobrar una pensión completa y de 40,5 a 41,3 los años de aportes.

La reforma, que pondrá fin a un “símbolo” de los años 80, durante la presidencia del socialista Francois Mitterrand, es rechazada por sindicatos y la oposición de izquierda por considerarla “injusta” pues el grueso de la carga financiera de las futuras jubilaciones recaerá en los más modestos.

Tras su aprobación en la Asamblea nacional (cámara de Diputados) el 15 de septiembre, y ayer en la cámara Alta, el proyecto de ley será aprobado definitivamente el miércoles por los diputados , como preveía el Ejecutivo, poniendo fin a tres semanas de batalla en el hemiciclo y también en la calle.

Tras seis jornadas nacionales de manifestaciones y huelgas desde principios de septiembre que movilizaron a entre 825 mil y 3,5 millones de personas según policía y sindicatos, y con el respaldo del 70% de los franceses , las centrales obreras convocaron a dos nuevas jornadas nacionales de protesta: el jueves 28 de octubre y el sábado 6 de noviembre.

El gobierno está en su punto más bajo de popularidad desde que asumió, a sólo 18 meses de las elecciones presidenciales de 2012.

Las protestas, que en los últimos diez días se concentraron en el sector petrolero en vísperas de 10 días de vacaciones de la “Toussaint” (Día de todos los santos) que arrancan hoy, llevaron al gobierno a tomar medidas para frenar la amenaza de una parálisis por falta de combustible.

Ayer de mañana la policía despejó el acceso a la refinería de Grandpuits, una de las seis del grupo francés Total, a 54 km de París.

Los gendarmes, sin cascos ni cachiporras en las manos, desalojaron a los manifestantes “en calma”, según el Ministerio del Interior, en cumplimiento de un decreto que ordenaba “requisar” al personal y al combustible de esa planta en nombre de la “tranquilidad y la seguridad públicas”.

Las 12 refinerías de Francia están en huelga desde el martes pasado. Ayer viernes seguían bloqueados 14 de los 219 depósitos de combustible del país y el 20% de las 12.300 estaciones de servicios del país continuaban sin combustible, según el ministro de Energía, Jean Louis Borloo. El gobierno anunció el viernes que “una vuelta a la normalidad llevará todavía varios días”. En algunas estaciones sólo se puede cargar con racionamiento.

El tráfico ferroviario seguía perturbado, la recolección de residuos afectaba a Marsella, Toulouse y Brest, y manifestaciones sectoriales tenían lugar en diversos puntos del país.

El Ejecutivo defiende la reforma en la necesidad de cubrir un déficit del sistema de pensiones que en 2018 ascenderá a 44.000 millones de euros (61.000 millones de dólares). La mayor parte de la reforma será financiada con el aumento de las edades, y el resto provendrá de impuestos diversos sobre determinados productos financieros por 5.000 millones de euros anuales.

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