Fundayacucho: ¿Habrá justicia social?

He optado por utilizar esta vía como la única que tengo a mi disposición, para exponer mi situación en relación al proceso de otorgamiento de beca de postgrado por parte de Fundayacucho.

Hace exactamente un año (julio 2010), tuve la oportunidad de enterarme vía prensa que la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho, daba inicio al proceso de selección para optar a becas de postgrado, en el marco del convenio entre esta fundación y la embajada de Francia. Dicha beca consistía en la formación lingüística por seis meses, una asignación básica mensual, pago de seguro, boleto de avión ida y vuelta, y pago de la matricula en una universidad francesa.

He optado por utilizar esta vía como la única que tengo a mi disposición, para exponer mi situación en relación al proceso de otorgamiento de beca de postgrado por parte de Fundayacucho.

Hace exactamente un año (julio 2010), tuve la oportunidad de enterarme vía prensa que la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho, daba inicio al proceso de selección para optar a becas de postgrado, en el marco del convenio entre esta fundación y la embajada de Francia. Dicha beca consistía en la formación lingüística por seis meses, una asignación básica mensual, pago de seguro, boleto de avión ida y vuelta, y pago de la matricula en una universidad francesa.

De esta manera me interesé por tal concurso, sobre todo porque se ofertaba estudios en el área de la agroecología, ciencia sobre la cual tengo un especial interés ya que se relaciona con mi formación profesional, siendo mi persona un autodidacta en esa materia desde hace ya largos años, área sobre la cual he prestado mi trabajo voluntario a varias comunidades campesinas de nuestro país.

Aunado a ello, mi interés se ha basado en el cambio de paradigma del modelo de la agricultura capitalista (revolución verde), a uno con un enfoque sustentable (articulo 305 CRBV), basado en la perspectiva agroecológica.
Ahora bien, luego de que cumplí con todos los requisitos exigidos por Fundayacucho, tuve la dicha de recibir la información en el mes de enero del presente año, había quedado seleccionado como aspirante a beca. Bien, de ahí en adelante comienzan las irregularidades que paso a narrar.
La maestría en agroecología (master para el caso de Francia), es solo y exclusivamente ofrecido en universidades privadas francesas, siendo la beca ofertada solo para cursar estudios en universidades públicas de esta república, condición que no estuvo del todo clara durante el proceso selección.
De igual manera, la formación lingüística que se ofreció es para realizar un curso regular extremadamente básico (nivel A1), algo así como él de un niño con 6to año (6to grado) de educación básica en nuestro país, siendo el intermedio (B1 o B2), o en algunos casos C1 (avanzado), él que exigen la universidades francesas, o cuando las casas de estudios no demandan un nivel determinado, el aspirante a entrar al Master (maestría) debe sostener una entrevista telefónica durante 15 minutos, para el cual el curso ofrecido no sirve de mucho.

Veamos lo siguiente, según la Alianza Francesa, asociación civil en donde los seleccionados recibimos el mencionado curso básico (4 horas por semana), se requiere de un mínimo de 24 horas por semana durante 6 meses (600 horas aprox.) para alcanzar el nivel intermedio (B1), en donde dicho curso intensivo tiene un costo de 45 Bs./hora. Viendo esto, el aspirante requería tener de 26.000 Bs. para lograr tal nivel. Ahora me pregunto, ¿algún proletario puede costear tal formación, partiendo desde nivel cero?
Sin embargo, pude salir adelante, pude lograr un nivel intermedio gracias a que mis conocimientos en el manejo de computadoras me permitieron hacer autoestudios (hermenéutica), y a préstamos y ayudas de familiares y amigos, que me permitieron sufragar 3 horas de clases privadas por semana, con la finalidad de aclarar dudas. Agrego que solicité apoyo financiero a Fundayacucho para realizar un curso semi-intensivo, institución que mostró buena receptividad a mi solicitud, pero sin respuesta satisfactoria.

A pesar de todo, he logrado alcanzar un nivel aproximadamente intermedio de la lengua francesa, pude obtener a principios del presente mes la aceptación en una universidad francesa en el master geografía del medioambiente y del paisaje, especialidad igualmente relacionada con la conservación del ambiental y el desarrollo sustentable, y con mi experiencia profesional.
Deseo añadir que en ningún momento durante el proceso de selección se nos informó a los aspirantes, que las universidades francesas seleccionan a los estudiantes en base a su experiencia profesional. Haga clic en el siguiente enlace: http://www.fundayacucho.gob.ve/portal/vistas/enterate.php?id=65%22. Observe como no se expresa tal condición, y en donde sigue estando abierta la oferta en agroecología.
Dada esta situación, la coordinación de convenios internacionales de Fundayacucho me ha informado que mi aceptación está en estudio por una comisión de becas, ya que su área difiere de la inicial (agroecología), han pasado varias semanas desde que recibí la carta de aceptación por parte de la universidad de Francia, y la burocracia institucional sigue obstinadamente en no reconocer su error conceptual y político en relación al caso.
Espero entonces, que la presenta pueda llegar a manos del ministro del poder popular para las ciencias, tecnologías e industrias intermedias (Ricardo Menéndez). Que se puedan tomar los correctivos, para que Fundayacucho tome definitivamente el rumbo contrario a aquel en el que solo un grupo de privilegiados y de clases pudientes, obtenían beneficios para hacer sus estudios de postgrado, como por ejemplo Capriles Radonski o Leopoldo López (personeros de la MUD).

Finalizo entonces con un pasaje de la obra del Comandante Che Guevara (Contra el Burocratismo): “El burocratismo, evidentemente, no nace con la sociedad socialista ni es un componente obligado de ella. La burocracia estatal existía en la época de los regímenes burgueses con su cortejo de prebendas y de lacayismo, ya que a la sombra del presupuesto medraba un gran número de aprovechados que constituían la «corte» del político de turno”.

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